Tiene 41 años y casi dobla en edad a algunos de sus compañeros de parrilla en la Fórmula 1, pero el español Pedro Martínez de la Rosa conserva la ilusión del principiante, la misma que muestra el reestructurado equipo HRT. "Yo puedo aportar mi granito de arena, no puedo hacer que los coches vayan más deprisa", asegura De la Rosa. El piloto se niega a pensar que por su experiencia sea más de lo que es, pese a que el equipo español, con nueva dirección, nueva sede y con los mismos problemas económicos de años pasados pese a la ampliación de presupuesto, se apoye mucho en él. Hace unos días pisó el asfalto por primera vez el coche con el que la escudería competirá el 18 de marzo en Australia. Junto a él, en el monoplaza blanco con ribetes rojos y dorados, estará el indio Narain Karthikeyan. El de Melbourne será el Gran Premio número 88 de De la Rosa. Debutó en 1999 y con idas y venidas ahí sigue. "A día de hoy no he visto ningún otro piloto que tenga más hambre que yo", se reivindica.

-¿Cómo es la nueva aventura en HRT?

-Bien, aprendiendo todos, nuevo equipo, nueva gente, no es que sea un nuevo equipo para mí, es que lo es para todos.

-Pero usted puede aportar mucha experiencia a una escudería que nace.

-Yo puedo aportar mi granito de arena, no puedo hacer que los coches vayan más deprisa, eso lo deben aportar los diseñadores e ingenieros, pero es cierto que espero que los años de experiencia se puedan usar de alguna manera.

-Una gran diferencia de trabajar en un gigante como McLaren, donde fue probador, a hacerlo ahora con HRT, ¿no?

-McLaren es una gran máquina a la que sólo hay que ir poniéndole aceite para que todo funcione muy bien. En HRT estamos construyendo la máquina para que funcione, formando a la gente y encima de eso hay que diseñar y fabricar un coche y hacerlo mejorar. Has de ser mucho más polivalente. Hay menos recursos, pero también es más interesante porque puedes aprender de muchas otras cosas, intervenir en otros apartados. Lo estoy disfrutando a tope.

-¿Es usted en el equipo más que un piloto?

-Soy un piloto con experiencia en Fórmula 1, pero no debo olvidar que lo importante es conducir, porque cuando quieres hacer otras cosas que no son de tu responsabilidad directa puedes perder el objetivo real, que es estar en forma, conducir rápido y llevar un Fórmula 1 al límite.

-¿Es un buen momento para iniciar un proyecto como éste en España? (HRT tiene nuevo propietario)

-Todos los momentos pueden ser buenos. Hay una gran mano de obra en España, gente muy formada, con mucha hambre, gente joven que empuja fuerte y gente experimentada que ha estado en otros equipos de Fórmula 1 y que puede actuar de nuevos maestros. Es bonito ver estas dos generaciones que se están uniendo, y de varias nacionalidades.

-Pero hay que conseguir dinero y ahora es complicado, ¿no?

-Es básico. Estamos en un momento de crisis, también los presupuestos de Fórmula 1 lo han notado y son más bajos. El problema es que hay mucha gente perdiendo su trabajo en nuestro deporte, como en cualquier otro sector, y el nacimiento o crecimiento de un equipo es positivo porque está invirtiendo en gente, está dando empleos y la mayor parte viene de España.

-¿Cuál es la situación del equipo?

-Si la inyección (económica) no viene, lo vamos a pasar mal. Necesitamos inversores, patrocinadores que crean en el proyecto, que inviertan y que nos hagan crecer. Está clarisimo, lo necesitamos, pero antes hay que crear esa base y que vean que es rentable invertir en el equipo.

-¿Cómo se ve entre tantos pilotos jóvenes?

-Cuando venga alguien que lo haga mejor que yo y tenga más hambre que yo pues me cogerá el asiento, pero a día de hoy no he visto ningún otro piloto que tenga más hambre que yo. Los he visto más jóvenes, menos jóvenes y más guapos y menos guapos, pero no con más hambre.

-Que estén prohibidos los tests, ¿favorece a pilotos como usted?

-Yo hace meses, años, que ya había advertido que reducir los entrenamientos iba a ser malo para todos, sobre todo para los jóvenes, y el primero que ha estado luchando para que aumentaran he sido yo. Nadie me ha ayudado, los jóvenes no han tenido ganas de ayudarme; ahora se quejan, lo siento. Ahora se encuentran con que los veteranos tenemos ventaja. Pues sí, la tenemos, pero cada uno debe luchar por su futuro.