Asuntos sociales

La Fundación Pérez Bruschetti, un legado que El Puerto no puede perder

  • Los benefactores Atilio Bruschetti y Carmen Pérez Pascual impulsaron esta entidad en el año 1933 con el objetivo de ayudar a las personas más desfavorecidas de la ciudad

Una imagen de la calle Carmen Pérez Pascual (Santa Clara), a la que da nombre la benefactora de El Puerto.

Una imagen de la calle Carmen Pérez Pascual (Santa Clara), a la que da nombre la benefactora de El Puerto. / D.C.

Quien haya pasado alguna vez por la calle Santa Clara y haya visto el rótulo con su nombre oficial, Carmen Pérez Pascual, se habrá preguntado seguramente quién fue esta mujer.

Nacida Valencia, su primer marido fue portuense, el farmacéutico Vicente Fernández Rendón, siendo el matrimonio socio protector de una entidad tan portuense como la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia.

Tras enviudar, Carmen Pérez Pascual se casó en segundas nupcias con el hacendado italiano Atilio Bruschetti, con el que fijó su residencia en la localidad valenciana de Xátiva.

Carmen Pérez Pascual. Carmen Pérez Pascual.

Carmen Pérez Pascual. / GdP.

El Puerto de Santa María, no obstante, estuvo siempre en la mente de esta mujer y tras la muerte del matrimonio, y según dejaron previsto en su testamento, se creó una fundación benéfica cuyo objeto social debía ser ayudar a las personas más desfavorecidas de Xátiva y El Puerto, las ciudades donde residió la pareja.

Aunque la Fundación se constituyó en 1933 (fecha en la que también se rotuló en El Puerto la calle Santa Clara como Carmen Pérez Pascual, en señal de agradecimiento), con el objetivo inicial de ayudar sobre todo a las personas ciegas, con el paso de los años y después de no pocas vicisitudes este legado ha llegado hasta nuestros días ante el desconocimiento general de buena parte de la población, y ampliando sus fines a otras necesidades sociales.

Atilio Bruschetti. Atilio Bruschetti.

Atilio Bruschetti. / Ayuntamiento de Xátiva.

Los primeros documentos sobre la Fundación datan de febrero de 1933, cuando fueron leídos en un Pleno municipal los testamentos de Carmen Pérez y Atilio Bruschetti. En ellos se cedía a los Ayuntamientos de El Puerto y Xátiva los beneficios procedentes de la explotación de una serie de fincas ubicadas en la localidad valenciana y una casa ubicada en Las Ramblas de Barcelona. Hasta El Puerto llegó el dinero procedente de la Fundación durante muchos años, quedando constancia de ello hasta mediados de los años ochenta del pasado siglo. Así, en 1942 se destinaron a la ciudad 13.510 pesetas, 8.800 pesetas en 1947, 10.000 pesetas en 1950, ó 38.000 pesetas en 1961. No obstante, se produjo un largo parón de ingresos que duró al menos dos décadas, algo que fue solventado por el ex alcalde Hernán Díaz entre los años 1997 y 1998, cuando tras ser informado de la existencia de esta fundación se personó en Xátiva para reclamar las propiedades, llegando incluso a interponer una denuncia.

A raíz de esta iniciativa entre finales de los 90 y mediados de la década del 2000 se adquirieron, por parte de la Fundación, un total de siete viviendas en El Puerto, que se entregaron entonces a familias con necesidades sociales. De la selección de los beneficiarios se encargó entonces la Concejalía de Bienestar Social, aunque pasado el tiempo, y a día de hoy, los cambios que se han ido produciendo en la ocupación de las viviendas se han producido más bien por inercia, pasando algunas a seguir ocupadas por los hijos de los adjudicatarios, sin ningún tipo de control por parte del Ayuntamiento desde aquella primera decisión municipal.

Hay que decir que la Fundación Pérez Bruscheti, que sigue en activo, es privada, aunque los patronos son seis, tres en Xátiva y tres en El Puerto, concretamente los alcaldes de las dos ciudades y los dos notarios más antiguos de cada localidad.Hace escasas fechas se producía un incidente del que ha tenido conocimiento este periódico, cuando el ex alcalde Hernán Díaz recibía en su domicilio un extracto bancario con información sobre un fondo de inversión a nombre de la Fundacion.

Extrañado, ya que se desvinculó de la Fundación en 2006 -debiendo haberse nombrado entonces patrono a su sucesor, el fallecido Fernando Gago, y posteriormente a los sucesivos alcaldes- Hernán Díaz se ha estado interesando por saber si los patronos de la Fundación se habían actualizado, cosa que sí ha ocurrido según confirman fuentes de la formación, que achacan a un error del banco el que el ex alcalde independiente haya recibido esa información bancaria, con una cantidad invertida nada desdeñable.

Desde la Fundación explican que la entidad nunca ha dejado de funcionar y que sigue fiel a sus fines sociales. En Xátiva son titulares de una residencia para enfermos de Alzheimer, mientras que en El Puerto la última inversión importante fue la adquisición de esas siete viviendas en tiempos de Hernán Díaz. Sí reconocen desde la entidad que sería necesaria una mayor coordinación con los servicios sociales del Ayuntamiento -una coordinación prácticamente inexistente desde el momento en el que se adjudicaron los pisos- tal y como ha confirmado también la actual concejala de Asuntos Sociales, Carmen Lara, que también apuesta por reactivar las relaciones entre la Fundación y el Ayuntamiento de una manera más activa, máxime en los tiempos de crisis que corren.

Desde la Fundación explican que si bien los adjudicatarios pagaban en su día una renta media de cien euros mensuales por las viviendas, aproximadamente desde la crisis de 2008 prácticamente ninguno de ellos paga la renta y es la propia Fundación la que se ocupa de atender cualquier gasto que se derive del mantenimiento de las mismas, que son ya bastante antiguas. Por eso tampoco son partidarios, en principio, de que se realicen nuevas inversiones, ya que el patrimonio inicial de la Fundación -los terrenos que tenía el matrimonio en Valencia- ya se vendió en su totalidad.

La edil Carmen Lara ha estado en contacto últimamente con la Fundación y tiene interés en estar al tanto de la situación de los inquilinos, si bien es verdad que el propio Ayuntamiento tiene también bastantes problemas con su propio parque de pisos sociales. Pero a pesar de las dificultades que pueda haber, El Puerto no debería descuidar el legado de este matrimonio de benefactores que decidió hace casi 90 años ayudar a las personas más necesitadas de la ciudad y ambas partes, Fundación y Ayuntamiento, a través de los patronos, deberían hacer un esfuerzo por entenderse y decidir la mejor manera de utilizar este recurso para cumplir con el fin para el que lo crearon sus impulsores.

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