"Es muy difícil y caro completar los grandes agujeros de datos que tenemos del océano"

La primera jornada del Maritime Blue Growth nos deja algunos debates de expertos sobre innovación o cómo digitalizar a través de las nuevas tecnologías la poca información que tenemos de lo que pasa debajo del agua

Más fondos, más ayudas, más voz para el sector pesquero y la economía azul

Los ponentes de la Maritime Blue Growth Francisco Doblas-Reyes, Carlos Muñoz-Royo, Carlos Groba y Juan Ramón de Bea.
Los ponentes de la Maritime Blue Growth Francisco Doblas-Reyes, Carlos Muñoz-Royo, Carlos Groba y Juan Ramón de Bea. / Lourdes de Vicente
Jesús Guerrero

Cádiz, 11 de noviembre 2025 - 21:03

Del océano conocemos bien lo que pasa en la superficie, pero lo que hay más abajo es un mar de incertidumbre. La recopilación de datos es compleja y cara y en estos momentos se antoja muy difícil configurar modelos que integren la inteligencia artificial para su análisis debido a la escasez de información. Esta es una de las conclusiones que ha dejado la primera jornada del II Maritime Blue Growth, el congreso sobre los océanos y la economía azul que se celebra durante esta semana en el Palacio de Congresos.

Los expertos reunidos en estas jornadas han debatido este martes sobre algunos temas candentes del sector como las Nuevas tecnologías para digitalización y análisis de datos de los océanos o la Innovación que están desarrollando diferentes empresas y entidades relacionadas con el sector naval.

Sobre la recopilación de datos, Francisco J. Doblas-Reyes, del Barcelona Supercomputing Center, ha explicado la gran diferencia que existe entre la obtención de información sobre el sistema atmosférico, donde los satélites y otras tecnologías son capaces de captar gran cantidad de datos, y el océano, donde las limitaciones son enormes. Su cometido es modelizar el sistema climático a un nivel global para informar a sectores sensibles de las variaciones climáticas. Para ello se basan en simulaciones de los procesos físico-químicos que se dan en el mar gracias a superordenadores que extraen la información y análisis de esas simulaciones.

Algo similar pero en un enfoque local, de un terreno concreto, es el principal cometido de Carlos Muñoz-Royo, cofundador y CEO de At Depth. Esta empresa reproduce un gemelo digital de una zona para el desarrollo de proyectos de acuicultura, rehabilitación de ecosistemas o para empresas como Dragados Offshore. Con los datos disponibles como sensores de CO2 o la alcalinidad son capaces de analizar cómo afectará el medio al rendimiento del proyecto.

Sin embargo, "obtener datos es muy complicado y hace falta completar esos agujeros" de información que tenemos del medio oceánico. Estos datos serían necesarios para generar un modelo que funcione de inteligencia artificial, pero actualmente no existe la infraestructura de datos suficiente para entender los procesos físico-químicos que hay detrás.

Carlos Groba se dirige hacia Carlos Muñoz-Royo durante la charla.
Carlos Groba se dirige hacia Carlos Muñoz-Royo durante la charla. / Lourdes de Vicente

La digitalización debe facilitar el análisis, por ejemplo, para conocer qué zona concreta puede ser más efectiva para implantar cultivo de ostras o de algas según la temperatura. Proyectos que puedan alargarse en el tiempo y financiarse a través de la factura de créditos de carbono absorbidos venderlos y sacar beneficios que se puedan reinvertir en el propio proyecto, defiende Muñoz-Royo.

Carlos Groba es director de I+D y CTO de Marine Instruments, una empresa que cuenta con boyas a la deriva enviando datos de las corrientes con sensores acústicos para conocer qué pasa ahí abajo. El objetivo es modelar la biología marina para desarrollar patrones de pesca, en su caso enfocado al atún tropical. Los usuarios utilizan esos patrones para tomar sus decisiones a la hora de salir a faenar como tomar la ruta más óptima. "Los atuneros consumen mucho combustible, cada milla cuesta mucho dinero", y añade que a nivel de una flota con varios barcos, "si está bien gestionada desde la oficina la mejora del rendimiento es importante".

Por parte de la empresa portuense Surcontrol, su director de Negocio, Juan Ramón de Bea, defiende que no se pueden usar los datos como silos, donde no haya vasos comunicantes. De ahí la importancia de estándares abiertos donde se comparta la información con una inversión más sostenible, útil para los diferentes actores. "Si todos los jugadores se encuentran en el mismo ecosistema se pueden tomar decisiones más eficientes" y la amplitud de datos es mayor. "Algo que no puedes medir difícilmente lo vas a mejorar, hay que conocer cuál es el punto de partida para ver hasta dónde es optimizable".

