Apertura de la nueva zona de pescadería del Mercado Central en San Fernando

"¡Hemos tardado pero ya estamos aquí, prima!"

  • Los detallistas cuentan el traslado a los nuevos puestos de la plaza, y ofrecen sus primeras impresiones sobre este nuevo emplazamiento

Uno de los nuevos puestos de pescadería del Mercado Central.

Uno de los nuevos puestos de pescadería del Mercado Central. / Ayuntamiento San Fernando

"Hace falta que la gente se entere, que venga". Los pescaderos del Mercado Central de San Fernando no paraban de repetir como un mantra esta afirmación en el primer día de la nueva zona de pescadería. Las primeras horas de una nueva etapa que se ha hecho esperar, por los continuos retrasos en la puesta a punto de este espacio, pero que se afrontan con entusiasmo por los minoristas. Cinco ya están en marcha, mientras que se espera que el resto abran a lo largo de la semana, con el viernes como fecha marcada.

"Necesita promoción, que la gente ya sepa que estamos aquí", comenta José de la pescadería Pakiki. Los comentarios de algunos clientes que pasean y paran en los distintos puestos afianzan esta idea. "No sabía que estabais aquí", apunta una clienta a la que aclaran que el traslado de localización ha sido hoy, "a la carrera". Desde el equipo de gobierno se explica que el movimiento ha sido precipitado al no poder mantenerse la luz en los puestos al otro lado de la nave y a la vez que funcionaran los nuevos puestos de pescadería. "Tenía que coincidir que se cortara la luz allí para que se diera aquí", abunda el concejala de Presidencia, Conrado Rodríguez que visitaba el mercado para comprobar el inicio de la actividad acompañado de un técnico municipal. La luz para algunos negocios había tardado algo más y por eso había sido tan precipitado o bien no les había dado tiempo a abrir.

Antonia, de pescadería Toñi, está en plena faena de acondicionamiento de su nueva estancia. "Estaba todo allí, tenía que trasladarlo, buscarle hueco, instalarlo. Estamos poniendo los pesos, viendo donde ponemos la mesa", cuenta, mientras en el interior suena el taladro y se ven metros en mano. Ya tiene su ubicación el arcón frigorífico que se ha traído.

"¿Antes estaba aquí el pescado?", pregunta una clienta en pescados y mariscos Málaga Isla. "No, siempre allí", le responde Jesús mientras atiende. "Pues no me acordaba qué había aquí antes", prosigue la señora con la conversación. "Frutería", le indica el detallista, que destaca que a la clientela le está gustando la nueva zona. "Es que es totalmente diferente al otro sitio. Era deprimente entrar", reconoce.

"Esto es todo mejor, más limpio, los clientes me dicen: Qué bonito, qué limpio, ¡mucha mierda! para desearme suerte", se ríe José de pescadería Pakiki. "El cliente mira que esté fresco lo que hay", le replica un hombre que está comprando en el puesto. Acedias, meros, pargos, rape, puntullitas, salmonetes, cazón, pescadilla, merluza, gambas, bocas o almejas no faltan en los mostradores.

"¿A cuánto los salmonetes?", pregunta una mujer mientras Antonio 'El Pikilo' despacha a una pareja que bromea con él por tener a sus espaldas el azulejo de la casa de hermandad del Nazareno que está en la calle José López Rodríguez. "No vayas a poner persianas", le dicen entre risas porque se ve perfectamente. En su caso Antonio ha comprado el cocedero de mariscos al que le faltan algunos ajustes. "Tengo que ponerlo en funcionamiento y colocar unas pesas para los clientes", explica sobre el trasiego que todavía tiene pendiente después de una jornada anterior y el inicio de esta que se ha pasado "corriendo".

Como otros detallistas Antonio reconoce la diferencia con la antigua zona de pescadería. "Todo estaba muy dejado, parecía tercermundista. Esto ahora hay que cuidarlo, porque es lo que nos da de comer", asegura. Allí se situaba al fondo de la nave, en un sitio apartado, solitario, oscuro. Aquí está ubicado en el centro de una de las naves con mostradores a un lado y otro, con mucha luminosidad. "Daba una pena que la gente se fuera a otra localidad, cuando aquí hay más género", dice. El que se ha llevado el Naca por la mañana: boquerones, merluza o puntillitas, entre otros productos.

"Niña, ¿quieres boquerones buenos?", ofrece Antonio, de la pescadería Antoñín y M Carmen, a una clienta que observa indecisa acompañada de una joven. "¿Y choco?", anima. Eso se lleva la mujer, pero que "sean chiquitos", le deja claro. "Ahora tengo que ver dónde pongo los cuchillos, iremos colocando algunas cosillas que todavía no tienen su lugar", cuenta. Le ha pasado lo mismo a José, que desvela que en estas primeras horas horas está "un poco aturullado", sin tener claro aún dónde está cada cosa. "Hay que inaugurarlo por derecho", propone Antonio, contento por el nuevo puesto. "Hemos tardado pero ya estamos aquí, prima. Hemos sufrido, pero ya estamos aquí", sostiene sin querer darle muchas más vueltas al pasado.

Dori y Juan de Dios atienden a sus clientes en la pescadería Titi Isla, en unas horas de "muchos nervios", de todavía tener que adaptarse al emplazamiento, destaca Juan. "Esperemos que venga clientela, que pasen la voz, que hagan promoción, que transmitan donde estamos. Queremos que vengan a conocer el mercado, los puestos tan bonitos que tenemos y el género de calidad que ofrecemos", resume Dori sobre el sentir de todos los detallistas, que esperan ahora promoción municipal. 

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