El madrileño José Coronado recibirá durante la próxima edición del Festival de Cine Español de Málaga, que se celebra del 20 al 27 de abril, el Premio Málaga, que se otorga cada año a un actor o actriz con una extensa trayectoria profesional.

Este galardón, que otorga la organización con la colaboración de diario SUR, se concede a un actor a un actor que llegó al mundo de la interpretación por casualidad. Con casi 30 años decidió hacer un curso de Arte Dramático en la Escuela de Cristina Rota y, tan sólo un mes después, tras presentarse a unas audiciones para el Centro Dramático Nacional, logró su primer trabajo como actor, un pequeño papel en la obra de García Lorca El Público, bajo la dirección de Lluís Pascual.

Más tarde el director Ricardo Franco lo seleccionó para protagonizar su película Berlín Blues (1988). Desde entonces, Coronado ha interpretado a héroes y a villanos en cine, teatro y televisión, logrando que su trayectoria haya sido reconocida tanto por el público como por la crítica.

En televisión ha interpretado todo tipo de personajes. Fue Luis Sanz, el jefe de local del Crónica Universal en la serie Periodistas (1998-2002) o el agente Lucas en Brigada Central (1990-1992), sin olvidar otras series como Código fuego (2002), Los ochenta (2004), RIS Científica (2007), Acusados (2008) o La Malquerida (2008).

En teatro destacan sus trabajos en Hécuba (1991) de Eurípides y La señorita Julia (1993), de Strindberg, ambas dirigidas por Emilio Hernández. El gran mercado del mundo, de Calderón, dirigida por Miguel Narros y Algo en común (1996), de Harvey Fierstein dirigida por Paco Pino, un montaje sobre el sida y la homosexualidad que le marcó profundamente, y con el que obtuvo el aplauso unánime de la crítica.

En 1999 dirigido por Mario Gas protagonizó La habitación azul, después llegó Hamlet (2008) de W. Shakespeare, bajo las órdenes de Juan Diego Botto y Sombra de perro (2010), escrita y dirigida por Nancho Novo. Su último trabajo en teatro ha sido Oleanna, (2011) de David Mamet para el Teatro Español.

No obstante, ha sido en el cine donde, como informaron ayer desde el Festival de Cine de Málaga, ha cosechado hasta ahora los mayores reconocimientos. Dio vida a un joven Goya en la cinta de Carlos Saura Goya en Burdeos (1998) con la que fue candidato al Goya como mejor actor de reparto. Coronado fue policía corrupto en La distancia (2005), de Iñaki Dorronsoro y galán de Isabel Pantoja en Yo soy esa (1990), de Luis Sanz. Condujo una excavadora en la emotiva Anita no pierde el tren (2000), de Ventura Pons. Representó a un comisario de policía en Lobo (2003), de Miguel Courtois; a un economista con doble vida en La vida de nadie (2001), de Eduard Cortés; un profesor amenazado por ETA en Todos estamos invitados (2007), de Manuel Gutiérrez Aragón.

Con Enrique Urbizu es con quien ha logrado el espaldarazo definitivo a través de una terna de películas. Primero fue La caja 507 (2001), donde comenzó a dar un giro a su carrera con papeles más turbios y con la que fue de nuevo candidato al Goya como mejor actor de reparto; le siguió, un año después, La vida mancha.

En 2011 No habrá paz para los malvados fue galardonada con seis Premios Goya, entre ellos el de mejor interpretación masculina. Con esta película ha recogido hasta 13 premios, entre ellos el Premio de la Unión de Actores, Cartelera Turia, San Jordi, Fotogramas de Plata y el Premio Forqué.

En diciembre de 2012 estrenó el thrillerEl cuerpo, de Oriol Paulo, junto a Belén Rueda y Hugo Silva. Empieza el 2013 rodando Crisis, de Nestor Denis; Murieron por encima de sus posibilidades, de Isaki Lacuesta e inicia el rodaje de la serie de televisión para Telecinco El Príncipe.

Tiene pendientes de estreno Los últimos días, de los hermanos Pastor; Hijo de Caín, de Jesús Monllaó; In solitaire, una película rodada en francés y dirigida por Christ'ophe Offenstein, y What about love, de Klaus Menzel, una historia de amor, con Sharon Stone y Andy García, rodada en Rumanía.