Concert Music Festival

"Rafi y Fali son marca España actualizada históricamente"

  • Los intérpretes presentan hoy en el Concert Music Festival y por última vez 'Compadres para siempre'

Alberto López (izq.) y Alfonso Sánchez, Los Compadres, actúan esta noche en Sancti Petri

Alberto López (izq.) y Alfonso Sánchez, Los Compadres, actúan esta noche en Sancti Petri / Concert Music

–¿Es el ‘compadrismo’ que ustedes ejercen el origen del ‘cuñadismo’ actual?

–Alfonso Sánchez (AS): No lo sé. Creo que no tiene nada que ver una cosa con la otra. El ‘compadrismo ‘ es mucho más profundo, tiene que ver con el vividor de toda la vida. Está más allá del ‘cuñadismo’, que se refiere a gente que habla sin saber de nada.

-Alberto López (AL): En las formas sí, en el contenido no. El ‘cuñadismo’ se ha puesto de moda e indirectamente podemos haber sido precursores de ese estilo. Al compadre lo eliges, el cuñado te toca. Al compadre nunca le dices no, al cuñado pocas veces le dices que sí.

–Es curioso que una década después los diálogos del corto con el que se dieron a conocer Los Compadres, Rafi y Fali, titulado Eso es así, suenen actuales. ¿Idiosincrasia hispánica?

–AS: Cuando se crearon los personajes nadie hacía entonces una crítica sobre el presente y futuro de España. Esos personajes llegaron en un momento concreto y se convirtieron en un fenómeno atemporal, esa es su magia. Tienen detrás la tradición de Quevedo, Mihura, Berlanga o incluso Ozores. Llevamos más de diez años dando guerra y ¡más que vamos a dar!

–AL: Son marca España actualizada y revisada históricamente. La picaresca existe desde Rinconete y Cortadillo. España es muy previsible en ese sentido, aunque nuestras maneras de afrontar las cosas van madurando. Son un regalo para el escritor estos personajes que vienen de Sevilla pero podrían ser de Burgos o Vigo. Solo hay que tener un poquito de arte para contarlos.

–Los Compadres ¿surgen de un intento de arreglar el mundo en la terraza de un bar o fue algo más elaborado?

–AS: En concreto surgen como reacción a los personajes de el Culebra y el Cabesa -del corto Esto ya no es lo que era-, que están fuera de su tiempo, que no sabían que ocurriría con el mundo a nivel tecnológico o político. Igual que con Los Compadres, hablábamos de un estrato social concreto pero quisimos hacer la crítica desde el lado contrario. El público pensó que eran dos tipos de verdad. Es una manera de que se den cuenta de lo que somos.

-AL: Quisimos retratar cómo actuaban, dialogaban y reflexionaban los distintos personajes de la trilogía sevillana. Los cortos sirvieron para contar una ciudad muy peculiar a través de un triángulo que representa la marginalidad, la tradición y la revolución sin improvisación alguna. Es un trabajo cinematográfico al fin y al cabo. Los personajes están trabajados muy a la americana.

–¿Cuáles son las ventajas e inconvenientes de esa forma de vida llamada ‘enterismo’?

–AS: Todos son ventajas, te permite sacar el máximo rendimiento a tus posibilidades, ser feliz en el contexto social que te haya tocado vivir. Puedes estar igual de a gusto comiendo cigalas con una marquesa o un puchero en casa de tu madre en el extrarradio. Significa disfrutar de la vida sin renunciar a tu propia identidad.

–AL: La ventaja es la calidad de vida absoluta, el hedonismo extraordinario. La desventaja, tener que costearlo.

Los Compadres: 'Eso es así'

–¿Sienten la responsabilidad de que esa deformación humorística de la realidad que hacen se malinterprete?

–AS: La responsabilidad existe siempre. Pero el público es libre de verlo como quiera, de comprarlo o criticarlo. El público es en todo momento soberano. Sin embargo, hay una bajada del nivel cultural de cierto público y su capacidad crítica. Tiene que ver con la educación.

–AL: Es una deformación desde un punto de vista respetuoso, sin caer en el juicio sobre los personajes. Los dotamos de humanidad. El público español es sabio, se ha educado con la sátira del Siglo de Oro. Así consigues que termine cayendo bien un tipo que es despreciable. Ha habido críticos a los que les costaba hablar bien de nuestras películas porque no querían reconocer que empatizaban con seres así. Eso significa que el guión está conseguido. Somos serios trabajando. Cuando trabajo me desconcentran las bromas, parezco hasta malaje.

–Se habrán encontrado ofendiditos por el camino ¿no?

–AS: Hemos encontrado críticas de todo tipo. El problema es la tibieza, la falta de compromiso. La libertad artística está por encima de todo, no hay que tener miedo a la crítica porque forma parte del juego. Si nos dejáramos influenciar seríamos unos mediocres, sin identidad. El arte es una necesidad de contar sin pensar en lo que funcionará o no. Nosotros hemos sido libres y hemos llenado así teatros y cines.

