Pasarela

Guapas sin bótox

  • Robin Wright se queja de la falta de trabajo en Hollywood para las actrices que se nuiegan a pasar por el quirófano.

La ex de Sean Penn ha dicho con nombres y apellidos lo que muchas llevan años pensando, pero se callan. Robin Wright ha manifestado hace unos días en un festival de cine "la falta de papeles en la industria cinematográfica de Hollywood" para actrices maduras que, como ella, se nieguen a hacerse tratamientos de bótox para parecer más jóvenes.

La protagonista de La princesa prometida o Forrest Gump, de 45 años, dijo que "a lo largo de tu carrera lo que buscas como actriz no cambia, lo que cambia es lo que está a tu alcance, según tu edad, y, sobre todo, si no te has inyectado bótox". "Espero equivocarme", añadió, "pero creo que casi estamos programando a las audiencias para caras estiradas y lo preocupante es que se están acostumbrando".

No es la primera actriz madura que se resiste a los tratamientos químicos y a la cirugía. Jodie Foster, de 48 años, ha afirmado en más de una ocasión que el bisturí "no es lo mío". Al igual que Salma Hayek, de 45: "A medida que las mujeres envejecen la belleza se debe enfatizar, pero no con ayuda del cirujano", explica la mexicana. Rachel Weisz (41), además, sostiene que tanta perfección "no resulta nada sexy". El caso de Courtney Cox (47), por contra, es la de la que ha abusado del bótox y ahora se arrepiente. "Me sentía atrapada en mi propia piel", afirmó.

También las hay que pasan de los 50. Emma Thompson (52) siempre ha sido de la 'liga' de lo natural. Annete Bening (53), la más mayor de todas, da en la clave del asunto: "Lo importante es sentirse bien, con o sin cirujano".

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