La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

Interferencias de campaña

Una de las asignaturas pendientes de esta ciudad es saber qué ocurrió en la larga etapa de Torres Hurtado

Pérez Rubalcaba, en el tenso acto en la UGR de 2013.

Pérez Rubalcaba, en el tenso acto en la UGR de 2013.

"España se merece un Gobierno que no le mienta". Día de reflexión de las elecciones generales de 2004. Todos los sondeos daban la victoria al PP de Rajoy. El jueves previo a la jornada electoral, Al-Qaeda perpetró la matanza en los trenes de cercanías de Madrid, distorsionó la campaña y truncó la propia historia de este país. El 11-M lo cambió todo. Los españoles se movilizaron y eligieron el "cambio tranquilo" que proponía Zapatero tras la dura etapa de Aznar. Ese domingo, el PSOE casi alcanza la mayoría absoluta que tantos añoraban del Felipe González de los 80.

Alfredo Pérez Rubalcaba era entonces el jefe de campaña de los socialistas. La frase lapidaria que de forma espontánea casi se convirtió en un lema electoral es suya. Con su muerte, toda la prensa ha destacado su visión como hombre de Estado, su perfil de socialista íntegro e imperturbable y su legado como "puntilla de ETA". Es la fotografía certera y relevante de un político que seguirá creciendo en la Wikipedia. Con la admiración de lo suyos y el respeto de la mayoría.

A Granada vino en numerosas ocasiones, a actos orgánicos e institucionales, y se ganó un sonoro escrache en plena crisis por parte de un grupo de universitarios que hasta lo obligaron a suspender un acto en la Facultad de Ciencias. Era el momento del 15-M y era lo que tocaba. Incluso para ese profesor Rubalcaba que tendría que esperar casi una década para poder resarcirse reflexionando sobre La química de la política...

Creo que nunca crucé una palabra con él. Y por eso escribo. Porque no tengo nada que demostrar, ninguna lección que dar ni nada de lo que presumir. Y porque creo que el mayor valor que puede tener un representante público es ser capaz de interferir en nuestras vidas, en la de la gente anónima, en la de cualquiera, pero sin planificación, cálculo ni estrategia. Sin buscarlo. Sin nada que ganar ni perder. Ni siquiera un voto.

Rubalcaba me dejó pensando aquel sábado electoral, me sorprendió cuando situó a Carme Chacón casi como un mirlo blanco para el PSOE y me impresionó cuando, después de haber sabido llegar y estar, también supo irse… A preparar clases y corregir exámenes. Sin estridencias ni impostados tutelajes.

Ahora vuelve a interferir yéndose del todo sin mayores consecuencias que un impasse en la campaña -de reconocimiento- por parte de todas las formaciones que en dos semanas se juegan el poder autonómico y local.

Nada tiene que ver esta intromisión con la tragedia de hace quince años ni con las que, de manera más o menos interesada, se intentan colar en las campañas para tener impacto en un resultado electoral. De las "causalidades" que criticaba este viernes Sebastián Pérez o de las "casualidades"...

El candidato a la Alcaldía del PP se refería al anuncio de las fechas del juicio a Torres Hurtado por el caso Serrallo justo el día de arrancaba el 26-M. Al auto de la Audiencia que se reserva del 3 de febrero al 3 abril de 2020 para enjuiciar a 17 personas entre concejales y altos cargos del Ayuntamiento por la construcción de una discoteca en lo que debería haber sido un parque infantil.

Torres Hurtado se enfrenta a 8 años de prisión, multas de 522.000 euros y 36,5 años de inhabilitación. Y es sólo el principio de su travesía por el desierto, porque luego vendrán las piezas separadas de la Operación Nazarí...

¿Interferencias? Mucho se ha escrito de la etapa de la jueza Alaya y sus oportunos autos de los ERE en momentos electorales clave. En el caso de Torres Hurtado, se especuló incluso con que el juicio podía coincidir con las Municipales. ¿Ahora se pone fecha para perjudicar a unos y beneficiar a otros?

Sin condenar ni exculpar a nadie antes de tiempo, la realidad es que hay un calendario en los tribunales que -nos guste o no- seguirá avanzando. No es causalidad ni casualidad; son denuncias y hechos. La Justicia tiene sus tiempos y, lamentablemente, desde la política no se dejan de dar motivos para que vayan en paralelo.

Más aún en una ciudad donde aún queda pendiente saber qué ocurrió en los tres largos mandatos del PP. Por los propios implicados y por todos. Porque, como decía Rubalcaba, nadie merece un gobierno que le mienta...

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