VOLUNTARIADO MEDIOAMBIENTAL

La labor voluntaria del Comando Antitoallitas

  • Un grupo de estudiantes retira más de 70 sacos de toallitas en La Cachucha

  • Van a presentar una denuncia al Ayuntamiento de Puerto Real y la Junta de Andalucía

Un grupo de jóvenes, la mayoría de ellos estudiantes de Ciencias del Mar y Ambientales de la Universidad de Cádiz, han declarado la guerra a las toallitas húmedas que, cada vez más, se tiran por el retrete provocando graves daños medioambientales. La batalla la han comenzado tanto por necesidad como por casualidad.

A principios del mes de abril, una de las integrantes de este “Comando Antitoallitas”, Sheila Gámez, organizó a un grupo de amigos y compañeros de clase para realizar una limpieza en la Playa de La cachucha de Puerto Real, sus espigones y escolleras. “Veníamos con la idea de retirar plásticos y colillas -los residuos hab

ituales- pero nos llevamos una desagradable sorpresa cuando empezamos a limpiar. Nos encontramos con cientos y cientos de toallitas húmedas y no podíamos creer lo que estábamos viendo”, recuerda.

Los resultados de la primera limpieza apoyan las palabras de la joven. Alrededor de treinta sacos de basura se retiraron de la playa en solo una tarde, y más de cuarenta bolsas la segunda vez que acudieron a limpiar, solo una semana después.

Dos jóvenes limpian la playa de La Cachucha Dos jóvenes limpian la playa de La Cachucha

Dos jóvenes limpian la playa de La Cachucha / C.P. (Puerto Real)

Cómo han llegado las toallitas a la playa fue lo primero que los jóvenes se preguntaron. Los residuos fecales de Puerto Real se conducen hasta la estación depuradora del municipio en el Bajo de la Cabezuela, donde son tratados y luego vertidos al mar una vez limpios.

Pero lo que los estudiantes encontraron en la playa era una evidencia de que en algún momento no se hizo así. “Mientras que limpiábamos un vecino de la zona nos dijo que cuando llueve en abundancia y los alcantarillados se colapsan, los vertidos se sueltan al mar”, explicó a este periódico Paula García, otra de las jóvenes (también estudiante de Ambientales) que forma parte del colectivo.

Y así lo confirma la responsable de Medio Ambiente en el Ayuntamiento de Puerto Real, María Merello. La edil aclara que la Playa de La Cachucha tiene unos aliviaderos que “se abren cuando llueve torrencialmente porque la red no está dividida y hay que aliviarla para que se pueda realizar la conducción. Es cierto que salen cosas que no deben pero ocurre de forma muy puntual”.

Sin embargo, en Puerto Real no llueve así desde hace muchos meses y la única explicación que Merello encuentra es que “esas toallitas que ahora aparecen deben ser residuos antiguos que quedaron enterrados y ahora salen a la orilla porque en las últimas semanas hubo mucho mar de fondo”. La edil niega irresponsabilidades de ese tipo y tranquiliza a la ciudadanía porque de forma continua se están haciendo controles de la calidad del agua, “el último hace poco más de una semana”.

Sin embargo, los estudiantes no se han quedado conformes y han preparado dos denuncias: una dirigida al Ayuntamiento de Puerto Real y otra a delegación territorial en Cádiz de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible. Para las denuncias han pedido ayuda a sus profesores de Economía y Legislación, “y nos están ayudando a documentar todas las leyes que creemos que se están incumpliendo”.

Mientras tanto, siguen armándose de guantes y bolsas de basura para seguir limpiando la playa. Mientras recogen basura, estos estudiantes que realizan el trabajo de forma voluntaria y al margen de la Universidad de Cádiz, están documentando todo el proceso. No sólo fotografiando y cuantificando la basura que sacan, también están manteniendo entrevista con los vecinos de la zona y, especialmente, con pescadores y mariscadores.

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