La Línea

Sierra Carbonera quiere volver a ser verde

  • Decenas de voluntarios vuelven a reforestar la zona calcinada por el virulento incendio del verano de 2016

Los ciudadanos volvieron a dar ayer un nuevo ejemplo de concienciación cívica y medioambiental acudiendo masivamente a la segunda reforestación de la falda de Sierra Carbonera organizada por Verdemar Ecologistas en Acción.

Familias con hijos, adolescentes y adultos respondieron a la llamada de los conservacionistas para devolver el verdor al monte que ardió en julio de 2016 en el enésimo incendio forestal sufrido por este paraje del término municipal linense. Aquel fuego se saldó con más de 450 hectáreas calcinadas. Lejos de resignarse, los ciudadanos acudieron el año pasado movilizados a través de las redes sociales para plantar brotes de alcornoques, algarrobos y otras especies autóctonas. Ayer, nuevamente, la respuesta fue más que positiva.

Centenares de personas volvieron a citarse por la mañana en la zona de la Primera Torre cargados con herramientas, agua y brotes de alcornoque y semillas dispuestos a continuar con la tarea emprendida el año pasado cuyos frutos, en forma de retoños, se encuentran salpicando ya de verde parte de la ladera.

"Vamos a demostrar que si a las administraciones no les interesa el futuro de la Sierra Carbonera, los ciudadanos sí queremos que esta sierra vuelva a ser verde", aseguró la portavoz de Verdemar Raquel Ñeco en su bienvenida a los participantes.

Ñeco también hizo alusión a la gran presencia de niños y adolescentes en la repoblación, a los que especialmente agradeció haber acudido.

Uno de los voluntarios explicó a los asistentes, megáfono en mano, las pautas para lograr el máximo grado de supervivencia posible de los ejemplares: plantar tanto las raíces como las semillas a unos dos centímetros de profundidad y en una zona a ser posible mirando hacia el este, para que el sol incida lo menos posible en verano y seque el brote que, además, debe estar protegido por un cerco de piedras. Estas instrucciones fueron dadas el año pasado y, a tenor de los resultados, fueron seguidas dado que buena parte de lo sembrado hace ahora doce meses ha sobrevivido. Tanto que el monte comienza a dejar de parecer una loma de color pardo para recuperar, poco a poco, el color deseado. También se recomendó que los nuevos brotes fueran sembrados junto al camino para facilitar la labor de riego. Tras estas explicaciones, los voluntarios se pusieron manos a la obra y durante unas tres horas la actividad en unos cuatro kilómetros a la redonda estuvo marcada por el buen ambiente y las ganas de devolver el verdor perdido al monte. "El año que viene volveremos a plantar y poco a poco dejaremos de nuevo esta sierra verde", garantizó Ñeco. El colectivo ecologista supervisará en las próximas semanas la evolución de estos plantones y los regará, si no llueve, con el fin de que el próximo año la cita se desarrolle en un monte cada vez más poblado de vida.

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