Provincia de Cádiz

Noruega exime a Navantia del hundimiento de una fragata en 2018

  • La investigación concluye que el buque podría haberse salvado tras colisionar con un petrolero si la tripulación hubiera cerrado puertas, escotillas y otras aberturas antes de su evacuación

Recreación de la colisión de la fragata KNM 'Helge Ingstad' y el petrolero 'Sola TS' en aguas de Noruega.

Noruega ha exculpado a Navantia del hundimiento de la fragata KNM 'Helge Ingstad', que se fue a pique el 8 de noviembre de 2018 tras colisionar con un petrolero cerca de Bergen, en aguas territoriales noruegas. El informe final de la Agencia Noruega de Investigación en Seguridad (NSIA) recoge que la pérdida del buque se debió a errores de la tripulación, que "no siguió los procedimientos establecidos antes de su evacuación por parte de la dotación".

La investigación ha confirmado que la colisión provocó en la fragata “daños graves, por encima de aquellos para los que estaba diseñada”. También ha concluido que “el hundimiento de la fragata se podía haber evitado si se hubiera cerrado antes de su evacuación”. “Puertas, escotillas y otras aberturas de la fragata que debían estar cerradas para mantener la estabilidad y la flotabilidad no se cerraron en el momento de la evacuación. Como resultado, la estanqueidad y flotabilidad no se mantuvieron adecuadamente y el buque acabó hundiéndose”, señala el informe. Como resultado, "la estanqueidad y flotabilidad no se mantuvieron adecuadamente y el buque acabó hundiéndose". 

La Agencia Noruega de Investigación en Seguridad ha concluido también que el paso de agua a través de la línea de ejes "no fue un factor decisivo para causar el hundimiento". Este asunto había sido mencionado por los investigadores en un informe preliminar publicado pocas semanas después del accidente y que provocó una gran polémica en Noruega, poniendo en duda la idoneidad del diseño de Navantia.

Navantia "saluda" la publicación de dicho informe, que deja claro que el desenlace final con el hundimiento no se debió a ningún fallo o problema en el buque, según indicó en un comunicado. El informe incluye hasta 28 recomendaciones para mejorar la seguridad en la operación de los barcos militares y "ninguna de ellas se dirige a Navantia", siendo en su mayoría recomendaciones dirigidas a la Real Marina Noruega y a la Agencia Noruega de Material de Defensa

La empresa perteneciente a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) ha añadido que, durante la investigación, "Navantia ha mantenido una sólida relación de colaboración y ha contribuido con datos, documentación y resultados de análisis" y recuerda que mantiene "una relación cordial con la Real Marina Noruega".

Colisión nocturna

La KNM 'Helge Ingstad' fue la cuarta de cinco fragatas construidas por Navantia en su astillero de Ferrol para la Armada de Noruega, entre los años 2006 y 2011,  en un encargo valorado en total en 1.100 millones de euros. Su diseño se basa en el de la clase F-100, que Navantia ha comercializado también para la Marina Australiana y con el que la empresa española optó a un millonario contrato en Estados Unidos que finalmente perdió. De ahí la importancia de despejar las dudas sobre las causas del naufragio.

El accidente se produjo en la madrugada del 8 de noviembre de 2018, cuando el buque volvía de participar en "Trident Juncture", las mayores maniobras organizadas por la OTAN desde el fin de la Guerra Fría, en las que participaron unos 50.000 soldados de una treintena de países, 10.000 vehículos, 65 barcos y 250 aviones.

La fragata navegaba con 137 personas a bordo a una velocidad de 18 nudos (unos 30 kilómetros por hora) por el fiordo de Hjelte, al norte de Noruega, que no está considerado un punto de riesgo aunque registra un intenso tráfico marítimo por la cercanía del puerto de Bergen y la terminal petrolífera de Sture, que recoge el 25% del crudo que produce Noruega en el mar del Norte. Precisamente, el petrolero con el que colisionó, el Sola TS, acababa de zarpar de Sture con 24 personas a bordo. 

El carguero abordó a la fragata por estribor. Mientras que el Sola TS sólo sufrió daños menores en su proa, siete tripulantes de la fragata resultaron heridos leves, y el buque de guerra comenzó comenzó a escorarse casi inmediatamente.

Ante el riesgo de que se hundiera en aguas profundas, la fragata fue embarrancada en una orilla del fiordo, donde permaneció semihundida hasta que fue reflotada en marzo de 2019. Finalmente, el Ministerio de Defensa noruego decidió en junio que la fragata fuera desguazada al estimar que el coste de la reparación superaría los 1.000 millones de euros, casi el triple de lo invertido en su construcción.

Un primer informe, publicado un año después del accidente, analizó las circunstancias que llevaron a la colisión. Según la investigación, el equipo de puente de la fragata no supo usar sus recursos técnicos y humanos para detectar que "lo que creía un objeto estacionario emitiendo luces potentes era un barco en rumbo de colisión". También resalta la experiencia limitada del oficial de guardia y que en ese momento participara personal en formación. Además, el estudio censura el "escaso" uso que la fragata hizo del radar y del Sistema de Identificación Automática de Buques (AIS), colocado en modo pasivo, lo que provocó que no fuera identificada de forma inmediata por las pantallas de tráfico marítimo ni del carguero.

Al carguero se le reprocha que no asegurase la correcta visión de las luces de navegación y señales al llevar encendidas las de cubierta, causando confusión sobre la naturaleza real de la nave. Desde el petrolero se trató de alertar a su tripulación del peligro de colisión, pero que ésta no se dio cuenta hasta que ya era tarde. En cuanto al centro de control de tráfico marítimo, el dictamen señala que no monitoreó el recorrido de la fragata en el fiordo de Hjelte. 

La segunda parte del informe, que es la que acaba de publicar la agencia de seguridad noruega, se centraba en el naufragio y la evacuación de la fragata, y era crucial para despejar las dudas sobre el diseño de la fragata, ya que la comisión había alertado en su día de un fallo de seguridad "crítico" relacionado con la estanqueidad, que Navantia negó asegurando que el diseño del barco cumplía con las certificaciones internacionales.

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