Músicas contra la peste | Corelli

Y en estas llegó Corelli...

Arcangelo Corelli (Fusignano, 1653 - Roma, 1713).

Arcangelo Corelli (Fusignano, 1653 - Roma, 1713). / D. S.

El siglo XVII es el gran siglo del violín. La introducción del bajo continuo propició la escritura para instrumentos solistas, y ahí el violín se impuso a todos su competidores, marcando la senda de la definitiva independencia de la música instrumental. Una senda que partía de géneros típicamente vocales (el motete, el madrigal, la canción) que a través de sus nuevos envoltorios (el ricercar, la tocata, la canzona; y el que pareció unificarlos a todos, la sonata) empezaron a dotarse de formas en principio poco definidas, una alternancia más o menos libre de secciones homofónicas e imitativas y una tendencia cada vez mayor al uso de la nueva armonía tonal y al virtuosismo.

Por un tiempo estas dos tendencias parecieron oponerse: del énfasis en el virtuosismo nació el llamado stylus phantasticus en el que los compositores se sentían con libertad para el uso de todo tipo de progresiones armónicas y de contrastes, lo que debilitaba la sensación tonal de sus composiciones. Y en estas llegó Corelli... En sus obras (sólo seis colecciones publicadas, todas instrumentales), normaliza a la vez la forma y la armonía. Esta normalización es más resultado de renuncias que de inventos. Corelli limitó la gran variedad de progresiones de acordes de sus predecesores, y son estas modulaciones limitadas y reducidas las que generan expectativas en el oyente y crean la sensación de movimientos musicales dirigidos. Se perdía así el gusto por la espontaneidad y la libertad de la música instrumental anterior, pero se ganaba en coherencia y regularidad. El camino para el triunfo futuro del Clasicismo quedaba expedito.

De las seis publicaciones de Corelli, las cuatro primeras estaban dedicadas a la sonata en trío. La Op.V es en cambio una colección de sonatas para violín solista y bajo. Publicada en 1700, su éxito fue tan extraordinario que no hubo ninguna otra colección instrumental que se editara más veces en todo el siglo XVIII. La última de las doce sonatas de la colección es la más famosa. Está titulada simplemente como Follia y se trata de veinticuatro variaciones sobre una célebre progresión de acordes, una danza de origen ibérico, muy popular desde al menos la Baja Edad Media. La vemos aquí en una grabación realizada en la Biblioteca Nacional de España con tres grandes de la música barroca española: Hiro Kurosaki, Alberto Martínez Molina y Ruth Verona

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