Aprende a ser feliz el título del libro con el que, Isabel Gemio, pretende recoger fondos para la fundación que lleva su nombre y que, a raíz de la enfermedad neuromuscular que sufre su hijo, quiso crear para que, otros como él, cuenten con un organismo que vele por su salud. Así, la presentadora -quien, en la actualidad, triunfa en Punto Radio, las mañanas de los fines de semana, con Te doy mi palabra-, ha reunido los testimonios más conmovedores de su programa, y los ha analizado con la ayuda de la psicóloga, María Jesús Álava. Una buena forma, a través de la experiencia ajena, para aprender que, a pesar de todo, la vida merece la pena.
-¿Considera que, cono en su texto, ha aprendido a ser feliz?
-En esta etapa de mi vida estoy agradecida. Hay que disfrutar el momento y tener claro que, si das lo mejor de ti, serás muy feliz. El voluntariado proporciona altos niveles de felicidad con lo que hay que implicarse en causas.
-Imagino que, pasar por una experiencia como la suya, cambia la escala de valores, ¿no?
-Totalmente. A partir de ese instante las cosas que te rodean dan un giro radical y, tu niño enfermo, se convierte en el centro de todo. Te acercas a un mundo duro y a gente similar.
-¿Se considera buena persona?
-No soy quién para presumir de eso pero mis padres me enseñaron que recoges lo que siembras. El dolor te humaniza y, con la adversidad, también te valoras más a ti misma. Lo que me ha pasado no se lo deseo ni a mí, ni a nadie pero trato de llevarlo como puedo. Lomismo la vida quiere que pase este trago por alguna razón...
-A pesar de no verla en televisión, su popularidad no cae...
-Bueno, tengo casi un millón de oyentes que, la verdad, ya los quisieran muchos espacios televisivos... Me siento afortunada con el público y recibo su cariño todos los días en la calle. No echo de menos la "tele". Pretendo jubilarme en la radio y estoy muy volcada con la fundación. Falta, como en Estados Unidos, cultura de mecenazgo en las empresas privadas.
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