Tramitación

Conversión de La Línea en ciudad autónoma: activada la burocracia

  • El Ayuntamiento publica el acuerdo del Pleno del 8 de julio y todos los estudios jurídicos y económicos con los que sustenta su petición

  • El plazo de alegaciones, no inferior a 20 días, comenzará a contar desde la publicación del expediente en el BOJA

Vista parcial de la ciudad de La Línea, vista desde El Higuerón.

Vista parcial de la ciudad de La Línea, vista desde El Higuerón. / M. C. I. C.

El Ayuntamiento de La Línea activa la larga lista de trámites burocráticos intermedios necesarios para la celebración de la consulta popular sobre la conversión del término municipal en una ciudad autónoma.

Tras la aprobación en el Pleno del pasado 8 de julio del inicio formal del proceso, el alcalde, Juan Franco, ha anunciado este jueves que ya se ha publicado en el tablón de edictos del Ayuntamiento y en la página web municipal el acuerdo plenario y toda la documentación vinculada, lo que incluye entre los anexos los estudios económicos, jurídicos y de contexto social. Con este trámite, se busca generar conocimiento del inicio del proceso para la próxima apertura del plazo de presentación de posibles alegaciones.

El Ayuntamiento linense también ha remitido el expediente (formado por 212 folios, anexos incluidos) para que sea publicado en el Boletín Oficial de la Provincia de Cádiz (BOP) y en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA). Una vez difundido en el BOJA, al día siguiente comenzará a contar el plazo de 20 días para las alegaciones o sugerencias.

Dentro de ese periodo de información pública, cualquier persona física o jurídica podrá examinar los documentos en la secretaría municipal en horario de oficina, en el tablón electrónico de anuncios y edictos del Ayuntamiento o bien en el Portal de Transparencia para sustentar la redacción de las alegaciones que considere procedentes.

"Consideramos que es una cuestión irrenunciable. Ya manifestamos que es la posibilidad real, tangible y dentro del marco que establece la Constitución Española y la legislación vigente para que La Línea encuentre un cauce adecuado para encontrar solución a los múltiples problemas que tenemos y que no se ven resueltos", ha enfatizado Franco. 

"¿Cree usted conveniente que el Ayuntamiento de La Línea de la Concepción eleve al Gobierno de la Nación y a las Cortes Generales una petición para instar la conversión del municipio en comunidad autónoma, de acuerdo con el art. 144 a) de la Constitución Española?". Es la pregunta planteada, pero para poder colocar las urnas en los colegios electorales deben sucederse antes numerosos trámites que ahora arrancan.

Burocracia

El acuerdo de inicio del procedimiento ha de someterse a información pública por un período no inferior a 20 días hábiles mediante publicación de anuncio en el Boletín Oficial de la Provincia y en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía. Es justo el próximo trámite que recorrerá la consulta. 

Simultáneamente, el acuerdo del Pleno debe comunicarse a la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía en la provincia para que en el plazo de quince días hábiles pueda también formular alegaciones.

Una vez cerrados ambos plazos, el del público general y el abierto para la Junta, las alegaciones deben ser resueltas por el Pleno en una votación por mayoría absoluta. 

Superado este segundo trámite ante el Pleno (el primero ya fue el del 8 de julio), quedaría acordada la celebración de la consulta popular. Entonces, el alcalde, a través del presidente de la Junta de Andalucía, debe solicitar la preceptiva autorización al Gobierno de la Nación, que debe pronunciarse a través del Consejo de Ministros

Si el Ejecutivo da su visto bueno, éste debe contestar a la Junta, quien a su vez traslada la información al municipio para que ponga en marcha la convocatoria dentro de unos plazos máximos establecidos. 

Aquí entrarían en marcha entidades como la Junta Electoral de Zona, para dar al proceso un carácter similar al de unas elecciones. Habría censo, urnas y papeletas así como numerosos trámites intermedios para ello (convocatoria, exposición del censo y alegaciones, etcétera). 

Con el permiso en su mano, la consulta se celebraría con un coste estimado para las arcas municipales de unos 60.000 euros y con una campaña en la que las formaciones partidarias y detractoras puedan expresar sus argumentos. Aunque en este procedimiento no viene marcado un mínimo de participación para tener en cuenta los resultados, el Ayuntamiento de La Línea se pondría una cifra de participación similar a la de los últimos comicios, entre el 40% y el 50%.

El Ayuntamiento sostiene la petición de la consulta popular en “diversas claves diferenciadoras” del municipio: La Línea es el único municipio español que comparte frontera con un enclave extranjero pendiente de descolonización, según Naciones Unidas; la dependencia del municipio respecto a la economía del Peñón; su contigüidad con un aeropuerto internacional; la necesidad de dotarla de recursos e infraestructuras para paliar su déficit notable en múltiples ámbitos socio-económicos; la importancia de que sus intereses específicos y los de sus ciudadanos afectados por todo lo anterior, se vean representados en comisiones multilaterales o trilaterales con el Peñón; y la necesaria adaptación de su régimen fiscal y tributario a la realidad de la comarca, donde La Línea de la Concepción coexiste con un territorio en el que las condiciones fiscales son sumamente laxas.

"Nuestra situación es tan específica y singular que la normativa habitual aplicable a un municipio de nuestras características no da acomodo a las necesidades que tenemos. Seguiremos luchando por un tema que consideramos fundamental y esperemos que en breve podamos llevar a Pleno la resolución de las posibles alegaciones que se presenten", ha recalcado Franco.

Si el resultado de la consulta fuera positivo, se presentaría una petición formal al Congreso, Senado y Gobierno de constituirse en Ciudad Autónoma. Las Cortes Generales tendrían que aprobar esa creación, iniciándose el proceso de redacción del estatuto de autonomía, para su posterior aprobación.

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