Balance de la temporada de verano en Cádiz

Un buen verano para el turismo pero sin récords

  • La ocupación hotelera en julio se situó en 84%, tres puntos menos que en 2018, y las previsiones apuntan a que en agosto también será inferior

  • El mercado alemán ‘pincha’ en el Aeropuerto de Jerez

Un trabajador de un hotel de Chiclana lleva las maletas de unos huéspedes

Un trabajador de un hotel de Chiclana lleva las maletas de unos huéspedes / Sonia Ramos

La provincia de Cádiz encara otro buen verano para el sector turístico aunque los primeros indicadores apuntan a que la ocupación hotelera y la llegada de visitantes no será tan alta como el año pasado.

“Por lo pronto, los hoteles ya estuvieron en el mes de julio en un nivel por debajo del mismo mes del año pasado. Ahora queda saber qué va a pasar con agosto. La previsión es inferior a la de 2018 pero yo confío en que la ocupación será al final la misma que el año pasado porque hay mucha gente que viene a última hora sin reserva. No creo que caigamos”, asegura el presidente de Horeca, Antonio de María Ceballos.

La patronal cuenta ya con datos cerrados de ocupación correspondientes al mes de julio, y en breve contará con el balance de la primera quincena de agosto. Según su recopilación, los hoteles gaditanos lograron comercializar el 84% de las camas disponibles durante el pasado mes de julio. Esta cifra es casi cuatro puntos inferior a la registrada en julio de 2018, cuando rozó el 88%.

Destaca la caída de los hoteles de Jerez, que en 2018 alcanzaron el 82% y un año después se han tenido que conformar con el 72%. Chiclana, uno de los motores de la industria hotelera en la provincia, arroja un leve descenso de tres puntos, pero se mantiene en el 90%.

Los establecimientos de Conil se han quedado por debajo del 90%, frente al 94% que lograron en julio del año pasado. La ciudad de Cádiz también presente una disminución de tres puntos y se conforma con una ocupación del 84%. También caen los hoteles de El Puerto de Santa María, que pasan del 78% hace un año al 74% de este año, y Chipiona –disminuyen tres puntos hasta el 81 %–.

Turistas paseando por el centro de Jerez. Turistas paseando por el centro de Jerez.

Turistas paseando por el centro de Jerez. / Miguel Ángel González

El resto de los principales destinos del litoral de la provincia se mantienen en los mismos registros del año pasado. Es el caso de Tarifa –81%–, Zahara de los Atunes –87%–, Rota –93%– o Sanlúcar –71%–.

Agosto, un mes fundamental

El mes de agosto será clave para calibrar el impacto de un verano que apuntaba a ser histórico, como refleja el récord de afiliación a la Seguridad Social en el sector de la hostelería de Cádiz. Sin embargo, las reservas tanto para la primera como par la segunda quincena se sitúan por ahora por debajo de la ocupación alcanzada hace un año.

En el caso de El Puerto de Santa María, la previsión para la primera quincena es catorce puntos inferior a la registrada en el mismo periodo de 2018, y en la segunda mitad del mes, el diferencial es de casi diez puntos.

Sanlúcar es también un ejemplo significativo. En la segunda quincena de agosto del año pasado se logró colgar el cartel de completo, con una ocupación del 100%, mientras que las previsiones para las próximas dos semanas se sitúan en el 75%.

Tarifa también cerró la segunda quincena de agosto del año pasado con una ocupación del 100%, mientras que las previsiones para este intervalo en 2019 sestán por debajo del 80%.

Ofertas de última hora

Desde Horeca se lanza un mensaje de cautela por el papel que puedan jugar las ofertas de última hora. “Hay mucha gente que viene sin reserva, por lo que suponemos que esos datos van a subir”, señala Antonio de María Ceballos.

Uno de los factores que pueden modificar el balance es el papel que juegan los alojamientos extrahoteleros, especialmente la vivienda turística, a la hora de canalizar la demanda. Según el último balance de la Junta de Andalucía, en la provincia se ofertan de forma legal más de 33.000 plazas en viviendas con fines turísticos.

Sólo en la ciudad de Cádiz, se contabiliza más de un millar de pisos en alquiler para turistas. La atomización de este sector, en el que muchos propietarios comercializan una vivienda de forma individual en plataformas de internet, impide contar con una imagen clara. Un propietario de una vivienda turística en Cádiz capital con el que ha contactado este periódico afirma que su apartamento ha estado ocupado prácticamente ininterrumpidamente desde el mes de abril.

Los últimos datos oficiales elaborados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que no recogen a todas las viviendas de alquiler turístico existentes,sólo alcanzan hasta el mes de junio. Y lo cierto es que en el primer semestre del año se contabilizaron 65.496 viajeros, lo que supone un descenso del 3,5% en comparación con el mismo periodo de 2018. El descenso se debe fundamentalmente a la disminución de los turistas extranjeros, que suponen un tercio de la afluencia total.

Caída del Aeropuerto

No es éste el único indicador de debilidad en la demanda extranjera. El Aeropuerto de Jerez registró en julio su primer dato negativo después de varios años de crecimiento ininiterrumpido, al caer la afluencia de pasajeros más de un 3% en comparación con julio de 2018. La caída se debe fundamentalmente al descenso del mercado alemán, que aporta casi la mitad de los viajeros del aeródromo, según los datos oficiales de AENA, que reflejan que los enlaces domésticos a Madrid, Barcelona, Bilbao y Palma, ganan pasajeros respecto a 2018.

Por ejemplo, Düsseldorf, que es la tercera ruta en importancia por detrás de Madrid-Barajas y Barcelona-El Prat, registró un retroceso del 9%. La siguiente ruta con más pasajeros Fráncfort-Internacional, cayó un 17% en comparación con julio del año pasado. También cerraron en negativo Stuttgart (–4%), Múnich (–8%), o Hamburgo (–73%).

Esta situación coincide con el frenazo que sufre la economía alemana, que se encuentra al borde de la recesión por el impacto de la imposición de aranceles entre la Unión Europea y EEUU y la incertidumbre ante la posibilidad de un Brexit traumático. Y no sólo son datos macroeconómicos, sino que la incertidumbre se ha trasladado a las familias. Los índices de confianza empresarial y de los consumidores se han desplomado a niveles de 2011, justo cuando la crisis del euro estuvo a punto de dar al traste con la moneda única.

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