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Europa divide a España con la guerra de los corredores ferroviarios

  • El próximo 19 de octubre, la UE dará a conocer los ejes peninsulares que se incluirán en la Red Básica Europea y que captarán parte de los 31.600 millones de euros · El puerto de Algeciras estará "sí o sí"

 Eje 16, eje 3, corredor central, corredor mediterráneo, corredor atlántico, corredor central-mediterráneo, travesía central del Pirineo... Todos son conceptos que circundan un objetivo básico: captar parte de los 31.600 millones de euros que Europa va a invertir en la confección y desarrollo de una Red Básica Europea capaz de transportar sólo y exclusivamente en tren de alta velocidad un paquete desde Algeciras hasta Zahony (Hungría).

El diputado por Cádiz y presidente de la Comisión de Infraestructuras del Ministerio de Fomento, Salvador de  la Encina, admitía que Algeciras estará en el trazado que se defienda el miércoles de  la semana que viene "sí o sí". Y no es cabezonería de De la Encina ni una muestra más de su denostada lucha por el Campo de Gibraltar. El puerto de Algeciras se ve desde Europa, y las cifras así lo avalan, como el primero de la península ibérica en tráfico de mercancías (70,6 millones de toneladas en 2010). Es por ello que el Documento del Grupo de Trabajo de la Comisión Europea clasifica al puerto algecireño como "nodo primario".

Por contra, el resto de España se enzarza en una lucha medieval por ver qué corredor es el elegido para integrar la red básica de transportes europeo. 

Ahora mismo, una vez que el propio debate ha ido eliminando contrincantes, los últimos días antes de las campanadas del 19 de octubre se centran en definir si España debe llevar a Bruselas un corredor central que recorra Algeciras, Córdoba, Madrid, Zaragoza y, a través de un paso central por los Pirineos llegue a París; o bien un corredor mediterráneo que pasee la mercancía por la costa este de España; o si sería mejor ser prácticos y centrar la propuesta en una sola con una vía que recorra parte del eje central y parte del mediterráneo.

Pero Europa, dado el mal trago económico y presupuestario que pasa, ha optado por exigir a cada país miembro una única propuesta tan real y falta de utópicos cuentos como para que esté toda la red europea lista para 2020, de manera que ese simbólico paquete salga desde Algeciras y pueda recorrer Europa de la manera más rápida, eficiente y sostenible, desde el punto de vista medioambiental posible.

Así las cosas, a España le quedan muy pocos días para llevarle al Comisario Europeo de Transportes, Siim Kallas, una única propuesta, unida a un compromiso presupuestario por parte del Gobierno español. Esto es porque Europa se compromete a ayudar con una mínima parte en el coste económico de la construcción del trazado. Pero aún es tiempo para que España siga ofreciendo una imagen de desunión e insolidaridad ante la incapacidad de discernir lo que realmente le conviene a la Nación.

A día de hoy es el denominado Eje 3 o mejor llamarlo corredor central-mediterráneo el que tiene más visos de conseguir la aceptación por parte de las autoridades europeas. En este trazado se incluye un tren que recorrería Algeciras, Bobadilla, Córdoba, Madrid, Zaragoza, Tarragona, Valencia, Barcelona, Girona, La Junquera para conectar con el país galo por Perpignan. 

Esto parecía hasta que hace unos días, para enredar más la madeja, CíU salía a la palestra diciendo que unas filtraciones procedentes de Bruselas indicaban que Europa se decantaría por apoyar una vía por el Mediterráneo que recorra Barcelona, Valencia pero que no iría más allá de Cartagena. Desde la UE se apresuraron en seguida para desmentir esta tesis y para recordar que la decisión se conocerá el mismo 19 y "ni siquiera la noche antes".

Ese eje 3, cumplimentado por una red ferroviaria mallada capaz de unir todo el entramado portuario español con la ruta principal del corredor sería la iniciativa más realista de las presentadas hasta ahora. En el aire quedan las tesis de los maños que quieren que la mercancía llegue toda hasta Zaragoza y que, desde allí, a Europa rompiendo por la mitad los Pirineos, lo que representaría un proyecto muy costoso tanto desde el punto de vista económico como medioambiental. 

¿Y por qué parar el eje en Valencia? De la Encina defiende que la razón atiende al déficit presupuestario al que ha llevado la crisis mundial. A día de hoy, no existe vía alguna que una Valencia con Algeciras por la costa mediterránea. Se necesitaría una que uniera los puertos de Valencia, Alicante, Cartagena, Almería y Málaga con Algeciras, pero de ella no hay nada ni siquiera de modo germinal. Sin contar con lo costoso que podría resultar meter una vía por la costa almeriense.

En compensación, el eje 3 Central-Mediterráneo consuela a todos con el compromiso de impulsar, a la vez, esa red mallada que velaría por no dejar aislado a nadie de aquí a 2020.

La premura y la unilateral decisión que exige Bruselas insta a buscar un proyecto que convenza y que sea posible desde el punto de vista presupuestario. De ahí la defensa que desde el Gobierno de España se está haciendo  de este eje 3 que quitaría de las carreteras a muchos camiones con los beneficios que esto conllevaría desde el punto de vista de la sostenibilidad.

Así, una posición clara y defendible daría una imagen fiable no sólo para los gobiernos que ven en España al próximo de la cola de los rescates sino también para los empresarios que aún se debaten en si traer sus negocios y mercancías hasta puertos como el de Algeciras ante la tesis de que un puerto sin tren está condenado a morir por asfixia.

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