Gibrexit

Undécima ronda de negociación entre la CE y Reino Unido por el tratado sobre Gibraltar

Cleverly y Albares (d.), en la última reunión en Madrid.

Cleverly y Albares (d.), en la última reunión en Madrid. / EFE/ Borja Sánchez Trillo

Nueva ronda de negociación entre la Comisión Europea y Reino Unido por el tratado sobre Gibraltar tras el Brexit. El que será el undécimo encuentro oficial entre todas las partes contará con presencia gibraltareña en la mesa, según han avanzado este martes las autoridades del Peñón.

El ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo, y el viceministro principal, Joseph García, se encuentran en Madrid para continuar las conversaciones sobre la futura relación de Gibraltar con la Unión Europea y España. El fiscal general Michael Llamas acompaña a la embajada de la Roca. 

Llamas, según ha anunciado el Gobierno gibraltareño, se trasladará de Madrid a Londres para participar en la próxima ronda formal entre el Reino Unido y la Unión Europea. Picardo y García se conectarán virtualmente a la reunión. "El Gobierno sigue plenamente comprometido con la consecución de un tratado positivo, seguro y protegido para Gibraltar y es muy optimista sobre el consenso para lograr dicho tratado", ha asegurado el comunicado llanito.

La CE y Reino Unido tienen en el horizonte cercano un doble intento de cerrar con éxito el Brexit en las dos fronteras que hasta ahora han supuesto escollos: Gibraltar e Irlanda. Con respecto al Peñón, se llevará a cabo la undécima ronda de negociación sobre Gibraltar, en principio, con un clima más despejado por el acuerdo sobre las irlandas. Algunos miembros de los equipos negociadores (sobre todo el británico) incluso participan de los dos procesos.

La última reunión referente al tratado tuvo lugar el día 14 de diciembre cuando el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España, José Manuel Albares, recibió en Madrid al ministro de Exteriores británico, James Cleverly

Albares añadió entonces que lo que está sobre la mesa es un "acuerdo global" y que "nada está acordado hasta que todo esté acordado", antes de reconocer que en lo que respecta al Brexit "todo ha superado el tiempo esperado". "La diplomacia y la negociación, sobre todo una tan compleja como esta, requiere tranquilidad, discreción y dejar trabajar a los equipos negociadores porque al final, tanto James Cleverly como yo vendremos a presentar el acuerdo cuando esté todo cerrado", subrayó. 

¿Cuáles son las claves sobre la ausencia de acuerdo entre la CE y Reino Unido sobre Gibraltar?

1. Las pensiones de los trabajadores españoles

Uno de esos escollos es la negativa de Gibraltar a equipar las pensiones que cobran los extrabajadores españoles en el Peñón -y las que, en un futuro, cobrarán quienes hoy siguen trabajando allí- con las de los gibraltareños. La diferencia en la percepción del conocido como community care entre los jubilados llanitos y los españoles (más los de otras nacionalidades) ronda en la actualidad las 400 libras al mes (alrededor de 460 euros), según las fuentes consultadas. No obstante, se ignora cuántas personas reciben hoy en día esa pensión al tratarse de datos maneja y guarda celosamente el Ejecutivo del Peñón.

Ahora, según el censo de trabajadores realizado tras el Brexit, en la Roca trabajan unos 12.000 españoles y 3.000 personas de otros países que, en su momento, cobrarán el community care; eso sí, con esas mismas 400 libras de diferencia y que dejan de recibir quienes les precedieron desde que 1982 se reabrió la Verja.

2.- Trasponer la normativa Medio ambiente

El medio ambiente es el segundo motivo de discrepancia. Los negociadores británicos, en cuya delegación se integra una representación gibraltareña, se niegan a aceptar la trasposición directa y más o menos estricta de la normativa europea a la legislación del Peñón. En materia de vertidos, por ejemplo, Gibraltar conduce a través de emisarios submarinos buena parte de sus aguas residuales al mar sin depurar y el bunkering (el repostaje de barcos en la Bahía de Algeciras a través de grandes gabarras) se desarrolla por parte de empresas gibraltareñas con estándares diferentes a los de la UE.

3.- Armonización fiscal: IVA e impuestos especiales

Tampoco hay consenso en torno a la armonización fiscal de Gibraltar con la UE, un aspecto recogido en el acuerdo de la Nochevieja de 2020 entre España y Reino Unido. El Gobierno del Peñón, a tenor de las informaciones recabadas por esta redacción, rechaza de plano equiparar el IVA y los impuestos especiales (sobre las bebidas alcohólicas, el tabaco, los hidrocarburos, el juego...) que rigen en España a las figuras impositivas de la colonia porque, no en vano, gran parte de los ingresos de esta última derivan precisamente de una baja tributación que atrae a miles de empresas.

En cuanto al tabaco, si bien es cierto que se alcanzó un memorándum respecto a los precios mínimos de las cajetillas en la colonia para disuadir a los contrabandistas, la realidad es que desde el Peñón siguen saliendo ilegalmente a diario y con impunidad miles de cigarrillos que encuentran vías de comercialización alternativas a las oficiales.

4. Control del puerto y el aeropuerto

La cuarta causa de discrepancia es la que hasta ahora ha tenido más relevancia, al menos a nivel público: el control policial del puerto y del aeropuerto. Para la UE, si desaparece la Verja, las fronteras exteriores de la UE pasarán a estar en ambos puntos y la responsabilidad de su vigilancia corresponde a las autoridades policiales y aduaneras españolas -como estado más próximo- con el apoyo temporal de Frontex, la agencia europea de fronteras; para el Ejecutivo de Picardo, esas posiciones son irrenunciables y una suponen una cuestión de honor: “This is our land”, ha proclamado el ministro principal bajo la premisa de que “ningún agente español realizará controles de ningún tipo en el aeropuerto ni en el puerto de Gibraltar”.

5.- La cuestión militar

La última piedra en el camino tiene que ver con el uso del aeropuerto y puerto gibraltareños, dos instalaciones militares que, a juicio de muchos, son la razón de ser de Gibraltar desde su ocupación por parte de la flota anglo-holandesa en 1704. Con una frontera abierta, la UE, en este caso, desea establecer un sistema de información que le permita conocer qué buques y qué aviones llegan al Peñón y con qué propósito hacen escala. La CE, de nuevo se topa con noes rotundos, en este caso, los de la Royal Navy y la Royal Air Force.

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