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La represión en Siria se agudiza

  • Al menos 21 muertos en Homs por disparos de las fuerzas de seguridad de Asad · Francia le acusa de crímenes contra la humanidad, pero Rusia sigue impidiendo una condena del Consejo de Seguridad

Al menos 21 personas murieron ayer y decenas resultaron heridas por disparos de las fuerzas de seguridad en la ciudad siria de Homs, en el centro del país, informaron los grupos de oposición al régimen de Bachar al Asad.

Además, la agencia de noticias oficial Sana señaló que un grupo armado secuestró a dos oficiales en la localidad de Rastan, en la misma provincia de Homs.

Según el Observatorio sirio de Derechos Humanos (OSDH), la cifra de muertos podría ascender debido a la gravedad de las heridas que sufren muchas de las personas que fueron atacadas en diversos barrios de Homs. También se han cortado las comunicaciones telefónicas, mientras seguían escuchándose ráfagas de disparos y bombardeos desde la noche del martes en algunos barrios de esa misma localidad.

Mientras, los opositores Comités de Coordinación Local anunciaron que dos personas perdieron la vida en la ciudad de Sermin, en la provincia norteña de Idlib y otra en Hama (centro), donde continúa la campaña de detenciones. Este grupo de oposición denunció que en la ciudad costera de Latakia, ubicada en el norte de Siria, las fuerzas de seguridad han convertido una escuela en prisión debido a que no hay espacio suficiente en las cárceles para los detenidos, a quienes torturan e insultan sin cesar, según apuntaron.

Desde que comenzaran las protestas en marzo pasado, al menos 2.035 civiles y 477 miembros de las fuerzas de seguridad han muerto en la revuelta contra el régimen, según los cálculos del OSDH.

Los países de la Unión Europea han acordado seguir endureciendo su presión sobre el régimen sirio de Bachar al Asad y están estudiando la posibilidad de prohibir las inversiones en el sector petrolero del país, después de haber impuesto un embargo a las importaciones.

Según fuentes comunitarias, expertos de los Veintisiete países comunitarios trabajan en esa y otras opciones para seguir cortando vías de financiación a las autoridades y forzar el fin de la represión violenta de las protestas ciudadanas en Siria.

Francia elevó ayer la voz y acusó al Gobierno sirio de "crímenes contra la humanidad". "El régimen sirio ha cometido crímenes contra la humanidad", afirmó en Moscú el ministro francés de Relaciones Exteriores, Alain Juppé, al terminar una reunión con su homólogo ruso, Serguei Lavrov, cuyo país se opone en el Consejo de Seguridad de la ONU a una propuesta de resolución para condenar a Siria.

"La represión del régimen es totalmente desproporcionada y produce derramamientos de sangre completamente inaceptables. Es por esa razón que el Consejo de Seguridad debe enviar un mensaje firme (a Damasco) para que cese esa brutal represión", dijo Juppé.

Lavrov le opuso una rotunda negativa. "La prioridad hoy es entablar un diálogo, negociaciones (...) Nosotros estimamos que incitar ciertas fuerzas de oposición a boicotear el diálogo es un camino peligroso hacia la repetición de la situación libia", argumentó.

El Gobierno jordano mostró su "extrema preocupación" por la represión ingente. "Siria es un vecino importante y un Estado importante para el mundo árabe. Por lo tanto, seguimos con extrema preocupación la inestable situación allí", señaló el ministro de Asuntos Exteriores, Naser Yudeh.

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