El AMG GT 63 S E Performance es capaz de circular en modo eléctrico durante 12 km gracias a una batería de 6,1 kWh que se puede cargar mediante conexión a un enchufe con potencias de hasta 3,7 kW. No son cifras muy impactantes, pero quizá sí te lo parezcan más éstas otras. Porque el trabajo conjunto de un motor V8 biturbo de 4 litros de 639 CV situado bajo el capó delantero y de un motor síncrono de imanes permanentes de 204 CV ligado al eje trasero a través de un cambio de dos velocidades generan una potencia combinada de 843 CV y un par máximo de más de 1.400 Nm que propulsan a este AMG. Así se convierte en uno de los híbridos más bestiales a la venta en el mundo. Buena prueba de su poderío es su capacidad para acelerar de 0 a 100 km/h en 2,9 s, así como de 0 a 200 km/h en menos de diez o conseguir una velocidad punta de 316 km/h.

Los magos de Affalterbach han conseguido con la ubicación de los motores una distribución óptima del peso entre los dos ejes, más allá de que han construido una “batería de altas prestaciones de desarrollo propio, con una densidad de potencia dos veces mayor en comparación con las baterías de propulsión convencionales. Al igual que muchos otros componentes, la batería implementa tecnología desarrollada y utilizada en la Fórmula 1”, dice Jochen Hermann, gerente técnico de Mercedes-AMG GmbH.

Son parte del diseño característico de esta versión del coupé de cuatro puertas el faldón trasero o la placa “E Performance”.

Esta batería de 400 voltios pesa un total de 89 kilos y tiene una densidad energética de 1,7 kW/kg. Puede dar una potencia en régimen continuo de 70 kW y, durante diez segundos, de 150 kW. Como solución técnica llamativa, las celdas de la batería están refrigeradas por inmersión en un líquido dieléctrico que garantiza que trabajan con una temperatura media de 45º C, tanto en fase de carga con frenada regenerativa intensa como de descarga con frecuentes aceleraciones.

Además, el sistema multimedia MBUX incorpora visualizaciones y funciones específicas, incluyendo un visualizador del flujo energético del sistema de propulsión, número de revoluciones, potencia y par o temperatura del motor eléctrico o la batería.

Desde un botón en el volante se puede elegir el modo de funcionamiento del sistema de propulsión.

Los siete programas de conducción de AMG Dynamic Select están configurados específicamente para este AMG GT. Son Electric, Comfort, Sport, Sport+, RACE, Calzada resbaladiza e Individual están configurados específicamente para este AMG GT. Así, en el Electric usa exclusivamente el motor eléctrico hasta los 130 km/h y el V8 permanece siempre apagado; aunque la unión mecánica de los componentes del sistema de propulsión permite contar con tracción total. Así, si las ruedas traseras patinan se lleva empuje del motor eléctrico a las delanteras a través del árbol de transmisión. Agotada la batería o si el conductor pide más potencia, se conmuta el modo Comfort y se activa el V8.

Las recargas pueden hacerse con corriente alterna y una potencia de hasta 3,7 kW.

En este Comfort la puesta en marcha se hace siempre en modo eléctrico, mientras que en Sport o Sport + los dos actúan simultáneamente, correspondiendo al síncrono un efecto de empuje adicional si se exige potencia. Otro tanto ocurre en Race, en el que además se incrementa la recarga de la batería, mientras que con suelos resbaladizos se desactiva esa recuperación y el modo eléctrico exclusivo en las arrancadas. Estas recuperaciones llegan a fijarse en tres niveles diferentes, con una máxima de 100 kW en el 3, en el que se puede conducir sólo con el pedal del acelerador.

Mercedes aún no ha informado ni de precio ni fecha de comercialización, aunque el AMG GT S E Performance ya está siendo comunicado en la web comercial alemana.