Juicio por la 'casa de los horrores' de Chiclana

Los ancianos de la 'casa de los horrores' estaban desnutridos y faltos de higiene según los médicos

  • Además, un notario de Cádiz confirma en el juicio que la acusada consiguió nombrarse heredera de María Babes suplantando su identidad

Markus A., uno de los acusados, antes de entrar a juicio en la Audiencia de Cádiz.

Markus A., uno de los acusados, antes de entrar a juicio en la Audiencia de Cádiz. / Jesús Marín.

El juicio por la 'casa de los horrores' de Chiclana, un caso que ha sentado en el banquillo a Estrella M. y Markus A. acusados de maltratar y vaciar las cuentas corrientes de los ancianos de los que se hacían cargo, ha continuado su celebración este martes en la Audiencia Provincial de Cádiz con las pruebas testificales de diferentes profesionales médicos que, de una forma u otra, tuvieron contacto con los mayores afectados.

Así, la primera en declarar fue la médico forense que examinó a dos de las supuestas víctimas, Elisabeth y Silvestre, once meses después de que dejaran de estar bajo los cuidados de los procesados tras su detención en 2017. La especialista, que los visitó en noviembre de 2018 en una clínica de Jerez donde estaban internos, detalló que el estado de salud que presentaban los ancianos era "bastante mejor" al que aparecía reflejado en los informes médicos iniciales que meses atrás se habían redactado en otra clínica. Esos primeros informes, subrayó, recogían que los ancianos estaban desnutridos, deshidratados y con déficit de higiene. La médico especificó además que Elisabeth se mostraba "desconfiada y temerosa" al trato con terceros.

Cuestionada por las defensas sobre si este cuadro médico era propio de personas de avanzada edad con patologías previas, la forense se mostró tajante: "El aporte de agua y de alimentos debe ser insuficiente y prolongarse en el tiempo para que se produzca una desnutrición, más allá de que las personas mayores tiendan a comer menos". 

También prestaron declaración ante el tribunal de la Sección Cuarta el enfermero y la médica de la ambulancia que acudieron en 2016 al chalet de los procesados para asistir, momentos antes de su muerte, a Gabriel, otro anciano -ex marido de Estrella- que estuvo alojado en la 'casa de los horrores' de Chiclana.

Según explicaron estos sanitarios, cuando llegaron a la vivienda, Gabriel estaba ya agonizando, por lo que decidieron no trasladarlo al hospital para que falleciese tranquilo, pese a que Estrella insistía en que se lo llevasen por si se podía hacer algo por salvar su vida. 

"La mujer que nos abrió la puerta nos dijo que el paciente no era familiar suyo, que ella solo era su cuidadora. Noté falta de aprecio, de cariño y de humanidad en su actitud", dijo el enfermero. "Llevo años en esto, uno capta esos vínculos", apostilló. "Me pareció que el enfermo no estaba bien cuidado, que en este caso había dejadez de funciones respecto a la atención recibida. Es más, de no fallecer el hombre, hubiese informado a la trabajadora social". 

La médica de la ambulancia añadió que el pequeño apartamento donde estaba Gabriel era "muy frío", "todo estaba muy desangelado". Asimismo, afirmó que la acusada no estuvo presente durante la agonía de Gabriel.

Dos ancianas y una heredera

Otro testimonio que cobró especial relevancia durante la celebración de la vista oral fue el de un notario de Cádiz que registró a la procesada como heredera en el testamento de María Babes, una anciana alemana de 101 años y también supuesta víctima de la 'casa de los horrores' de Chiclana. 

Tal y como explicó el notario, la firma tuvo lugar en un aparcamiento de coches porque las oficinas de la notaría estaban en obras. Así, se dieron cita en un parking Estrella, Markus y una anciana que el notario pensó que era María Babes, cuando en realidad era Elisabeth, la otra mujer, también alemana, que estaba bajo los cuidados de los procesados. 

"Estrella y yo permanecimos fuera del coche. Markus se quedó en el asiento del piloto y no intervino para nada. La mujer mayor estaba sentada en el asiento trasero del vehículo. Yo le expliqué poco a poco las cosas mientras ella asentía con la cabeza. De esa forma, se otorgó un poder general a favor de Estrella y se firmó el documento que la convertía en heredera de María Babes", relató este testigo.

Meses después, la Guardia Civil le enseñó al notario un vídeo en el que aparecía la verdadera María Babes. Hasta entonces, él no tuvo constancia de la suplantación de identidad que se produjo aquel día en el parking.

Babes y su estancia en el Novo

María Babes, la anciana de 101 años que Markus y Estrella conocieron en Tenerife y se trajeron a Chiclana, tuvo que ser ingresada en otoño de 2017 en el Hospital Universitario de Puerto Real para ser alimentada por una sonda nasogástrica. Una vez que recibió el alta, Babes fue derivada a la Clínica Novo Sancti Petri para proceder a su internamiento involuntario por orden del juez.

Una trabajadora social de esta clínica, que acudió a la vista oral en calidad de testigo, manifestó que, pese al mandato judicial, Estrella ya había visitado el centro y había contactado con sus responsables para ingresar a María. Esa misma trabajadora aseveró que durante el tiempo que la anciana estuvo en el Novo, desde finales de octubre hasta mediados diciembre de 2017, la encausada acudió a visitarla en repetidas ocasiones. "Le traía ropa, medicamentos... todo lo que se le requería". 

"María entró muy desorientada y desnutrida, aunque a las pocas semanas mejoró muchísimo", señaló un enfermero de la clínica que asistió a Babes. "Sacó una vitalidad enorme y empezó a comer por sí misma", incidió.

Uno de los 50 días que Babes permaneció en el Novo, la Guardia Civil fue a tomarle declaración en presencia de la directora del centro y del enfermero antes mencionado (pues sabía alemán). "María le dijo a los agentes que no se quería ir de la clínica", aseguró el enfermero.

La directora, por su parte, indicó al tribunal que en esas fechas "María tenía momentos de lucidez y momentos de desorientación". La gerente testificó igualmente que, en un principio, Babes no quería salir del geriátrico si bien, después, no opuso resistencia. "Se quería marchar". Por esa razón, se negoció con su cuidadora, la procesada, su salida una vez que finalizó el tratamiento médico al que estaba sometida. 

Cuestionada por la fiscal sobre cómo pudieron Markus y Estrella sacar a Babes de la clínica sin ser sus familiares ni sus representantes legales, la directora contestó que no podían retener a una persona en contra de su voluntad sin autorización judicial. La fiscal volvió a insistir y le preguntó a la directora si, en su momento, consultó al juez por la viabilidad de la salida de la anciana. “No lo hicimos porque sabíamos que la Guardia Civil ya estaba investigando este caso”, concluyó.

La Fiscalía, que solicitaba 19 años de prisión para la pareja alemano-cubana procesada por maltratar y estafar a ancianos extranjeros en Chiclana, ha elevado su petición de cárcel hasta los 25 años. 

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