Ibiza no es sólo discoteca y noche desenfrenada. También es naturaleza, integración, alta gastronomía y experiencias inéditas del paladar. En una casa rural en un recóndito pinar al suroeste de la isla el artista Okuda San Miguel, un defensor de la multiculturalidad creativa, ha plasmado su universo en sus murales para la inmersión de sus huéspedes. Y la anfitriona son las Cervezas San Miguel, que abren un abanico de nombres y excursiones para mostrar y demostrar que Ibiza es mucho más grande de lo que aparece en el mapa.
Por ejemplo, con la revisión de los platos locales a cargo de Basilio Corral. Cocina de vanguardia a cargo de este renovador chef para los visitantes de la casa cervecera, venidos desde todas partes del mundo. Para disfrutar de su revisión del bullit de peix (guiso de pescado), en la foto de abajo, y de la aromática tarta flaó, donde las hierbas ibicencas dejan su huella entre las emulsiones de queso.
La propuesta de San Miguel es para compartirla con los “cevreceros inquietos”, como proclama su hashtag en las redes, para animar a los futuros visitantes, viajeros poco conformistas y que buscan el envés de los lugares. La experiencia pasa por un atardecer en Cala Comte, entre los platos de la S’Illa des Bosc y un brindis en Susent Ashram.
El Mediterráneo en esencia se marida con la cerveza española más internacional, con sus especialidades como la Especial, Seclecta, Gluten Free, Manila o la nueva Magna.
La más soleada escapada es a través del Gasto Boat, desde San Antonio y hasta fondear frente al paraje protegido de Conejera. Con capturas de las calas cercanas, guisos y arroz abanda. Y junto a esas experiencias gastronómicas, una master class de yoga con Vicky Canellas junto a talleres de gastronomía y, como no podía ser de otra forma, de tirar una copa de cerveza.
Una cosa muy seria cuando se encara un mediodía de verano. En Ibiza, más allá de las noches machaconas, cuando la naturaleza domestica al estrés diario, todo se transforma hasta adquirir un sabor singular.
Sólo la estampa de la casa San Miguel transporta a un lugar muy diferente, como conocerán sus huéspedes.
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