Groba dejaba una idea en el aire al exponer que los barcos llevan cada vez más sensores y tecnología abordo, sin embargo esos datos quedaban a la deriva. Miles de embarcaciones recopilando información que no va a ninguna parte cuando sería muy útil para la creación de esos modelos que antes mencionaba. Ese uso coordinado de centros de datos, sensores y sistemas de defensa, en su caso, es básico para la Armada, ejemplifica el moderador Manuel Martínez, almirante y director de la Cátedra de la Mar de la Universidad Camilo José Cela.

Y para concluir esta mesa de debate Doblas-Reyes reflexionaba sobre el impacto de los mares con un dato contundente. El mar Mediterráneo se calienta a mayor velocidad que otros mares 'interiores' y es responsable de cambios en los comportamientos atmosféricos. Por ejemplo en la Dana de Valencia, donde se registró entre un 15 y un 20% más de precipitación de lo que hubiera supuesto con otras circunstancias climáticas y que se puede medir, además de en el drama personal de las vidas que se perdieron, en los 5.000 millones de activos asegurados que ha tenido que cubrir el fondo de compensación de seguros.

La innovación en el entorno marítimo

Para hablar de Innovación se han reunido Javier Martín, director de la oficina técnica de Astilleros Gondan; César Elizaga, de la empresa Ghostworks; Iago González como responsable de Innovación abierta de Monodon; Edward Carney, director de ventas de la empresa AYK; Alfonso Carneros, director técnico del centro tecnológico Soermar; bajo la moderación de Carlos Aldereguía, director general de Pesca de la Junta.

Elizaga ha explicado que Ghostworks es una empresa de ingeniería 100% I+D, que construye sus barcos porque no hay un astillero actualmente capacitado para ejecutar sus diseños de barcos de alta velocidad, lanchas de hasta 40 metros realizados con fibra de carbono que reducen hasta un 50% el impacto de las olas.

La durabilidad de los materiales, capaces de resistir más de 50 años, se tiene que acompañar con la durabilidad de los diseños. Según el socio de Ghostworks, fabrican barcos que dentro de 50 años servirán para otra cosa, no sabemos qué, de modo que desarrollan diseños modulares y flexibles para que se puedan adaptar a otros usos el día de mañana.

Destaca también la limpieza de su proceso productivo. "No parece un astillero, es más una fábrica de semiconductores", compara, porque no hay resinas, olores, no hacen falta mascarillas por el tipo de materiales que se utilizan.

La mesa de diálogo sobre innovación en el entorno marino reunió a representantes de diferentes empresas.
La mesa de diálogo sobre innovación en el entorno marino reunió a representantes de diferentes empresas. / Lourdes de Vicente

Desde Astilleros Gondan, Javier Martín explica que la innovación en su caso no está en la creación de tecnología como en la producción, de modo que están en proceso de robotización de líneas de soldadura, y la gestión de proyectos, con el desarrollo de gemelos digitales.

Por su parte, Iago González ha presentado la célula de innovación de Navantia denominada Monodon y que nace con la vocación de colaborar en el desarrollo de la tecnología que se convierta en el referente del mañana. "No pensamos en buques, para eso están otros centros de excelencia dentro de la compañía, sino en tecnología útil" como la robótica bioinspirada.

Desde Monodon están intentando entender la morfología y el comportamiento de los animales marinos para el diseño de robots, como el proyecto Mobula, basado en las mantarrayas. El camino de esta tecnología en fase de evolución va por materiales más blandos y flexibles que incorporen biomateriales en su diseño. Además, gana importancia el uso de la fotónica, utilizar la luz en entornos subacuáticos como medio de comunicación. De esta forma, el robot serviría de plataforma a la que poder integrarle un sistema capaz de nadar y tener mayor estabilidad bajo el agua que los aparatos tradicionales con una hélice en la parte posterior para poder, por ejemplo, vigilar infraestructuras bajo el mar.

En AYK Energy, Edward Carney ha representado la oportunidad que supone el almacenamiento energético a través de baterías en el entorno marino para la descarbonización del transporte marítimo. Este paso para la consecución de una flota con cero emisiones se traduce en las baterías que AYK Energy está desarrollando para la naviera Balèaria con las que alimentará los primeros transbordadores rápidos intercontinentales totalmente eléctricos, que recorrerán las 18 millas que separan la costa gaditana de la marroquí.

Alfonso Carneros ha explicado que su fundación, un centro de I+D+i, se basa en el análisis de hacia dónde debería ir la estrategia de los astilleros asociados, así como la gestión del Perte naval que les afecta de lleno. Carneros ha aprovechado para reclamar una mayor colaboración público-privada en el sector y una normativa más ágil y flexible.

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