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Los exámenes a Navalni en Berlín refuerzan la tesis del envenenamiento

  • La sustancia concreta aún no ha podido precisarse, pero los efectos tóxicos han sido confirmados por  laboratorios independientes

  • El opositor ruso continua en coma, pero su vida no corre peligro

El líder opositor ruso Alexei Navalni.

El líder opositor ruso Alexei Navalni. / Sergei Illnitsky (EFE)

Los exámenes practicados al opositor ruso Alexei Navalni en el hospital universitario de La Charité en Berlín refuerzan la idea de que hubo un envenenamiento, informó hoy el centro médico.

"Los hallazgos clínicos apuntan a una intoxicación con una sustancia inhibidora de colinesterasa, declaró la clínica.

La sustancia concreta no ha podido precisarse todavía, pero el hospital afirma que los efectos tóxicos han sido confirmados en varios laboratorios independientes.

Los inhibidores de colinisterasa retrasan la degradación de un neurotransmisor y se utilizan en terapias de Alzheimer pero también pueden llevar a una permanente e incontrolable tensión muscular.

Sigue en coma

Navalni continua en coma, pero, según La Charité, actualmente su vida no está en peligro. Tanto el hospital como la esposa de Navalni, Julia Navalnaya, consideran que su marido estaría de acuerdo con la publicación de los resultados médicos.

Los médicos de La Charité practicarán otros análisis más profundos para precisar cuál pudo haber sido la sustancia que causó el colapso de Navalni, que obligó al que el avión en el que viajaba aterrizara de emergencia en Omsk (Siberia).

Posteriormente, por iniciativa de la ONG Cinema for Peace, Navalni fue trasladado a Berlín en estado de coma.

Navalni está siendo tratado actualmente con un antídoto y el desarrollo de la enfermedad, según la clínica, no es fácilmente previsible y no se pueden descartar secuelas en el sistema nervioso. En Omsk los médicos rusos habían asegurado que todo apuntaba a que el colapso de Navalni se debía a un desorden metabólico.

Los colaboradores de Navalni han sostenido desde el comienzo la teoría del envenenamiento.

Antes de que se conocieran los primeros resultados de los exámenes, el portavoz del Gobierno alemán, Stefen Seibert, había dicho que consideraba que había "cierta probabilidad" de que se tratase de un envenenamiento y recordó otros incidentes similares "en la historia reciente rusa".

No mencionó ningún caso concreto, pero apuntaba, entre otros, al envenenamiento con un gas nervioso militar de fabricación rusa del antiguo agente ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia en marzo de 2018 en Salisbury (Reino Unido).

Medio año después fue el activista ruso Piotr Verzílov, que alcanzó notoriedad internacional al saltar al campo durante la final del Mundial de fútbol de Rusia entre Francia y Croacia, quien tuvo también que ser trasladado a La Charité de Berlín por un presunto envenenamiento.

Una "iniciativa privada"

Seibert recalcó que Alemania accedió a acoger al paciente por petición expresa de la familia y afirmó que el traslado de Navalni en avión medicalizado desde la ciudad siberiana de Omsk a Berlín -más de 4.500 kilómetros- y su ingreso en La Charité fue una "iniciativa privada".

Mientras tanto, el empresario y filántropo ruso Boris Zimin, afincado en Estados Unidos, ha anunciado que fue él quien costeó el traslado de Navalni a Berlín.

El viceportavoz de Exteriores, Christofer Burger, añadió a este respecto que la "razón" por la que Navalni se encuentra en Berlín es "humanitaria, es su estado de salud", y señaló que "ahora no se trata en absoluto de hacer una valoración política de personas concretas, sino del estado crítico de Navalni".

Previamente se había informado en varios medios locales de que el opositor se encontraba en calidad de invitado del Gobierno alemán.

Por su parte, los médicos que trataron en Omsk a Navalni insistieron en su versión de descartar la presencia de un veneno en el cuerpo del opositor y apuntaron a un posible problema de metabolismo.

"Hemos recibido los resultados definitivos de dos laboratorios en los que se sostiene que no se hallaron sustancias químico-tóxicas que se podrían interpretar como venenos o sus derivados", dijo Anatoli Kalinichenko, subdirector del Hospital 1 de Omsk.

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