La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

¡Esto no son vacaciones!

¿Otra ocurrencia de Vox? No suena tan mal que los políticos no cobren su sueldo hasta que las instituciones echen a andar

Voy a frivolizar: no ha sido el paso atrás que acaba de dar Pablo Iglesias lo que empieza a desbloquear la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno; lo realmente determinante, lo que de verdad alejará el fantasma de la repetición electoral, es la advertencia de la reina Letizia de que así no hay manera de desconectar... "¡Esto no son vacaciones!"

Bueno, usted y yo tal vez sí (si se concatenan los condicionantes de la plebe: que tengamos trabajo y que nos lo podamos permitir), pero no la familia real (aunque para algo es "real" y tiene responsabilidades de Estado). Lo cierto es que ya ocurrió en el verano de 2016. La agenda de Marivent pendiente de La Moncloa y el rey volando desde Mallorca a Madrid para despachar con Mariano Rajoy.

En esta ocasión, La Zarzuela ya ha activado varios escenarios de descanso estival en función de cómo se desarrolle todo el proceso.

Sigo frivolizando: que en el casoplón de Galapagar hayan accedido a aplicar el "tanto monta, monta tanto" de los Reyes Católicos para conformar un gobierno de coalición-cooperación con el PSOE, superando el veto del líder socialista a que Pablo Iglesias ejerza de caballo de Troya del Ejecutivo desde el puesto de la Vicepresidencia, no ha sido el principal factor activador de las negociaciones; un intangible tan impredecible como crispar aún más a la opinión pública sobre la utilidad misma de los políticos (y de sus sueldos) puede tener un efecto mucho más movilizador. ¿Que se queden sin cobrar mientras no sean capaces de alcanzar un acuerdo para poner en marcha las instituciones?

La ocurrencia -o no tan ocurrencia- es de Vox. El portavoz parlamentario, Iván Espinosa, proponía a comienzos de semana la congelación del sueldo de los diputados en el Congreso hasta que no se conformara Gobierno, aunque su propuesta bien se podría extender a las autonomías (Madrid y Murcia son razones de peso) y a los propios ayuntamientos. Sus argumentos son aplastantes: el Congreso "vacío", "todo el mundo cobrando y muy poquitos trabajando"…

Granada no está siendo ninguna excepción. No tanto en la Plaza del Carmen por no trabajar -es más que manifiesto el ritmo de contactos desde la constitución del ayuntamiento con el sorpresivo nombramiento como alcalde de Luis Salvador (Cs)- como por el complejísimo escenario de gobierno y las dificultades de partida para llegar a acuerdos.

Pero sí, también aquí el factor pela es crucial. Lo contábamos esta semana en Granada Hoy: el reparto de las dedicaciones exclusivas (con un tope de 18 para los 27 concejales que integran la corporación municipal) se ha convertido en la vía de escape para que el nuevo gobierno consiga sacar adelante el pleno de organización. Así ha sido. El bipartito de Cs y PP ha logrado sumar al PSOE y a Podemos-IU en una operación que no responde sino al más estricto sentido del pragmatismo: ¿una moción de censura cuando no se han cumplido ni dos meses de las Municipales como quería Vox?

Por mucho que Onofre Miralles haya entonado la crítica de los "bien pagaos", lo que no puede permitirse la ciudad -como no se lo puede permitir España- es deambular en un bloqueo constante. El PSOE podrá ejercer un liderazgo fuerte en la oposición con cuatro concejales completamente liberados, a su izquierda Antonio Cambril y Paco Puentedura marcarán el pulso más crítico y fiscalizador al bipartito de derechas y Vox estará donde debe estar...

Sorprende en Granada que al partido de Santiago Abascal le puedan las inquinas personales por encima de su prometida defensa de un "nuevo tiempo" -radical y profundo- más allá del intento fallido de regeneración de Cs. No me refiero a su férrea oposición a la Vicealcaldía para Sebastián Pérez, se trata en realidad de un cargo más simbólico que de fondo que requiere una modificación del ROM y acapara el rechazo de todos los grupos, sino a su posición buscada de outsider.

¡Vacaciones de verdad! Las necesitamos los ciudadanos -nos basta con descansar de los políticos- y las recomiendan los expertos ¡por salud mental! Una humilde recomendación: sálgase de los grupos de WhatsApp, apague el teléfono móvil y desconecte. Aunque sea sin moverse del sofá...

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