Agentes pertenecientes a la Agencia de Fronteras y Guardacostas (BCA) detectaron el pasado viernes un material que levantó sus sospechas y que se encontraba en el equipaje de mano de un pasajero del aeropuerto de Gibraltar. Los hechos tuvieron lugar durante un control rutinario de seguridad con detectores de trazas de explosivos.

Se trata de una operación habitual que se encuentra dentro del protocolo de seguridad, por lo que se dio aviso a la Royal Police (RGP) para que se iniciara una investigación. Los agentes consultaron con expertos en la materia y confirmaron que el citado elemento del equipaje podía haberse contaminado por una sustancia con la que estuvo en contacto el propietario de las maletas debido a sus obligaciones laborales.

Tras la comprobación policial, los pasajeros pudieron continuar su viaje con total normalidad.

El comisario jefe de la Royal Police, Eddie Yome, se refirió a estos hechos destacando la estrecha colaboración existente entre ambos cuerpos, tanto en materia de seguridad como en inmigración.

En los mismos términos se expresó el presidente ejecutivo de la Agencia de Fronteras y de Guardacostas, Andrew Bonfante, quien alabó la profesionalidad de los agentes actuantes.