Melania Trump ha sacado la artillería pesada de su armario para el baile del congresista celebrado en la Casa Blanca y se ha convertido, así de golpe, en la mujer más espectacular del planeta. Su elección no podía ser mejor: un vestido de Céline blanco, largo hasta los pies, de cuello cisne y, lo más destacado del diseño: de lentejuelas.
El traje le quedaba perfecto, como un guante, que remataba con su porte de modelo, ese que juega entre ser sexy y ser distante. No podía haber escogido la firma Cèline una mejor embajadora en el mundo.
La primera dama estadounidense lució el traje con su eterno peinado, ese balayage que enloquece a medio mundo y que resta años a todas las mujeres. Y poco más. Tan sólo señalar que se pintó las uñas en un tono muy parecido al del vestido.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios