Fabián Panisello. Músico

"Ligeti es un valor seguro"

  • El conjunto madrileño Plural Ensemble publica en el sello alemán Neos un CD monográfico dedicado a la música de György Ligeti (1923-2006).

Ligeti: Conciertos para cello y piano. Misterios del macabro. Plural Ensemble. Fabián Panisello. Neos (Sémele)

Plural Ensemble nació con el nuevo siglo fundado por Fabián Panisello (Buenos Aires, 1963), un compositor argentino radicado en Madrid, que buscaba en la flexibilidad del ensemble una forma de acercamiento al público.

-¿Qué supone para Plural Ensemble la grabación de un monográfico dedicado a uno de los grandes del último medio siglo como György Ligeti y en un gran sello internacional?

-Es parte de nuestro objetivo constitutivo, que consiste en hacer repertorio clave del siglo XX, lo que pone el listón muy alto al propio grupo como tal grupo y a cada miembro de él de forma individual. Una cosa es hacer estrenos constantemente y otra muy distinta poder hacer además obras grabadas y tocadas muchas veces por los mejores conjuntos del mundo. Eso te ayuda a saber dónde estás, cuál es tu nivel, lo que te permite mejorar.

-Un disco que se ha hecho por etapas, a lo largo de bastantes años de trabajo.

-Sí. Registramos primero el Concierto para piano, hace unos años, con Alberto Rosado de solista; si le soy sincero ni recuerdo bien la fecha, pero fue en la época en que lo maduramos suficientemente en el escenario [fue en 2005]. Ahí empezamos a concebir el CD. Luego cuando pudimos rodar los Misterios del Macabro con este trompetista tan excepcional que es Marco Blaauw ya vislumbramos lo que iba a ser el disco. Decidimos juntar esas dos obras con el Concierto para violonchelo, del que hicimos dos grabaciones. Es una obra muy delicada, que queríamos rodar bien en gira, y para la segunda grabación reuníamos ya las condiciones que deseábamos por número de ensayos y presentaciones públicas. Contamos además con un solista alemán muy joven, pero brillantísimo, Nicolas Altstaedt, que me recomendó David Geringas.

-Entre el Concierto para violonchelo (1966) y el de piano (1988) hay más de 20 años. Misterios del Macabro es incluso una obra más tardía, de 1991. ¿Hablamos de un Ligeti o de varios Ligeti?

-Son obras muy distintas entre sí. El Ligeti de los 60 estaba mucho más centrado en las texturas, en el tratamiento de los intervalos a través de un cierto modo de instrumentación. El de los 80 había terminado esa etapa. Era un Ligeti muy preocupado por el ritmo. En África encontró la polifonía y la métrica que daban respuesta a las preocupaciones de sus primeros años, cuando estaba más vinculado a Bartók y al folclore originario de diversas regiones del este de Europa, con toda esa rítmica irregular de la tradición popular húngara. Nos pareció importante plantear este Ligeti en disco: el de los 60 representado bien por el Concierto para violonchelo, y el de los 80 por el Concierto para piano, y entre ambos ese Ligeti un punto más extravagante que es el del Macabro.

-Ligeti es ya un auténtico clásico, pese a lo cual su obra sigue siendo apenas conocido por el público de la música clásica. ¿A qué piensa que se debe?

-Son prejuicios. El Cuarteto Op.135 de Beethoven también es muy difícil para el público y El arte de la fuga y la de Mahler. Creo que hay que normalizar las cosas. Las grandes obras siempre terminan por asimilarse con el tiempo. Y estas obras de Ligeti pertenecen a ese segmento de gran belleza y perfección formal, que incluye unos grandes fundamentos técnicos, y con el tiempo tiene todas las de ganar. Al público le puede costar más, entre otras cosas porque se programa casi siempre lo mismo. Por falta de formación o por miedo a perder los abonos hay programadores que no quieren correr absolutamente ningún riesgo, y no se han dado cuenta aún de que Ligeti es ya un valor seguro. Mi experiencia me dice que donde lo programamos la gente sale encantada con su música. Lo puedes poner al lado de Beethoven o de Bach, no importa, porque además los contrastes juegan también un papel importante en una programación.

-Sin embargo, el problema del público para la música contemporánea sigue siendo real. ¿Puede hacerse algo al respecto o hay que resignarse?

-Llevamos cinco o seis años haciendo un ciclo propio en la sala de cámara del Auditorio Nacional y nuestra experiencia no puede ser más distinta a eso que dice. Solemos alternar música de los más importantes compositores internacionales vivos con los grandes clásicos del siglo XX, y esa alternancia al público le interesa. La primera temporada teníamos quizás 300 personas de media por concierto. Pero llevamos tres años en que es habitual tener la sala llena dos o tres semanas antes del concierto. Son recitales gratuitos, pero la gente tiene que llamar por teléfono dos veces, para confirmar y reconfirmar, y aun así solemos mantener una cola de unas cien personas para aquellos huecos que se crean a última hora, y la experiencia nos dice que en cada cita la sala está a rebosar, con 670 personas. A mí esto me sugiere que muchos de los problemas que usted plantea, y que en parte son reales, no lo dudo, tienen que ver con la temática de lo que ofreces y con la organización. Nosotros tampoco somos expertos en comunicación, pero cuidamos con esmero un mailing muy amplio, de varios miles de contactos, a los que mantenemos puntualmente informados. Y el grupo es conocido. También tenemos por supuesto la experiencia de ir a sitios en los que tenemos menos público. Suelen ser auditorios nuevos o programas basados en compositores nuevos, que atraen solo a los muy interesados. Pero si mezclas un estreno con Schoenberg o con Ligeti sí interesa.

-El apoyo de la Fundación BBVA imagino que será fundamental para su ciclo.

-Absolutamente capital. No sabe usted lo que puede llegar a costar enchufar simplemente un cable en el auditorio para presentar una obra electrónica, el alquiler del propio espacio o de las partituras, cuyo costo no suele bajar de los 2000-3000 euros por concierto. Sin el apoyo de la Fundación BBVA no podríamos tener este ciclo. Dicho esto, filosóficamente hablando, el proyecto es el originalmente concebido pero ampliado y perfeccionado gracias al patrocinio.

-¿En qué consiste ese proyecto aparte del ciclo del Auditorio?

-Hacemos giras, participamos en el festival de ensembles, que impulsamos nosotros, con otros grupos españoles. Ante el problema de divulgación de la música española, pensamos que ya estaba bien de tanta competencia estéril, que todos debemos existir, porque somos importantes para el sector, y eso tiene un valor añadido potencial para el Ministerio de Cultura y otras instituciones. Tenemos también proyectos pedagógicos, con miembros del grupo que dan clases por diversos países europeos, gracias a un convenio con la Unión Europea. Y por supuesto grabamos discos, al menos uno o dos al año, lo que puede llegar a resultar heroico, porque se hace casi sin recursos. En este momento tenemos varios trabajos aún sin publicar, uno con mi música, que saldrá también en Neos, otro con música de cámara de pequeño formato de Ravel... Grabar es fundamental no ya sólo por darte a conocer, sino porque cada grabación repercute en la calidad del grupo, al elevar las expectativas y la motivación de todos. Basta con que los proyectos tengan un interés objetivo, y creo que nuestros trabajos lo tienen.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios