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La Alianza Atlántica pide a Libia que permita una inspección de sus arsenales

  • Rasmussen asegura que el CNT debe evitar que las armas lleguen a manos no deseadas

El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, pidió ayer a los miembros del Consejo Nacional de Transición (CNT) en Libia que permitan una inspección de los arsenales existentes en el país tras el final de los enfrentamientos con los gadafistas.

Esa verificación de las armas, entre ellos tanques o sistemas lanzacohetes, podría realizarse con ayuda de la propia Alianza Atlántica, comentó Rasmussen en la sede de la OTAN en Bruselas.

"Yo no descartaría la posibilidad de que algunos aliados y algunos estados individualmente pudieran ayudar (en la verificación de arsenales) a las autoridades libias", aseguró el danés.

A pesar de que la Alianza concluyó su operativo Protector Unificado el pasado día 31, el embargo de armas, autorizado por la ONU, sigue en vigor, comentó. "Sigue siendo responsabilidad de cada Estado miembro de la Alianza aplicar el embargo de la ONU", subrayó Rasmussen. Si las nuevas autoridades libias lo piden, "es posible que algunos países individualmente, incluidos los de la OTAN, ayuden a las autoridades" en esa tarea.

Durante la contienda que enfrentó a leales de Muamar el Gadafi con las fuerzas rebeldes, cayeron en manos de estos últimos miles de armas, entre ellas ametralladoras, pistolas automáticas o lanzacohetes tierra-aire.

Por ello, el CNT, dijo Rasmussen, debe "asumir un papel responsable en el mundo", lo cual significa que, por ejemplo, esas armas no lleguen hasta la Franja de Gaza.

"El CNT debe hacer todo lo que esté en su mano para evitar que esas armas se distribuyan por el norte de África", aseguró. La OTAN no puede garantizar que algunas de esas armas, con las cuales se podría derribar un avión civil, no hayan caído en manos de elementos radicales o incontrolados.

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