Varios turistas que guardaron cola durante el día de ayer para entrar en Gibraltar denunciaron a este diario que fueron estafados mientras aguardaban en la cola de entrada por un par de individuos que, con una acreditación colgada del cuello, les cobraron 20 euros por ponerles en el parabrisas con un rotulador permanente las letras OK, lo que supuestamente les da derecho a aparcar en cualquier zona de Gibraltar y, en La Línea, en el aparcamiento que gestiona la Plataforma de Parados junto a la Verja y en el del puerto deportivo Alcaidesa Marina.

El procedimiento que siguen estas personas es fácil. Aprovechan que el tráfico es lento en el carril de acceso al Peñón y se acercan a los turistas, bien de fuera de la comarca, bien extranjeros, para explicarles que por 20 euros pueden obtener el derecho de aparcar sus vehículos en cualquier zona de la Roca. Algunos pican en el anzuelo, ya que llevan unas acreditaciones colgadas del cuello elaboradas por ellos mismos y, además, van bien vestidos, lo que despista a los visitantes de la colonia británica.

No es la primera vez que intentan estafar a los turistas que llegan a La Línea para ir a Gibraltar. Desde el pasado mes de diciembre algunos de los conocidos como varillas vienen actuando en el carril de acceso para aprovechar el desconocimiento de algunos visitantes.

Después de ausentarse durante más de diez años de la zona cercana a la frontera, estos varillas volvieron a actuar en las inmediaciones de la Verja en diciembre. Por entonces un testigo confirmó a este diario que uno de ellos cobró diez euros a un conductor tras darle un ticket con el que supuestamente podía tener acceso a la colonia británica.

El problema de los varillas tuvo su punto álgido alrededor del año 2000, hasta el punto de que en verano de 2001 fueron desplazados definitivamente de la avenida de acceso a Gibraltar.

En octubre de 2001, con Juan Carlos Juárez como alcalde y Manuel Aguilera como concejal de Seguridad Ciudadana, fueron retirados los carteles que advertían sobre los varillas de la frontera. Esos carteles estuvieron colocados cuatro años en la avenida de España y en ellos se advertía en varios idiomas sobre las posibles estafas en las inmediaciones de la frontera con Gibraltar. Los paneles recomendaban a los turistas que extremaran sus preocupaciones al tiempo que advertían de que no era precioso pagar ninguna cantidad de dinero para entrar en la colonia británica.