Balance en el ecuador del mandato

Cavada alcanza el ecuador del mandato en San Fernando con viento a favor

  • A la tranquilidad que da la mayoría absoluta frente a una oposición atomizada suma la experiencia de 6 años de gobierno y las inversiones en marcha 

  • La estrategia de Cavada pasa por desplegar un gran número de inversiones, aunque La Isla arrastra los mismos problemas de siempre, especialmente la falta de tejido empresarial 

Patricia Cavada, en una imagen de 2019, junto a los dos concejales de CS.

Patricia Cavada, en una imagen de 2019, junto a los dos concejales de CS. / Román Ríos (San Fernando)

En San Fernando, Patricia Cavada (PSOE) llega al ecuador de su segundo mandato con la experiencia acumulada de 6 años de gobierno y la tranquilidad que da la mayoría absoluta que tiene desde que en septiembre de 2019 formalizara el pacto de gobierno con los dos ediles de Cs.

A esa estabilidad que se impone sobre potenciales conflictos -y sobre una atomizada oposición- y a la práctica adquirida a la hora de gobernar -que se aleja de la falta de pericia de los primeros años para ser mucho más pragmática y directa- se suma un Ayuntamiento solvente en materia económica y un amplio abanico de inversiones en marcha o proyectadas en los dos presupuestos que ya se han aprobado, lo que salvo catástrofe imprevisible deja a la alcaldesa isleña en una posición política de ventaja de cara al resto del mandato y a las elecciones municipales de 2023.

La terminación de las obras de rehabilitación del Ayuntamiento y sobre todo, después de 15 años con el Consistorio cerrado, el regreso de diferentes áreas y servicios municipales además de la propia Alcaldía, ha supuesto un hito en La Isla, que ha visto completarse así una inversión que ronda los 13 millones de euros y un proyecto del que empezó a hablarse a finales de los años 90 y en el que han tenido que ver los últimos cuatro alcaldes de la ciudad.

Pero casi a la vez que se volvía al edificio histórico del Ayuntamiento en esta primavera se ha soltado lastre con el Parque de la Historia y el Mar, que se ha transformado en el NTC (Navantia Training Centre) y se ha iniciado la primera fase para la renovación de la red de alcantarillado de la barriada Bazán, otro histórico problema de La Isla.

Si la pandemia hace mella en esa estabilidad del gobierno local es una de las incógnitas por dilucidar en los dos años que quedan de mandato

También se han licitado por más de 7,6 millones de euros el macroproyecto del parque de La Magdalena -que puede considerarse como la obra estrella de este mandato, aunque difícilmente estará terminada antes de que acabe- y la construcción del nuevo edificio náutico de Gallineras, en el que se invertirá más de un millón. Estos dos últimos proyectos abarcan el grueso de las obras EDUSI (Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado), los fondos europeos que La Isla espera que se materialicen desde 2016.

El lienzo que dibuja el ejecutivo local llegado al ecuador del mandato se completa con la anunciada remodelación de la plaza del Rey, el Museo Camarón, cuya apertura presumiblemente se llevará a cabo este verano; y lo que desde el gobierno municipal se llama “la gran transformación” de la playa de Camposoto; con la adquisición de nuevo mobliario y la remodelación de los accesos, que después de tres años -y muchísima paciencia por parte de los isleños- al fin está a punto de terminar.

Así que el viento parece soplar a favor de la alcaldesa isleña, aunque también muchos de estos proyectos que ahora se empiezan a materializar en contrataciones se vienen trabajando desde principios del pasado mandato. Eso sí, es ahora -superado el parón de la pandemia, liberada de los inconvenientes que tenía gobernar en minoría y con la experiencia alcanzada en la gestión del Ayuntamiento- cuando Cavada, la misma que difundiera en redes tras las elecciones su imagen con una batuta emulando ser una directora de orquesta, ha cogido ritmo.

Patricia Cavada, el día de su segunda investidura. Patricia Cavada, el día de su segunda investidura.

Patricia Cavada, el día de su segunda investidura. / Nacho Frade (San Fernando)

Eso no impide que haya conflictos, algunos tan sonados como de las casetas de pescadores y los establecimientos de hostelería de la playa de La Casería que se han visto afectados por los expedientes de Costas, que probablemente sea el mayor problema que ahora mismo tiene entre manos el Ayuntamiento. Una auténtica e inesperada patata caliente cuya solución -a pesar de la pretendida declaración de interés público con la que se quiere salvar el pintoresco conjunto de la demolición- queda cada día más lejos.

Podría también hablarse de prioridades y de la idoneidad de algunos de esos proyectos que plantea el ejecutivo de Patricia Cavada, como de hecho hacen los partidos de la oposición al apuntar a la diana de actuaciones como el planetario del Barrero, la adecuación de cuatro carriles para la circulación de vehículos en todo Pery Junquera o las ‘supermanzanas’. Pero gusten o no -como ocurre también con las críticas que en estos días recibe el espacio diáfano en el que se quiere convertir la plaza del Rey- es justo reconocer que todo lo que plantea se aviene legítimamente al programa con el que triunfó en las últimas elecciones municipales -y por los que supuestamente fue votada- dejando a gran distancia a todos sus rivales políticos.

Aunque nada de eso libra por el momento a La Isla de sus problemas estructurales, que además se han visto agravados con la crisis que arrastra la pandemia del Covid-19 y el mazazo que ha supuesto para el comercio, la hostelería y los autónomos. El desempleo y, especialmente, la abrumadora ausencia de tejido empresarial viene a ser la piedra angular de los males que aquejan a una ciudad nostálgica de esos tiempos en los que vivía de los militares y de la construcción naval -como de hecho hace aún en buena medida- y que sigue dando palos de ciego a la búsqueda de un modelo económico sustitutivo que vaya más allá de Bahía Sur.

A ello habría que sumar la incapacidad del municipio para articular una actividad turística de mínimos a pesar de sus recursos y de superar las limitaciones que suponen sus servidumbres por los suelos afectados a Defensa, a Costas y al Parque Natural. Claro que son viejos problemas y la solución a ellos excede en mucho el ámbito de las competencias municipales, aunque también pesan en la balanza.

En el panorama político que se plantea en el ecuador del mandato y cuando los partidos empiezan a pertrecharse para la próxima contienda electoral quedan, desde luego, muchas incógnitas por dilucidar empezando por el posible impacto que tendrá la pandemia en esa estabilidad que ahora disfruta Cavada. Pero también quién será el candidato a la Alcaldía del PP tras dos derrotas consecutivas de Pepe Loaiza, hasta dónde alcanza en el ámbito local la crisis de Cs y la escisión de Podemos y Adelante, si Vox ha tocado su techo o no y si los denodados esfuerzos que hace desde la oposición AxSí le permiten consolidar la continuidad del andalucismo como alternativa en este nuevo escenario que brinda San Fernando.

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