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Masacre israelí en Gaza en las protestas contra EEUU

  • Medio centenar de palestinos muertos y 2.000 heridos en las multitudinarias protestas ante el ejercito israelí

Las protestas en Gaza y Cisjordania contra el traslado de la embajada de EEUU a Jerusalén en el día en que Israel cumple 70 años se saldaron con 52 muertos y más de 2.000 heridos, en una jornada en la que unas 40.000 personas participaron en marchas hacia la divisoria en la Franja palestina. A pesar de que el presidente estadounidense, Donald Trump, asegura que el traslado de su legación y el reconocimiento de Jerusalén como capital israelí "servirá para avanzar hacia la paz", la jornada de inauguración de la legación fue sangrienta, con el mayor número de muertos en un día desde 2014.

"En nombre del 45 presidente de los Estados Unidos de América (Donald Trump), os damos la bienvenida oficialmente, por primera vez, a la Embajada de Estados Unidos, aquí en Jerusalén, la capital de Israel", declaró la hija del mandatario, Ivanka Trump, al descubrir la placa en la que hasta ahora fue sede consular estadounidense. "Gracias, Trump, por tener el coraje de cumplir tus promesas", agradeció el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en referencia a la promesa de trasladar la embajada que el presidente estadounidense ya hizo cuando estaba en campaña para las elecciones que le llevaron a la Casa Blanca, en noviembre de 2016.

Más de 40.000 palestinos se concentraron ante los puestos de control

Según el Ministerio de Salud palestino, en las protestas murieron 52 personas, en su mayoría jóvenes de entre veinte y treinta años y al menos cinco de ellos adolescentes: uno de catorce años, otro de quince y tres de dieciséis. Además, 2.410 personas tuvieron que ser atendidas, más de la mitad de ellas por heridas de bala o metralla, otras por golpes y contusiones (varias de ellas de las latas que contienen los gases lacrimógenos) y el resto por asfixia a causa de su inhalación. En Ramala se congregaron más de 3.000 personas, que marcharon hacia el puesto de control militar israelí de Qalandia, donde se registraron disturbios con 35 heridos y atendidos por asfixia, y también hubo manifestaciones menores en Hebrón, Nablus y Belén.

El presidente palestino, Mahmud Abbas, condenó la inauguración de la embajada y la muerte de decenas de palestinos. "En el pasado teníamos asentamientos (israelíes) con ayuda estadounidense y ahora tenemos un asentamiento estadounidense en Jerusalén este", dijo Abbas en Ramala. "Esto es un asentamiento, no es una embajada", insistió.

Las reacciones internacionales no se hicieron esperar. El Gobierno de España exhortó a Israel "a hacer un uso proporcional de la fuerza" y lamentó "el elevado número de manifestantes muertos y heridos". "España apoya las legítimas aspiraciones de Israel de vivir en seguridad y de los palestinos de contar con un Estado propio y considera que la solución de dos estados, Israel y Palestina, conviviendo dentro de fronteras seguras es la mejor manera de satisfacer dichas aspiraciones", trasladó el Ministerio de Asuntos Exteriores.

Francia llamó a Israel a "la prudencia y a la moderación en el uso de la fuerza". Ésta debe ser "estrictamente proporcional", advirtió el ministro de Exteriores, Jean-Yves Le Drian. París criticó nuevamente el traslado de la embajada de Estados Unidos a Jerusalén. "Esa decisión atenta contra el derecho internacional y sobre todo contra las resoluciones del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General de las Naciones Unidas", según Le Drian.

La UE reclamó contención "para evitar más pérdidas de vidas", dijo la alta representante de Política Exterior del bloque, Federica Mogherini. "Cualquier escalada de una situación ya de por sí extremadamente tensa y compleja podría provocar un sufrimiento atroz a los dos pueblos y hará aún más remota cualquier perspectiva de paz y seguridad", añadió.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, expresó su preocupación por un traslado que reavive las tensiones en la región, mientras el ministro de Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, que se encuentra de visita en Moscú, denunció un "comportamiento peligroso" por parte del Gobierno estadounidense.

El secretario general del a ONU, Antonio Guterres, se mostró "profundamente afectado y preocupado" por la violencia en Gaza. "No hay un plan B a una solución de dos Estados en la que israelíes y palestinos puedan vivir en paz, garantizando la seguridad y cooperación mutua dentro de la comunidad internacional", añadió.

Jordania y Egipto, los únicos países árabes que tienen relaciones formales con Israel, condenaron la escaladada de violencia. El portavoz del Gobierno jordano, Mohammed al Momani, consideró que el Ejército israelí hizo un "uso excesivo de la fuerza contra palestinos indefensos", lo que constituye "un crimen". El Ministerio de Exteriores de Egipto, por su parte, condenó los enfrentamientos contra "civiles palestinos desarmados por parte de las tropas de ocupación israelíes".

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, insistió en su rechazo a la decisión de Washington, que en su opinión ya no es parte de la solución, sino del problema de Oriente Próximo.

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