El Reino Unido

Truss debuta como primera ministra con un estilo controlado y eficiente que la aleja de Johnson

La nueva primera ministra británica, Liz Truss, en la Cámara de los comunes.

La nueva primera ministra británica, Liz Truss, en la Cámara de los comunes. / JESSICA TAYLOR HAN (Efe)

Liz Truss desplegó este miércoles control, eficiencia y perseverancia en su primera intervención como primera ministra en la Cámara de los comunes, lo que la aleja del estilo desorganizado e histriónico de su antecesor, Boris Johnson, de quien sin embargo se confiesa admiradora.

La líder conservadora, que el martes asumió las riendas del Gobierno del Reino Unido, empezó dubitativa pero cobró fuerza, sin perder su tono pausado y algo monótono, en su careo frente al líder laborista, Keir Starmer, quien no logró desestabilizarla con su habitual análisis técnico.

Truss defendió su plan para combatir la inflación energética y su controvertida rebaja de los impuestos tanto a ciudadanos como a empresas en su debut en la sesión semanal de control al Ejecutivo, que se prevé que de ahora en adelante sea menos teatral que en la etapa anterior.

Pese a que al inicio fue jaleada por su colegas conservadores, la nueva dirigente tory, de 47 años, tiene el reto de ganarse a su grupo parlamentario -una mayoría absoluta de 357 diputados-, ya que la mayor parte no la apoyó en las elecciones internas para suceder a Johnson.

Truss descartó aplicar un impuesto especial sobre los beneficios de las petroleras para financiar una serie de medidas, que detallará este jueves, que permitan reducir la factura energética.

La primera ministra alegó que gravar aún más a las gigantes del petróleo y el gas, que se han lucrado con el encarecimiento de estas materias primas, "desincentivaría la inversión", en respuesta a la pregunta de Starmer sobre cómo sufragará su iniciativa de garantizar préstamos al sector energético minorista.

"No se logra crecimiento subiendo los impuestos", dijo la nueva dirigente conservadora, a quien Starmer acusó de recurrir a políticas fallidas de anteriores Gobiernos conservadores que asumieron incorrectamente que beneficiar a las multinacionales acaba favoreciendo a toda la ciudadanía.

El laborista le reprochó además querer "endeudarse más de lo necesario" y dejar que sean los contribuyentes los que a la larga paguen esa deuda, y recordó que ella formó parte de los sucesivos Ejecutivos tories cuya gestión condujo a la crisis actual.

Truss replicó que su contrincante, que avanza en las encuestas ante el deterioro de la formación gobernante, no entiende los conceptos "de aspiración y oportunidad" y que los ciudadanos quieren "conservar el dinero que ganan".

Antes de comparecer en los Comunes, donde propuso trabajar "constructivamente" con todos los partidos, la tercera mujer en dirigir el Gobierno británico -todas conservadoras- celebró la primera reunión con su gabinete de ministros, donde ha colocado a muchos de sus aliados.

Se da el caso además de que los influyentes ministerios de Economía, Asuntos Exteriores e Interior son ocupados por primera vez en la historia británica por políticos de minorías étnicas.

Su amigo Kwasi Kwarteng, el primer negro al frente de Economía, ha informado este miércoles de que se ha visto con banqueros y empresarios para informarles de sus prioridades, principalmente fomentar el crecimiento, según él manteniendo "la sostenibilidad fiscal".

"Hemos de ser resolutivos y hacer las cosas de manera diferente. Esto significa centrarnos en cómo desbloquear la inversión empresarial y aumentar el tamaño de la economía británica y no en cómo redistribuir lo que queda", afirma en un comunicado.

En su primer discurso, el martes, en Downing Street tras asumir el cargo, Truss definió por su parte los tres ejes de su mandato: abordar la crisis energética, bajar los impuestos y mejorar la Sanidad pública.

A la espera de que vaya precisando sus iniciativas, su oficina ha adelantado este miércoles que piensa retirar para someterlo a revisión el polémico proyecto de ley sobre Derechos, que hubiera dado más competencias a la Justicia británica para divergir del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos.

Asimismo, la líder tory ha afirmado este miércoles en los comunes que quiere una "solución negociada" a la disputa con la Unión Europea sobre el protocolo para Irlanda del Norte del tratado del Brexit, aunque insistió en que su prioridad es proteger la aplicación, según ella la interpreta, del Acuerdo de Paz de Viernes Santo de 1998, que acabó con el conflicto armado en la provincia.

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