El titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 4 de La Línea, a instancias de la Fiscalía Antidroga de Algeciras, ha decretado el ingreso en prisión de los cinco detenidos por el alijo de 2.500 kilos de cocaína hallado a bordo de un velero en mitad del Atlántico el pasado día 8, culminando así, por el momento, dos años de una “ardua y compleja” investigación desarrollada por el Grupo de Respuesta Especial para el Crimen Organizado (Greco) de la Policía Nacional en la Costa del Sol, en cooperación con otros cuerpos.

Los cinco implicados en estos hechos son los dos tripulantes de la embarcación y tres miembros más de la trama, detenidos en las localidades malagueñas de Mijas y Fuengirola, incluido el jefe del grupo, cuyos domicilios fueron registrados. Todos ellos son ciudadanos extranjeros, con antecedentes por su relación con el tráfico de drogas.

Desde finales de 2019 y a través de seguimientos y de intervenciones telefónicas, los agentes encargados de la Operación Midas-Ballestrinque estuvieron día y noche tras los pasos de los miembros de la red de narcotraficantes ante los indicios de que en diversas ocasiones habían empleado ya un velero, el Raffles Light, atracado habitualmente en el puerto deportivo de La Línea de la Concepción, para el transporte de grandes cantidades de cocaína entre Sudamérica y España.

La investigación se prolongó sin apenas resultados hasta que, a finales del pasado mes de agosto y cuando se estaba a punto de dar por archivadas las diligencias, los esfuerzos policiales dieron sus frutos, según fuentes conocedoras del caso. Los agentes habían detectado que una serie de problemas mecánicos en el velero abarloado en La Línea habían obligado a la red criminal a sustituirlo por otro, el Goldwasser, de bandera alemana. Los miembros de la trama habían adquirido este último en las islas Canarias y trasladado hasta El Puerto de Santa María, donde el jefe del clan tenía una residencia. Fue desde allí desde donde la embarcación partió rumbo al Caribe para emprender una nueva misión.

“Sabíamos que el barco transportaba la cocaína, pero no teníamos ni idea de si la iban a trasvasar a otra embarcación en mitad del océano o si iban a llegar con ella hasta España u otro país”

Ese cambio de barco fue un elemento que, inicialmente, sorprendió a los agentes, quienes tras comprobar que los dos tripulantes del Raffles Light eran los mismos que patroneaban el Goldwasser, se decidieron a seguir el rumbo de este último. Según las fuentes consultadas, se desconoce aún el momento y lugar en el que el barco fue cargado con la droga y cuándo y donde iba a deshacerse de ella. “Sabíamos que el barco transportaba la cocaína, pero no teníamos ni idea de si la iban a trasvasar a otra embarcación en mitad del océano o si iban a llegar con ella hasta España u otro país”, aseguran las fuentes.

Esa incógnita y el temor a que los narcos escapasen llevó a las autoridades policiales a abordar al velero en el Atlántico, a 480 millas de las islas Azores. Tras pedir la pertinente autorización a las autoridades alemanas por medio del CITCO (Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado), por tener el velero su bandera, agentes de la Policía Nacional y una dotación de asalto del buque Petrel, de Vigilancia Aduanera, llevaron a cabo el abordaje en medio de un fuerte temporal, causado por el huracán Sam, en aguas internacionales.

Algunas dificultades en el Petrel obligaron a este a remolcar el Goldwasser hasta el puerto de Vigo, donde atracó el pasado día 15, si bien las comparecencias de los detenidos previas a su ingreso en prisión se llevaron a cabo en los juzgados de La Línea de la Concepción.

En la vasta investigación desarrollada, además de con la Policía Nacional de Canarias, Aduanas y el CITCO, se contó con el apoyo del MAOC (Centro de Análisis y Operaciones Marítimas en materia de Narcotráfico), la Agencia Nacional contra el Crimen (NCA, en sus siglas en inglés) de Reino Unido, la Oficina de Estupefacientes francesa (Ofast), la Administración de Control de Drogas (DEA) de EEUU, la Dirección Antinarcóticos de la Policía Nacional (Diran) de Colombia y la Policía de Países Bajos.

En los registros se incautaron 34.600 euros en efectivo, una pistola, teléfonos móviles, una moto y tres vehículos de gran cilindrada y alta gama, así como diversa documentación.

A ninguno de los miembros de la organización criminal se le conoce trabajo legal alguno, lo cual no les impedía llevar un alto nivel de vida, manejando grandes sumas de dinero en efectivo en actividades de ocio, desplazamientos y alojamientos. Las investigaciones no han dado, por el momento, con la existencia de empresas tapadera que sirvieran para blanquear los ingresos de la red.

La organización optó por usar veleros para transportar la droga, ya que reúnen unas características muy concretas y específicas, tanto de posibilidad de carga como de enmascaramiento de su actividad. Al ser habitual que se utilicen en travesías transoceánicas, desde España hasta el continente sudamericano y viceversa, sus desplazamientos pueden resultar menos sospechosos y navegar y abastecerse fácilmente.

Narcos gallegos

La Policía destacó el pasado viernes que los narcotransportistas gallegos han desplazado parte de su acción criminal a la Costa del Sol, lugar en el que han construido estrechos lazos con otras organizaciones. Fue así como la investigación permitió concretar que lancheros de Arousa (Pontevedra) habrían contratado en Marbella la entrega de parte del transporte del estupefaciente que transortaba el Goldwasser.

Los dos tripulantes detenidos son experimentados marineros acostumbrados a navegar en condiciones climatológicas adversas, circunstancia que aprovechaban para tratar de eludir la acción de las fuerzas de seguridad.

Desde el pasado mes de julio, es la cuarta organización criminal dedicada a la introducción de cocaína en España desarticulada en la Costa del Sol. En conjunto, a estas cuatro organizaciones se les ha incautado tres toneladas y media de clorhidrato de cocaína.