Gibraltar

El Día Nacional, dividido

  • La oposición, el PDP y el Grupo por la Autodeterminación congregan a cerca de 2.000 personas, pero el acto oficial del Gobierno supera esa cifra · Bossano vuelve a recurrir al 'No pasarán' contra España

Gibraltar volvió a celebrar ayer su Día Nacional, que al igual que el año pasado, cuando el Gobierno decidió no incluir el rally político en el programa oficial de la jornada, puso de manifiesto las hondas diferencias entre el Ejecutivo de Peter Caruana y la coalición de socialistas y liberales.

Pasadas las once de la mañana comenzó en la plaza de Casemates el rally organizado por el Grupo en Favor de la Autodeterminación de Dennis Cardona, que contó con el respaldo de la oposición y el Partido Democrático Progresista (PDP).

Unas 2.000 personas se dieron cita en este enclave para escuchar, en primer lugar, a Cardona, quien afirmó que su grupo seguirá organizando el rally mientras haya ciudadanos que sigan acudiendo a Casemates para apoyarlo. Este año hubo menos pancartas que el anterior, aunque fue desplegada una muy llamativa en la que podía leerse Los españoles que reclaman la soberanía no son bienvenidos.

Tomó entonces la palabra el líder del PDP, Keith Azopardi, que se refirió al 10 de septiembre como un día "para celebrar nuestra identidad juntos como pueblo, para conmemorar nuestro pasado, presente y futuro. Cuando se presentan nuevos retos, tenemos que mostrarnos más fuertes", apuntó Azopardi, quien fue muy crítico con las restricciones en la Verja y realizó referencias a la controversia de las aguas territoriales. "Somos una nación libre, con nuestra tierra, nuestro mar y nuestros derechos", manifestó.

A continuación se dirigió a los asistentes el líder del Partido Liberal, Joseph García, que hizo hincapié en la necesidad de mantener el carácter reivindicativo del Día Nacional y lanzar un claro mensaje a las autoridades españoles. Cerró el rally el líder de la oposición y el más aplaudido por el público, Joe Bossano, que se dirigió directamente al ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. Al jefe de la diplomacia española se refirió como Michael Angel, negándose así el veterano político socialista a pronunciar en castellano el nombre de pila del ministro. "No tengo ningún interés en mejorar mi español", dijo Bossano respecto a la próxima apertura en Gibraltar de una sede del Instituto Cervantes.

"Le digo al señor Moratinos que Gibraltar no es español y nunca lo será. Tenemos que aprender del pasado y proteger nuestro futuro. El pueblo unido, jamás será vencido. Nunca pasarán. Gibraltar no volverá a ser español", finalizó entre los gritos de los asistentes y, esta vez sí, en perfecto castellano.

El otro punto neurálgico de la jornada fue la plaza de John Mackintosh, donde a la una del mediodía tuvo lugar el acto oficial organizado por el Ejecutivo de Caruana. El ministro principal acudió acompañado por su esposa.

Tras la actuación del coro de la escuela Bishop Fitzgerald, salió al balcón del Ayuntamiento la alcaldesa del Peñón, Olga Zammitt, acompañada por el vicealcalde, Tony Lombard. Zammitt leyó los nombres de las personas galardonadas este año con el Medallón de Honor, entre ellas José Netto y Adolfo Canepa, así como la Declaración del Día Nacional, en la que expresó "la apertura del Peñón a relaciones de cooperación sobre la base del respeto mutuo", y ensalzó "el inalienable derecho de los gibraltareños como pueblo a decidir el futuro de Gibraltar de acuerdo sólo con nuestros deseos, derechos y aspiraciones".

Al término de este acto, Peter Caruana, en declaraciones a este diario, hizo una valoración positiva de la ceremonia en la plaza John Mackintosh: "Los gibraltareños no hemos perdido el apetito para seguir celebrando esta fiesta como comunidad. El Gobierno ha hecho un gran esfuerzo para que este día sea más conmemorativo y no sólo reivindicativo desde el punto de vista político".

A preguntas de los informadores sobre si su Ejecutivo había invitado a políticos británicos para que participaran en el Día Nacional, el ministro principal respondió en sentido negativo: "Nos sentimos respaldados por ellos, pero ya no se hacen invitaciones".

Por último y en relación a la próxima apertura de la sede del Cervantes, el político socialdemócrata aseveró que "Madrid dice que todas las decisiones que había que adoptar están ya firmadas y que, por tanto, la previsión es que la sede esté abierta antes de que termine el año. Creo sinceramente que, con Francisco Oda como director, esta sede tiene un buen comienzo garantizado y también el futuro".

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