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El sector de cerco de Barbate paraliza la renovación de las licencias de pesca en Marruecos

  • Tras tres meses sin actividad en el caladero alauita, había intención de acudir a estas aguas por los preciados boquerones y sardinas

Imagen de archivo de una de las descargas en el puerto de Barbate.

Imagen de archivo de una de las descargas en el puerto de Barbate. / D.C.

Unos 22 barcos de la modalidad de cerco, la mayoría con base en el puerto de Barbate, y unas 40 embarcaciones dedicadas a la pesca del palangre de fondo de los puertos de Barbate, Conil, Algeciras y Tarifa, son los primeros afectados de la sentencia judicial dictaminada por el tribunal europeo.

Según ha apuntado, el presidente de la Asociación Barbateña de Empresarios Pesqueros (Abempe), Tomás Pacheco, patrón del cerquero, Playa Yerbabuena, desde que hubo los problemas con el líder del Frente Polisario que fue asistido en España, ellos, como armadores, “cogieron un poco de recelo, y dejaron de asistir al caladero marroquí”. A ello se unión el cierre de fronteras con el tema de la Covid, lo que imposibilitaba hacer descargas en puertos alauitas, según las decisiones tomadas por las autoridades marroquíes.

Pacheco, apunta que ese paréntesis ha durado un trimestre comprendido entre los meses de julio, agosto y septiembre. Se trata de unas fechas claves para la comercialización de productos estrella como el boquerón y la sardina que tienen mucha salida en el sector de la hostelería, y sobre todo para las barbacoas. Por suerte, al tener doble licencia, muchos de estos pescadores de Barbate, han podido extraer esos productos del caladero nacional del Golfo de Cádiz, aunque el valor comercial no es el mismo.

Ese parón, bahía animado a algunos armadores y patrones, a empezar a tramitar las licencias con el Marruecos para el trimestre comprendido entre octubre, noviembre y diciembre, lo que supondría una aportación por barco de entre 5.000 y 6.000 euros, según el tamaño.

Tras recibir ayer este varapalo, han optado por paralizar esa renovación de las licencias, y esperar acontecimientos. Esto puede afectar a la continuidad laboral de muchos pescadores, que mientras siga el buen tiempo, se den las capturas y precios deseados, seguirán en las aguas del Golfo de Cádiz hasta finales de noviembre, ya que los meses de diciembre y enero no son hábiles, al someterse el caladero nacional a un periodo sin actividad para el cerco, que permite la regeneración de especies como el boquerón, la sardina, el jurel y la caballa.

Eso puede dejar sin empleo a varias decenas de personas, la mayoría marineros de Barbate, ya que cada barco de cerco puede llevar entre 11 y 15 personas a bordo, mientras que para el palangre solo se precisa de dos o tres personas como mucho. Además, los palangreros, por sus pequeñas dimensiones solo pescan entre los puertos de Barbate y Conil, y a pocas millas de la costa, como mucho rozando la línea fronteriza con las aguas marroquíes.

La flota de cerco, sí puede moverse por el litoral gaditano, aunque la mayoría de ellos están amarrados en el puerto de Cádiz. Hasta allí van cada día desde Barbate y viceversa. Lo suelen hacer en dos furgonetas con capacidad de entre 7 y 9 personas.   

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