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Zelaya acepta la mediación del presidente de Costa Rica para superar la crisis en Honduras

  • La esposa del mandatario depuesto encabeza las protestas que exigen su restitución

El depuesto presidente hondureño, Manuel Zelaya, afirmó ayer que acepta la mediación del mandatario de Costa Rica, Óscar Arias, para superar la crisis de Honduras, tras su reunión con la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton.

"Hemos aceptado la propuesta de parte del presidente (...) Óscar Arias para ser el mediador (...) para que en las próximas horas se establezca realmente el puente necesario para que en Honduras vuelva a la tranquilidad, a la calma y la paz del pueblo hondureño que hoy está con un régimen de represión muy fuerte", dijo Zelaya al término del encuentro con Clinton en el Departamento de Estado en Washington.

Zelaya dijo que volará esta tarde a San José de Costa Rica para participar en las negociaciones. Asimismo, subrayó lo que a su juicio "sigue siendo un mensaje muy claro" a la comunidad hondureña de parte de Washington de "respaldo al Gobierno legítimo cruentamente derrocado en un golpe de Estado".

Sobre la posibilidad de que se celebren elecciones anticipadas como una salida a la crisis hondureña, Zelaya no lo descartó, si bien subrayó que ningún otro Gobierno más que el suyo podría convocarlas. "Claro que sí, si las quieren hacer mañana mismo que las hagan, pero un Gobierno de facto no legitima un proceso electoral", sostuvo Zelaya.

Por otro lado, la primera dama de Honduras, Xiomara Castro, hizo ayer su primera aparición pública desde que se desató la crisis política en el país para encabezar a los seguidores de su marido y anunciar que lo único que no se va a negociar es la reposición en el poder del depuesto presidente.

Nueve días después de que los militares sacaran a su esposo por la fuerza del poder y del país, Xiomara Castro salió del lugar donde permanecía refugiada y escondida para encabezar una marcha en Tegucigalpa, arropada por miles de personas que la vitorearon y exigieron el regreso de Zelaya.

"No era posible que yo estuviera refugiándome y que hubiera hombres y mujeres arriesgando su vida", dijo la primera dama para explicar su repentina entrada en escena ante un nutrido grupo de manifestantes, que durante días han sido conducidos por líderes campesinos y sindicales pero sin un líder claro.

Antes de marchar, la primera dama se dirigió a los seguidores de Zelaya, concentrados en la Universidad Pedagógica, para criticar las incoherencias del Gobierno de facto. "Si hay cuentas del presidente (Zelaya), ¿por qué no permiten que venga a defenderse? ¿Cuál es el miedo?", cuestionó.

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