La diputada por Cádiz en el Parlamento de Andalucía y secretaria de Organización del PSOE, Araceli Maese, ha pedido a la Delegación Territorial de Salud de la Junta de Andalucía que habiliten el hospital La Janda para que pueda acoger a pacientes Covid de toda la comarca y evitar así el desvío de pacientes a centros hospitalarios de la capital que “ya están colapsados”.

Maese recuerda que son unas instalaciones “magníficas, que incluso han resultado premiadas recientemente”, y considera que “deberían de acondicionar ya todo el área de hospitalización del hospital para que pueda cumplir con la demanda actual que genera la pandemia del coronavirus”.

La parlamentaria andaluza cree que se genera una incomodidad innecesaria para el paciente y familiares con el traslado a otra localidad como está sucediendo ahora mismo que están desviando pacientes de la Janda al hospital de San Rafael en Cádiz.

Maese sostiene que la delegada del gobierno andaluz en la provincia, Ana Mestre, “en lugar de aconsejar a los gaditanos un uso cívico para evitar más presión a los hospitales, debería de reaccionar con eficacia ante la situación extrema que vive la provincia y realizar una planificación más adecuada de todos los recursos disponibles, porque la Atención primaria también está colapsada”.

Del mismo modo, apunta que “ahora que tenemos noticia de un nuevo cargo político y otro que viene en camino en la estructura de la Junta, con ese dinero el Gobierno andaluz podría contratar más enfermeras para acelerar el proceso de vacunación en la provincia de manera que alcance cuanto antes a grupos de riesgo como el personal del servicio a domicilio”.

La parlamentaria andaluza teme que “el PP aplique en esta crisis su manual de la derecha neoliberal como está haciendo en Madrid y aproveche la situación límite de esta tercera ola y la demanda asistencial para realizar una privatización encubierta de los servicios sanitarios, con desvíos de pacientes a hospitales concertados y privados”. Así, la parlamentaqria socialista, advierte de que ya han privatizado “la distribución de las vacunas, entregándola a Bidafarma -la empresa en la que trabaja la mujer de Moreno Bonilla- en vez de hacerlo a través del sistema sanitario público, que es la garantía de equidad y profesionalidad”.