“Ha vuelto la vida”. No hay una frase más gráfica para dimensionar lo que significa para los pueblos más pequeños la apertura entre provincias de este fin de semana. Y eso se ha notado este sábado en los municipios de la Sierra que no tienen decretado cierre perimetral donde ha comenzado a llegar visitantes de otras provincias limítrofes como Sevilla o Málaga, que han ocasionado algunas estampas con bares con movimientos, tiendas de productos locales vendiendo y calles con un trajín de ida y vuelta de forasteros.

Y es que esa frase de la ‘vuelta a la vida’ la pronunció este sábado una técnica especialista en turismo en Arcos, resumiendo lo que ha significado para el mundo de la hostelería el largo cierre perimetral de meses, que ha supuesto un freno en seco de la maquinaria del turismo de interior, llevándose por delante empleos y una caída en picado de la actividad de muchas familias.

Aunque algunos de los pueblos más turísticos de la Sierra continúan cerrados perimetralmente por su alto índice de contagios por el Covid como son El Bosque o Setenil, otras localidades, también, banderas del turismo de interior en la Sierra se han estrenado en este primer fin de semana de apertura de la movilidad con una más que optimista sensación.

Sin los barullos de aglomeraciones pre pandemica, municipios como Arcos, Grazalema o Benamahoma, por poner algunos ejemplos, disfrutaron este sábado de una buena concurrencia que ha empezado a animar a bares y alojamientos y por ende la vida de estos pueblos.

Varias personas con maletas este sábado en Arcos

Por ejemplo, ese ambiente se respiró esta jornada de sábado en el conjunto monumental de Arcos y en la propia oficina de turismo local, hasta donde llegaban visitas para recabar información, sobre todo, de algunas de las nueve rutas que esta localidad ofrece al visitante. “Ya nos hacía falta esta afluencia. El que tiene un negocio necesita tener ya cierto movimiento porque lo ha pasado muy mal”, narraba la especialista en turismo antes mencionada. Así que en las calles de Arcos se han visto maletas que iban y venían, grupos de familias que han optado por este destino y moteros que querían conocer el pueblo aprovechando la cercanía con Jerez y el gran premio mundial de motociclismo.

En Arcos y en otros puntos de la Sierra, hay visitantes que han optado por pernoctar una noche y otros por ampliar a más día porque aprovechan el puente escolar que hay en algunos sitios.

Un aspecto de la plaza de Grazalema este sábado

La plaza del Ayuntamiento en Grazalema es un buen termómetro para tomarle el pulso a la actividad turística local. Y este sábado bullía con vida. Por la oficina de turismo pasaron en la mañana de este sábado 111 personas de distintas provincias mientras hace justo una semana lo hacían 13 sólo ya que sólo se permitían visitantes de la provincia gaditana por las restricciones. Nieves Jarillo, trabajadora de este punto informativo, indicaba los niveles de ocupación de algunos establecimientos hoteleros del pueblo. Por ejemplo, la Villa Turística de Grazalema presentaba el sábado el 100% de ocupación, dentro de las medidas de aforo contempladas, y para el domingo un 50%. La Hospedería Las Piedras está al 90% para este sábado. Con respecto a las casas rurales, la ocupación en la zona es desigual.

La entrada de la movilidad entre las provincias ha supuesto, también, para los pueblos más pequeños como Benamahoma (484 habitantes) más flujos de personas procedentes de la provincia de Sevilla que tienen segundas residencias en el pueblo y llevan meses sin ocuparlas en fin de semana. “Se empieza a respirar otra alegría en nuestros pueblos. Eso sí, procurando que se cumplan todas las medidas y la normativa del Covid para evitar situaciones no deseadas”, explicó el alcalde pedáneo benamahometano, Manuel Tovar.