Esteban Granero | Ex futbolista y CEO de Olocip

Esteban Granero: "El discurso simple de un futbolista a veces sólo lo está protegiendo"

  • El ex futbolista vino al Centro Cultural La Malagueta a conversar sobre la inteligencia artificial aplicada al mundo del fútbol

Esteban Granero (Madrid, 1987) en los momentos previos a la entrevista.

Esteban Granero (Madrid, 1987) en los momentos previos a la entrevista. / Javier Albiñana (Málaga)

A Esteban Granero (Madrid, 1987) le apodaron El Pirata por su barba desarreglada y su pelo despeinado cuando empezaba a jugar al fútbol. Pese a no dejar nunca la barba por completo en el fondo del sumidero, su imagen ahora es menos desaliñada, el pelo ya no se le cuela entre los ojos y el vello facial está mantenido a raya. Son algunos de los cambios externos de alguien que podría no parecer un ex futbolista, pero ¿qué es un ex futbolista? O, ¿qué debería ser? Tampoco se ha desligado del mundo del fútbol, ahora es el CEO de una empresa de inteligencia artificial (IA) que trabaja para mejorar la toma de decisiones, ¿después de tanto tiempo y experiencia adquirida para qué cerrar esa puerta? Por medio de esa empresa, Olocip, sigue ligado a Marbella, ciudad donde se retiró del verde, aplicando la inteligencia artificial a los datos del turismo. En sus respuestas pausadas y su vocabulario preciso se intuyen otras dos de sus grandes pasiones: el ajedrez y la lectura. También le gusta regalar Los momentos estelares de Stefan Zweig. 

Es difícil encontrar una presentación en la que no se mencione que no parece un ex futbolista, ¿estará cansado de escucharlo, no?

En ese sentido mira Miguel (por Pardeza, con quien comparte un coloquio tras la entrevista sobre la IA aplicada al fútbol), tampoco lo parece. No sé qué hay que hacer para parecer un ex futbolista. Yo hago lo que he hecho siempre, que es lo que me hace feliz. Siempre he sido muy curioso y me han gustado las cosas que me han gustado, que no son ni mejores ni peores que las de la gente. Eso me ha colocado en un estereotipo un poco de rarillo, pero sin problema, lo asumo y estoy contento.

Quizá lo otro también es un poco cliché.

Es como siempre que se ponen etiquetas tan grandes. Los futbolistas tenemos una fama por un lado merecida, pero por otro lado que no es real. Merecida porque a veces alimentamos el monstruo, pero por otro lado no es real porque los futbolistas no están ofreciendo al público lo que son, están ofreciendo lo que necesitan ofrecer para protegerse y no caer en problemas. Hay un exposición tan grande que el discurso simple es el más adecuado la mayoría de las veces para un futbolista y no significa que el futbolista tenga esa simpleza, simplemente se está protegiendo.

"Las cosas que me gustan me han colocado un estereotipo de rarillo, pero lo asumo"

Pese a que se dice que no parece futbolista, sigue ligado a ese mundo.

Yo creo que es casi inevitable que el fútbol esté por ahí. Me parece hasta adecuado, ganamos una experiencia importante y un conocimiento de cómo funciona la industria y que un futbolista siga ligado al deporte aunque sea en otra faceta y no tenga que sudar en el campo pero sí hacerlo en otros sitios, pues me parece lógico y hasta bueno.

La inteligencia artificial tampoco es una inversión muy usual.

Más que una inversión económica es una inversión de tiempo. Movido un poco por la curiosidad yo veía como se estaban tomando decisiones en el fútbol a través de corazonadas y de fundamentos poco objetivos. Me preguntaba si eso podía cambiar y si había manera de hacerlo mejor. Y la manera era la inteligencia artificial, eso era evidente. Como en casi todo, porque los datos están en todos sitios hoy, lo que hay que saber es usarlos en lo que nos beneficia y eso es a lo que llegamos.

¿Da vértigo saber cómo funciona desde dentro?

Funciona igual que funcionamos nosotros, pero es como si estuviéramos dopados. Nosotros utilizamos para aprender el método científico. Observamos y a partir de esa observación formulamos hipótesis, de ahí una teoría. El siguiente paso son los resultados y o reforzarlo o formular nuevas teorías. Eso es lo que hemos hecho para aprender durante toda la historia y es lo que nos diferencia del resto de seres vivos, pues la inteligencia artificial hace eso pero con mucha más velocidad, capacidad y objetividad, que nosotros no la tenemos, pero esencialmente es lo mismo.

"Con la inteligencia artificial hace falta más talento que nunca, no apruebas un examen por la calculadora"

¿Se está perdiendo un poco la chispa del talento, dejará de existir ese valor diferencial cuando todos dispongan de la tecnología?

No, porque esto forma parte de un proceso donde hay diferentes ruedas engranadas. Tú si vas al examen de matemáticas sin tener mucha idea, por mucho que lleves la calculadora vas a suspender. Pues esto es parecido. El talento es tan necesario o más que nunca, lo que pasa es que se desarrollan otros talentos, talento también es saber utilizar los recursos a disposición y hoy en día la inteligencia artificial es un recurso.

Un recurso que no sólo se puede utilizar en el fútbol, también trabaja con el área de Turismo del Ayuntamiento de Marbella.

Todo lo que sea susceptible de ser traducido en datos, y la información turística está más que analizada, puede ser aprendido. Ese aprendizaje nos genera que no solamente podamos analizar lo que ha pasado y mirar hacia atrás de forma descriptiva, sino que esos datos puedan aprender cómo se relacionan las circunstancias para poder adivinar y predecir qué es lo que va a pasar. Ese es el salto diferencial que te da la inteligencia artificial. Y el salto posterior que va de la mano es: qué tengo que hacer yo para que suceda lo que realmente quiero que suceda. Esa visión prescriptiva es dónde queremos llegar.

La inteligencia artificial ya hace crónicas deportivas básicas o juega al ajedrez, ¿cree que alguna vez podrá escribir una buena novela?

A corto y medio plazo es insuperable la pluma humana. Para una novela y para una crónica deportiva. Hay un elemento artístico en este procedimiento que surge de una sensibilidad que a las máquinas les va a costar más llegar. Las máquinas hacen muy bien lo que nosotros, por lo general, sabemos hacer muy bien. Pero nuestra genialidad, nuestra chispa, no es algo general, es algo muy particular y eso es complicado que una máquina lo pueda aprender. En el ajedrez nos han superado rápidamente, pero no va a haber una máquina que pinte Las señoritas de Avignon.

Le dijo hace poco a Àngels Barceló que se levantaba escuchando a Iñaki Gabilondo a diario, ¿elegiría esa como su postal de infancia?

Esa seguro, mi madre ha sido siempre de carnet socialista y la Ser por las mañanas. Cuando asocias la memoria a una emoción ese momento se queda siempre. Y esa melodía se me queda porque tu madre levantándote de niño es un momento muy emotivo. Pero mis mayores recuerdos son con una pelota y con mi hermano. Si tengo que elegir una postal de infancia somos mi hermano y yo en un descampado de la Casa de Campo jugando con el balón.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios