Gibraltar

La economía británica crece pese a la turbulencia política

La economía del Reino Unido creció en el último trimestre de 2016 un 0,6% respecto al trimestre anterior, pese a la anunciada decisión del Gobierno británico de abandonar la Unión Europea (UE), informó ayer el instituto de estadística ONS.

El aumento del producto interior bruto (PIB) incluso fue ligeramente superior a lo que habían previsto los analistas y fue precidido por un crecimiento similar en el tercer trimestre de 2016. De esta manera, no se han confirmado los temores de que el voto británico a favor de la salida de la UE en el referéndum celebrado el pasado 23 de junio, el llamado Brexit, afectaría gravemente a la economía británica. Así lo demuestra también la expansión del PIB en el conjunto de 2016, que se situó, según el ONS, en el 2,0%, solo dos décimas por debajo de la cifra registrada en 2015. El crecimiento en el último trimestre de 2016 se debió casi exclusivamente al dinamismo del sector de servicios, muy grande en el Reino Unido, al que pertenece la rama financiera de la economía. Por el contrario, la industria manufacturera y el sector de la construcción apenas crecieron en los tres últimos meses del año.

Los economistas del laboratorio de ideas británico Pantheon advirtieron, sin embargo, que el crecimiento económico del Reino Unido no es equilibrado ni sostenible ya que se basa casi totalmente en el consumo privado.

Los opositores al Brexit no descartan que aún se registren consecuencias negativas del divorcio europeo para la economía británica. Por ejemplo, los fabricantes de automóviles británicos han reducido notablemente sus planes de inversiones con motivo del Brexit.

Según la Sociedad británica de Fabricantes de Automóviles SMMT, el volumen de las inversiones anunciadas se redujo en 2016 en un tercio, a 1.660 millones de libras.

Por su parte, los analistas de la consultora Capital Economics advierten de que el previsible aumento de la inflación como consecuencia de la subida de los precios de la energía y de la caída de la libre afectará al poder adquisitivo de los hogares británicos.

En cambio, la debilidad de la libra podría mejorar la competitividad de la industria británica debido al abaratamiento de las mercancías británicas en el exterior.

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