Cultura

Ventajas del cambio

Vijay Iver. Mutations. ECM / Distrijazz

Asociado a una amplitud de miras acreditada en valiosas entregas precedentes, el pianista norteamericano de ascendencia hindú Vijay Iyer ha protagonizado una de las trayectorias ascendentes más vertiginosas de los últimos años. Con la crítica jazzística rendida a sus pies, obras recientes como los magníficos Historicity (2009) o Accelerando (2012), ambos para ACT, han fijado rutilantes puntos de eclosión creativa dando continuidad a un lote de notables discos en cuyos contenidos ya se localizaron testimonios de aquel ecléctico prisma. Tomando como plataforma el enfoque acústico pero abriendo entradas a contactos con el hip hop o el pop, Iyer concibe su crónica en términos de progreso, asumiendo sus grados de controversia aunque avanzando de la mano de aliados como identidad y búsqueda.

Influido por su formación científica en la universidad, Iyer traslada ahora al perímetro expresivo su noción de cambio y la modula a través de un álbum tan asombroso como inclasificable. Mutations (2014), su debut con el sello ECM, provocará más muecas de disgusto en la ortodoxia mientras exhibe otras caras de ese músico poliédrico capaz de desbordar los supuestos límites de la etiqueta jazz para jugarse el tipo en territorios de expuesta definición.

Una revisión a piano solo de Spellbound and Sacrosanct, Cowrie Shells and the Shimmering Sea, publicada en su debut Memorophilia (1995), inaugura una ruta que recala luego en un punto de avenencia entre su instrumento y la electrónica denominado Vuln, Part 2. Un enfoque que vuelve para cerrar el disco con When We're Gone pero antes del cual se despliega el eje del trabajo: una suite para cuarteto de cuerda, piano y electrónica que lo bautiza y donde se concreta la proporción entre composición contemporánea e improvisación, entre síntesis personal y estructura grupal, que, con otros ropajes y agarrada a distintas lecturas, viene definiendo la apuesta de Iyer desde hace tiempo. Este seductor Mutations aporta ahora brillantes puntos de fuga a una necesaria crónica que no deja de sorprender.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios