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Los republicanos atizan a Trump por la "actitud complaciente" con Putin

  • Los congresistas y los senadores afean que el presidente pusiera en duda el intento de Rusia de interferir en las elecciones de 2016

El jefe de la Cámara de los Representantes, Paul Ryan, responde a prensa.

El jefe de la Cámara de los Representantes, Paul Ryan, responde a prensa. / PETE MAROVICH / efe

El presidente estadounidense, Donald Trump, regresó al trabajo en Washington tras su cumbre con su homólogo de Rusia, Vladimir Putin, ampliamente criticada incluso dentro de su propio partido por la complacencia con la que trató al líder ruso.

En una rueda de prensa conjunta con Putin en Helsinki, Trump puso en duda las conclusiones de los servicios de espionaje estadounidenses que apuntan que el Kremlin interfirió en las elecciones presidenciales de 2016 en EEUU para beneficiarle y perjudicar a su rival demócrata, Hillary Clinton.

Ante esta descalificación de Trump, el jefe de la Cámara de Representantes de EEUU, el republicano Paul Ryan, aseguró "que no hay duda" sobre la injerencia rusa en las presidenciales y se mostró abierto a que el Congreso siga trabajando para imponer "más sanciones" contra Rusia.

"Putin no comparte ni nuestros valores ni nuestros intereses. Rusia interfirió en nuestras elecciones, no hay duda", señaló Ryan en una conferencia de prensa en Washington acompañado por varios miembros republicanos del Congreso.

Desde la conclusión de la cumbre entre Trump y Putin, numerosos legisladores de ambos partidos expresaron su descontento con la actitud amigable del mandatario estadounidense con el presidente de uno de los países históricamente rivales de EEUU.

Para el senador republicano Bob Corker, la rueda de prensa en Helsinki fue "triste y decepcionante. "Me alegro de que la gente de ambos partidos la condenara con dureza", comentó el senador en las redes sociales.

"Es hora de que el Congreso intensifique su trabajo y retome nuestras autoridades. Tenemos legislación para hacer eso, vamos a votar", añadió el legislador, que llegó a la Cámara Alta en 2007.

Otra de las voces críticas con Trump respecto a su comportamiento con el presidente ruso fue el ex director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), John Brennan, quien estuvo a su frente entre los años 2013 y 2017.

"Lo que el señor Trump hizo fue traicionar al FBI, la CIA, la NSA y otras agencias y al público estadounidense. Y es por eso que uso el término que esto fue nada menos que una traición. Porque es una traición a la nación", espetó Brennan en una entrevista con la televisión MSNBC.

Al enfado generalizado del Partido Republicano y de miembros de las agencias de inteligencia estadounidenses se sumaron las críticas del Partido Demócrata, que atizó contra la estrategia de Trump a en las últimas horas.

En su turno en el pleno del Senado, el líder de la minoría en la Cámara Alta, Chuck Schumer, consideró que la explicación "más lógica" sobre la actitud de Trump es que Putin tiene "información comprometida".

"Todo el mundo en Estados Unidos menos Trump admite lo que pasó en las elecciones de 2016 respecto a la injerencia rusa", sentenció Schumer, que fue la cabeza visible de la respuesta de los demócratas contra el gobernante estadounidense.

Las principales agencias de inteligencia, incluidas la CIA y el FBI, dicen que poseen pruebas de que Rusia trató de afectar en los comicios, aunque descartan que su actuación influyera en el resultado, que permitió a Trump instalarse en la Casa Blanca.

A última hora del día, presionado por las numerosas críticas recibidas como consecuencia de sus palabras junto a Putin, Trump se acabó desdiciéndose y alegó que "se expresó mal" en la cumbre de Helsinki. El presidente estadounidense, siguendo su estilo de comunicación de una cosa y la contraria, aclaró que acepta "las conclusiones" de sus agencias de espionaje de que Rusia interfirió en las elecciones de 2016. "Me expresé mal", indicó Trump en en la Casa Blanca.

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