La Colmena

Momento florero (y no son ellas)

  • De la irrelevancia a la vergüenza: 8 bomberos salvando una rata, Pablo Motos mofándose del acento granadino, los chascarrillos provincianos y machistas de Domi del Postigo en el 28-F...

Distinciones en Granada del 28-F con el Gobierno del cambio. Ni una premiada.

Distinciones en Granada del 28-F con el Gobierno del cambio. Ni una premiada.

"Saber que una ardilla se muere en tu jardín puede ser más relevante en este momento para tus intereses que saber que muere gente en África”. El ciberactivista Eli Pariser cuenta esta anécdota en su libro El filtro burbuja para explicar “cómo la web decide lo que pensamos y lo que no pensamos”.

El analista norteamericano nos advierte sobre los mecanismos de los grandes gigantes tecnológicos que van mucho más allá del papel prescriptor de los medios: ya no se trata de inocularnos con un mensaje determinado como si fuera una aguja hipodérmica (pensemos en la propaganda y en la manipulación) y ni siquiera de orientarnos sobre lo que debatir o pensar (recordemos las teorías clásicas sobre la construcción de la opinión pública); ahora son los algoritmos los que directamente deciden por nosotros. Nos protegen y nos aíslan. Y lo hacen sin que nos demos cuenta.

Pariser publicó su inquietante libro hace casi una década y la evolución de internet y las redes sociales se han empeñado en darle la razón. He recordado el episodio de la ardilla asombrado por una de las noticias que más se han compartido en los medios alemanes.

Imagen de la rata salvada por los bomberos alemanes. Imagen de la rata salvada por los bomberos alemanes.

Imagen de la rata salvada por los bomberos alemanes.

La foto es tan espeluznante como la historia: los bomberos se movilizaron la tarde del pasado domingo en Bensheim, una pequeña ciudad al sur de Frankfurt, para rescatar a una rata muy “gorda” que había quedado atrapada en el agujero de ventilación de una alcantarilla. “Incluso los animales más odiados merecen respeto”. Por las redes volaron los corazones de empatía con el inaudito rescate y el debate se movió entre el entusiasmo y la incredulidad. ¡Ocho bomberos salvando una rata!

Una ardilla y una rata. Llevan toda la semana persiguiéndome. Y obligándome a filtrar con dureza y con sarcasmo cada noticia que se cruza en mi camino. Podríamos verlo como una fábula sobre la relevancia. O lo que es lo mismo: la irrelevancia. Uno de los temas más leídos estos días en la web de Granada Hoy ha sido la polémica por la broma de Pablo Motos en El Hormiguero a dos científicos granadinos expertos en robótica.

Javi y Andrés debían mostrar en un experimento cómo la Inteligencia Artificial y las redes neuronales pueden ayudar a un ordenador a reconocer personas y objetos como si se tratara del cerebro de un niño. La noticia fue su acento. “¿Hablas así porque quieres o hablas así porque hablas así?”. El alcalde ha terminado pidiendo al presentador que se disculpe por sus “desafortunados comentarios”...

Pablo Motos con los científicos granadinos en El Hormiguero. Pablo Motos con los científicos granadinos en El Hormiguero.

Pablo Motos con los científicos granadinos en El Hormiguero.

En la entrega de las Medallas de Andalucía del 28-F, las primeras distinciones que concede el gobierno de Juanma Moreno, también la noticia ha sido el presentador. Para que se hagan una idea de lo surrealista, bochornoso e indignante que terminó siendo el acto, les propongo que combinen dos series de televisión: Vota Juan y Vergüenza.

Por momentos fue un sainete con medio público subiendo al escenario a compartir premios y recoger diplomas. La solemne foto de familia final acabó en la insignificancia. Lo cierto es que se ha convertido en una práctica contagiosa entre las instituciones organizar actos largos y tediosos para reconocer a todos por todo. Cuanto más, mejor. Rehenes de lo políticamente correcto y sin darse cuenta de que para distinguir hay que elegir; que los méritos se diluyen si se comparten y que no hay ni excelencia ni excepcionalidad cuando equiparamos a la baja.

Hay que tener personalidad y criterio para saber elegir –premiando a unos y privando a otros del reconocimiento– y, aunque parezca un asunto menor, no es ninguna cuestión accesoria el momento presentador… Aunque él se crea Mr. Bean, al periodista Domi del Postigo no sé si situarlo en el plano de ingenuidad y torpeza de Juan, el ministro de Agricultura y político de Logroño con aspiraciones a la presidencia del país que borda Javier Cámara, o en el plano gafe de Jesús, el fotógrafo que contamina a Malena Alterio de sus meteduras de pata en la producción de Movistar. A su egocentrismo y chabacanería se sumó el paternalismo, la vehemencia y el machismo con que se pronunció; cuando seguía el guión y cuando improvisaba.

Al inicio del acto critiqué en redes sociales que en las banderas de la Junta en Granada no se hubiera distinguido a una sola mujer y que entre “las Medallas de Andalucía del Gobierno del cambio” sólo hubiera dos. Tras tres insufribles horas de acto, casi lo agradecí. Ni Inma Cuesta ni Pastora Soler merecieron sus chascarrillos provincianos. Sobre el perfil de los premiados, resulta sintomática la (nula) sensibilidad del Ejecutivo de PP-Cs justo en un momento en el que Vox continúa vapuleando la igualdad y ataca las políticas contra la violencia de género.

La irrelevancia no es sólo un mal de los algoritmos y de las burbujas de filtros. Vivimos demasiados momentos florero y, afortunadamente, nada tiene que ver con ellas.

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