–AL: Los personajes caen bien y tenemos un público ecléctico. La anécdota más bestia que puedo contarte fue una vez que fuimos al penal de El Puerto a charlar con los presos porque habían pedido ver por segunda vez la peli de El mundo es nuestro. Se nos acercó un señor de pelo blanco y acento del norte que nos dijo: “Hacéis un retrato muy fino del estado español”. Resulta que el señor era Kubati. Al día siguiente estuvimos en otra presentación con Juan Ignacio Zoido, que fue ministro de Interior. Tenemos el público más variado de España. El arte debe ser libre para todos y si te posicionas, que no se note.

–Llegan esta noche a Sancti Petri con Compadres para siempre. El título de la obra es una apología de la lealtad. ¿Se verá mermada en la trama ?

–AS: De eso va, de hasta qué punto son fieles entre ellos y con ellos mismos. Es una bonita reflexión en los tiempos que corren.

–AL: Hay un momento bonito, en que eso que parecía inquebrantable se quebranta y aparece el drama rozando la tragedia. El público nunca nos ha visto enfrentados y eso es muy grande. El vello se te pone en pie y se hace el silencio. Notas el feedback.

–¿Con qué sensación les gustaría que se quedara el público del Concert Music Festival?

–AS: La de haber visto un gran espectáculo y provocarles un poquito de catarsis, que les haga salir del lugar de una manera distinta a la que entraron.

–AL: Con la mejor de todas las posibles. Que se diviertan y piensen que ha merecido la pena pagar para ir al teatro. Y si no les gusta, que se lo recomienden a alguien que les deba dinero (ríe).

–Después del éxito que han tenido sus producciones cinematográficas y teatrales, ¿podemos decir que el humor andaluz sigue siendo de eficacia probada?

–AS: No creo realmente que exista un humor andaluz. Existe humor o comedia en andaluz, se hace andaluz porque hablamos andaluz, y con parámetros culturales que responden a nuestra idiosincrasia. El gag no tiene una nacionalidad. El humor es universal. Siguen siendo un valor seguro la calidad y la artesanía, no querer copiar ni repetir moldes. De este espectáculo nos vamos a despedir en el Concert Music Festival -habrá otra función el 20 de agosto-. Es la último oportunidad para verlo.

–AL: El humor bien hecho es de eficacia probada. Hay un humor en andaluz, con acento, al igual que hay un humor en catalán. Los hay más ácidos, mas soeces, pero no dependen de una geografía. Lo de ofenderse porque se hacen chistes con tu tierra es muy español. Nunca queremos que los demás nos digan lo feo que es nuestro niño, eso ya se lo decimos nosotros.

–En la película El mundo es suyo aparece El Selu. De él fueron en su día los guiones de otros dos humoristas sevillanos, Los Morancos, en sus personajes de Antonia y Omaíta. Parece que Cádiz y Sevilla pueden compadrearse humorísticamente sin problema alguno.

–AS: Es que hay mucho respeto entre Cádiz y Sevilla. El propio pique histórico entre las dos regiones viene también del tremendo respeto que nos tenemos. El humor de cada uno tiene matices pero caracteres muy parecidos. Selu es una de las personas a las que más admiro en el mundo. Tiene una clase, una retranca y una crítica en la comedia extraordinaria. Se parte de la admiración mayúscula. Esa escena de la película en la que él hace de taxista es una propia sátira en sí misma del pique absurdo entre Cádiz y Sevilla.

–AL: Hay una conexión fantástica entre los dos sitios, arte por los cuatro costados. Creo que son, junto a Huelva, las ciudades que mejor se compenetran en Andalucía. En Córdoba o Granada ya es diferente, se exterioriza de otra manera, son estilos distintos.

–Los compadres sueñan con dar el pelotazo. ¿Cuál diría que ha sido el suyo durante estos años?

–AS: Mantener la dignidad como artista, creador y persona. Si mantienes eso puedes decir bastante cuando te toque irte. Hay que dejar un legado bonito a los hijos. Lo demás es trabajo. La gente respeta y adora lo que hacemos. Alberto es mi compadre para siempre.

–AL: Mi pelotazo personal es poder pagar el alquiler siendo artista en un país que ha hecho mucho daño a los artistas. Es un acto heroico dedicarse al arte hoy en día, nos dan palos por todos lados. He leído una noticia de que en Málaga, en el primer semestre de 2019, los rodajes han dejado un impacto económico de 7 millones de euros. Y luego lees un tuit en el que un político habla de actores subvencionados... Señor, ¡infórmese, venga con datos y con números! No están a la altura del español que se bate el cobre todos los días. La cultura mete pasta en este país.

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