Alcalá de los Gazules

Condenado por dar una paliza a un vecino tras exigirle el pago de una deuda

  • El agresor propinó varios puñetazos y patadas a la víctima porque supuestamente le debía dinero de un negocio de cría de cabras

Vista de Alcalá de los Gazules, donde sucedieron los hechos.

Vista de Alcalá de los Gazules, donde sucedieron los hechos. / MAP

El Juzgado de lo Penal número 5 de Cádiz ha condenado a un vecino de Alcalá de los Gazules a tres meses de prisión y al pago de una multa de 180 euros por dar una paliza a otro hombre que supuestamente le debía dinero por la liquidación de un negocio de crías de cabras. El juez ha ordenado además que el procesado indemnice a la víctima en la suma total de 630,09 euros por los daños ocasionados y las lesiones sufridas.

Según ha informado Bufete Ortiz, que ha representado al denunciante en esta causa, los hechos sucedieron el pasado 4 de diciembre de 2019, alrededor de las 07.56 horas, cuando el acusado F.M.G.P. persiguió desde la salida de Alcalá al agredido F. con su coche con la finalidad de que le pagase una determinada cantidad de dinero que supuestamente le adeudaba a resultas de la liquidación de un negocio de crías de cabras.

Cuando F. llegó a la entrada de la finca Carreta Quebrá, en el cebadero Los Remedios de Alcalá, el ahora condenado lo adelantó y se cruzó delante con su vehículo, interponiéndose en su trayectoria. Se bajó del coche y, tras reclamar el pago de la deuda, la emprendió a golpes con F., propinándole varios puñetazos en la cara, así como una patada en el brazo izquierdo. Todo ello, aprovechando que F. no se había desabrochado el cinturón de seguridad. A continuación, el procesado cerró la puerta del turismo de la víctima y pateó la la puerta hasta dejarla totalmente hundida.

A raíz de tan violenta agresión, explica el abogado José Luis Ortiz, el denunciante sufrió graves lesiones que precisaron de suturas y tratamiento médico posterior durante varios días.

Según Ortiz, el acusado declaró en el juicio que la mañana de los hechos él estaba desayunando con dos amigos en el pueblo. "Sin embargo, en el desarrollo del interrogatorio practicado en el plenario se demostró que esos amigos solían desayunar entre las 8:15 y las 8:45 horas. La agresión tuvo lugar a las 7:56 horas, por lo que al encausado le dio perfectamente tiempo de perpetrar la paliza. Ello sumado al testimonio de su hermana, que refirió que, tras la agresión, F.M.G.P. llamó a casa de la víctima y habló con la madre interesándose por su estado de salud". 

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