El tercer premio de la lotería de El Niño en Sevilla

La alegría desborda la cafetería Calusa de Las Cabezas de San Juan: "Es el número del local"

Miembros del personal de la cafetería Calusa posan con el número agraciado con el tercer premio del sorteo de El Niño.

Miembros del personal de la cafetería Calusa posan con el número agraciado con el tercer premio del sorteo de El Niño. / EFE

Trece años jugando el mismo número han tenido hoy su feliz recompensa en la cafetería Calusa de Las Cabezas de San Juan. El local ha repartido 3,5 millones entre su clientela en los 140 décimos agraciados este viernes con el tercer premio del sorteo de El Niño, el 18.918, y que han sido vendidos en esta cafetería como viene siendo habitual en los últimos trece años porque es "el número del local". 

Su propietario, Francisco Javier Ferrera, de 36 años, explica que la elección del número 18 responde a que ese es el número de la calle Maestro Joaquín Rodrigo en la que se ubica el establecimiento. Para Ferreras, repartir este premio ha sido el mejor regalo de Reyes. "Hoy han venido clientes a los que les ha tocado el premio y a los que no", ha manifestado a EFE. "No puedo estar más  muy contento", ha dicho Ferrera tras haber repartido suerte en este municipio sevillano de 16.000 habitantes.

No es el único punto de la provincia donde este viernes pasará a la historia. El tercer premio del sorteo extraordinario de El Niño ha dejado cinco millones de euros en Guillena, donde se han vendido 20 series completas, es decir, 200 décimos, dándose la casualidad de que 140 de ellos se los quedó el dueño de la cafetería Calusa de Las Cabezas, que cada año repite, como si fuera un ritual, este número en el sorteo de Navidad y en El Niño, convencido de que en algún momento tocaría, como ha así ha ocurrido.

De hecho, en el último sorteo de Navidad distribuyó entre su clientela más de 30 series del 18.918. Entonces no tuvieron premio. Ahora, han sido 14, lo que supone que ha llevado la alegría a cerca de 140 personas porque "es muy raro que alguien lleve dos", como él.

Los cinco trabajadores de la cafetería-pub también este viernes de enhorabuena. No por la celebración conjunta en el local, sino porque todos ellos llevan algún décimo agraciado, siguen atendiendo a sus clientes, que llenan el interior y la terraza del local, más ajetreado de lo habitual incluso en un día festivo.

Entre los agraciados, más que caprichos, predomina la intención de "tapar agujeros": "el que tiene hipotecas piensa en bajar el importe, el que iba a pedir un préstamo, no lo hará", ha indicado el dueño de Calusa.

Además de clientes, la suerte ha sonreído a algunos de sus familiares, como su abuela, quien por poco se queda sin décimo. "Me llamó para ver si me quedaba alguno porque había vendido el suyo", aunque finalmente pudo compartir los que llevaban su tío y abuelo. "Este año toca", vaticinó a su nieto.

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