Crítica

Desajuste hormonal

Los héroes del mal. Sección Oficial. España, 2014. Dirección y guión: Zoe Berriatua. Reparto: Jorge Clemente, Beatriz Medina, Emilio Palacios.

Si alguien tuviera que hacerse una idea de los adolescentes españoles a través de lo que el cine dice de ellos, lo más probable es que saliera huyendo. Casi todos los años cae en la sección oficial alguna mirada a la transición a la madurez, y siempre se narra como tormenta, como incendio que hay que atravesar. Y no deja de resultar sospechoso lo que los cineastas parecen pensar de los adolescentes, como demonios encabritados por lisérgicos desajustes hormonales que, o bien se pirran por caer ciegos de alcohol y sexo en las comedias al uso, o bien dudan entre matarse o matar al primero que se les cruce. En Los héroes del mal sucede un poco todo esto: no hay uno bueno. Berriatua presenta un filme que pone poco los pies en el suelo en virtud de una mediación intelectual que resta verdad al invento: todo bebe aquí del mito autodestructivo del joven inexperto, a lo Rimbaud, sazonado con un inteligente uso de la gran música que surte sus efectos merced a un logrado montaje. Lo que acontece tiene poco que ver con el mundo real de los adolescentes, aunque queda claro que Berriatua no pretendía adoptar nada parecido a un registro documental. El problema es que, en alas del mito romántico, la película resulta tramposa en su presunta crítica a las convenciones morales: la construcción de los personajes, llena de lagunas, pretende convertir en equívocos lo que no son más que silencios. En consecuencia, todo se cae a la media hora. Mucha sangre y poca vida.

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