'El duende, hallazgo y cliché' | Crítica

La musa de García Lorca

  • José Javier León lleva a cabo un estudio sobre el concepto de 'duende', acuñado por Lorca en su moderna acepción

'Café de Chinitas', obra de 1942 de La Argentinita, con decorados de Dalí.

'Café de Chinitas', obra de 1942 de La Argentinita, con decorados de Dalí. / BNE

Me ha interesado mucho de este texto el estudio que hace León sobre el vínculo de Federico García Lorca con la pareja Encarnación López La Argentinita-Ignacio Sánchez Mejías. Este vínculo es la fuente de la relación de Lorca con artistas como el cantaor Manuel Torre o el bailaor Rafael Ortega, cuyos dichos y hechos, según León, están en la base de la teoría estética flamenca de Lorca y de su conferencia más famosa, Juego y teoría del duende.

Es un placer asistir a los estrenos de las obras más renombradas de La Argentinita, como El amor brujo o Las calles de Cádiz, a través de reseñas críticas y entrevistas con sus protagonistas en la prensa del momento. Y es que, como acertadamente señala el autor, no disponemos de una monografía sobre una de las bailaoras más importantes de la historia de España, La Argentinita. Esta obra da cuenta del nacimiento de Las calles de Cádiz con libreto del propio Sánchez Mejías, con el pseudónimo de Jiménez Chavarri, y supervisión de Lorca.

 

El duende El duende

El duende

Afirma León, siguiendo al historiador de la copla Ángel Zúñiga, que el origen de lo que hoy llamamos copla está en el trabajo de La Argentinita, dedicando un capítulo completo a su faceta de cupletista, que pondera incluso por encima de su condición de bailaora. Quizá sea así. Pero creo que su trabajo está en el origen, tanto o más que de la copla, de las obras de Antonio Ruiz Soler, la propia Pilar López y, más adelante, Gades, Maya y Granero. Es decir, del teatro flamenco o ballet flamenco, también llamado con el tiempo clásico español, que La Argentinita, junto con Antonia Mercé La Argentina, definieron en los años 20 y 30. Eso sí, ninguna de las dos bailarinas/bailaoras usó esta denominación. La compañía de La Argentina se llamó "Ballets Spagnols" y la de Encarnación López "Compañía de Bailes Españoles".

Capítulo central de este libro es el dedicado al análisis de lo que León define como "anécdota admirable", esto es, la historia de cómo una noche, en una taberna de Cádiz, el duende se apoderó de la Niña de los Peines, al ser recriminada con sorna por uno de los asistentes a la reunión. León estudia la identidad de cada uno de los actores de esta anécdota, desmentida en varias ocasiones por su protagonista, empezando por los cantaores Niña de los Peines y Espeleta.

Y otros flamencos, si admitimos la corrección de León respecto a la lectura tradicional, llevada a cabo por todos los editores, del texto de Juego y teoría del duende: los Floridas, según aclara León, son en realidad los Guarriros: hablamos de la familia Ortega a la que pertenecía el propio Rafael Ortega y en la que debemos consignar los nombre de Gabriela Ortega y Rita Ortega, hermanas y bailaoras gaditanas, y el mismísimo Antonio Monge Rivero El Planeta, el primero de los cantaores que reconoce la historia. Rafael Ortega Monge fue una de las fuentes de inspiración de las teorías jondas de Lorca, y familia además de los Gallos, saga de toreros insignes que triunfaban en la década de los 20 y 30 y que tuvieron también sus relaciones con La Argentinita. Una familia flamenca, torera, cantaora, bailaora y carnicera. Rafael Ortega, personaje singular, bailaor gitano y amanerado que fue, según León, no sólo el inspirador de muchos aspectos de las teorías lorquianas, también su informante directo.

León señala que la auténtica inmersión de Lorca en el flamenco, su relación con Manuel Torre, la Niña de los Peines y compañía, le fue dada por su amistad con Sánchez Mejías, que cambia su visión de lo jondo expresada en 1921 en Importancia histórica y artística del primitivo cante andaluz, llamado Cante Jondo. El encuentro con el torero se produce en 1927, año tan señalado en la vida de las letras hispánicas. Lorca, Sánchez Mejías y La Argentinita coincidieron en Nueva York en 1930 y, según León, allí encontramos el germen remoto de Juego y teoría del duende, que no es sino la conferencia que sobre su arte pronunció el torero en la Universidad de Columbia.

 

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