Antigua yugoslavia La provincia serbia declara hoy oficialmente su independencia

¿Abrirá Kosovo la caja de Pandora?

  • Varias regiones separatistas del Cáucaso parecen dispuestas a aprovechar las advertencias lanzadas por el Gobierno ruso de que la independencia unilateral de la zona desatará una reacción en cadena

El "peligroso precedente de Kosovo" es la objeción más vehemente de Rusia al reconocimiento por parte de Occidente de la independencia de la sureña provincia serbia, que se producirá oficialmente hoy.

Cuando el presidente Vladimir Putin advirtió a finales de enero que Rusia interpretaría "cualquier decisión sobre Kosovo como un precedente para el derecho internacional", el jefe del Kremlin planteó la posibilidad de que Rusia se decida a reconocer la independencia de las regiones secesionistas de Georgia y Moldavia.

¿Se trata de un caso de hipocresía rusa? Más bien es la única respuesta que puede dar Moscú y que supone una amenaza de guerra contra esos dos vecinos ex soviéticos. Yuri Kolosov, un prominente miembro de la Asociación Rusa de Derecho Internacional, afirmó al respecto: "Si Kosovo es un precedente, entonces es un precedente malo".

En opinión de varios analistas moscovitas, la cuestión de Kosovo ha colocado a Rusia entre la espada y la pared. "Bajo ninguna circunstancia Rusia puede reconocer otros países separatistas, pero la negativa a reconocerlos sería también una muestra de debilidad", aseveró Alexei Malashenko, un analista que trabaja para el Centro Carnegie en Moscú.

Pavel Felgenhauer, un analista independiente especializado en temas militares, cree que a Rusia le beneficia más prolongar el statu quo. Según Felgenhauer, el enfrentamiento de Rusia con Occidente por Kosovo incrementó la influencia de Moscú en Serbia y ofreció una plataforma fácil para desafiar una agenda internacional basada en la política de Washington. En su opinión, Rusia sólo puede ganar.

Siguiendo el ejemplo de Kosovo y envalentonados por las declaraciones de Rusia, las regiones separatistas del Cáucaso parecen dispuestas a aprovechar las advertencias de Putin de que los acontecimientos en Kosovo desatarán una reacción en cadena.

La región secesionista georgiana de Abjasia, que se encuentra congelada en un estatuto semiautónomo y que organiza sus propias elecciones, se ha apresurado a hacer suya la posición de Moscú. El ministro de Relaciones Exteriores abjaso, Sergei Shamba, ha declarado que el reconocimiento de la independencia de Kosovo por parte de Occidente traerá consigo el reconocimiento de otros países que merecen ser independientes. "Esperamos que las autoridades rusas sean consecuentes en sus acciones", dijo Shamba, poniendo de relieve la confianza de la región en el apoyo de Moscú.

Abjasia se encuentra en un callejón sin salida que amenaza cada vez más con provocar un conflicto abierto entre el presidente de Georgia, Mijail Saakashvili, quien defiende la idea de una "restauración de la integridad territorial para 2009", y Rusia, cuya nueva política internacional, impulsada por Putin, se ha vuelto más agresiva.

El analista afín al Kremlin Sergei Markov, quien dirige el Instituto de Estudios Políticos de Moscú, acusa a Occidente de estar abriendo la caja de Pandora con su apoyo a una independencia de Kosovo. "Hay muchos que quieren separarse. Ellos van a preguntar por qué se está haciendo una excepción con Kosovo", dijo.

Abjasia es una de las cuatro regiones ribereñas del Mar Negro que se están rebelando contra las fronteras trazadas por Josiv Stalin y que incluyen a Osetia del Sur, en Georgia, y a la región moldava de Transdniester, que también buscan unirse a Rusia.

El presidente de Osetia del Sur, Eduard Kokoity, afirmó recientemente: "Osetia del Sur tiene mucho más motivos para ser reconocida como país independiente que Kosovo".

Los valedores de la independencia kosovar sostienen que este caso es diferente del de otros movimientos separatistas, en vista de la reciente historia de discriminación institucional y brutal violencia ejercida por Belgrado en la provincia serbia y porque Kosovo ha estado bajo administración de la ONU desde 1999.

Sin embargo, Putin reiteró a finales de enero que Rusia considera "ilegal e inmoral" el apoyo a una declaración unilateral de la independencia de Kosovo.

Kolosov, director de Derecho Internacional del Instituto Estatal para Relaciones Internacionales, con sede en Moscú, juzgó que la decisión de EEUU de reconocer a Kosovo es "por supuesto ilegal", pero también indicó que el caso no puede considerarse "absolutamente único".

El especialista explicó, que con su insistencia en una solución mediada entre Pristina y Belgrado, Moscú trata de corregir los errores diplomáticos de la década de los 90, cuando Occidente se impuso para conseguir la salida de Kosovo de Serbia, el único aliado que le queda a Rusia en la zona.

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