Entrevista

"En un rodaje son tan fuertes las energías que te puedes hacer adicto"

  • Adriana Ozores · Actriz

Su voz es dulce e hipnotiza a su interlocutor a medida que avanza la conversación, llevándoselo a su terreno, respondiendo a su antojo a las cuestiones planteadas. Y eso que sus ojos enormes y negros permanecían escondidos tras unas enormes gafas de sol. Así es Adriana.

-¿Había venido antes a Huelva?

-Yo he tenido casa en Ayamonte, así que algo conozco de la provincia, pero al Festival de Cine Iberoamericano no había venido nunca. Eso sí, me llevo una opinión muy grata.

-¿Qué le conquistó de 'Esperpentos' cuando le propusieron el papel de Doña Loreta en una de las tres piezas de Valle Inclán que la conforman, 'Los cuernos de Don Friolera'?

-Hombre, que nunca había hecho Valle Inclán y tenía la posibilidad de trabajar con Juan Diego y con un elenco de actores maravilloso. Era un aliciente muy bonito, al igual que hacer un personaje que no había hecho nunca, esa persona tonta que se cree que es muy lista. Ha sido muy divertido.

-¿Ha sido complicado trasladar el planteamiento dramático de una obra de teatro como 'Martes de Carnaval' al celuloide?

-Para mí lo complicado ha sido entender cuál era el lenguaje de Valle Inclán. Mi trabajo ha sido muy arriesgado, ni siquiera sé si me gusta o no.

-Lo mejor del rodaje ha sido...

-Estar con Juan Diego. Ha sido todo muy, muy divertido. Trabajar con él y poder hacer mi papel, tener la cara dura de hacer lo que hago.

-Hábleme un poco de él.

-Jolin, para mí es un grande, un actor estupendo. Yo, en este caso, no sabía cómo se hacía Valle Inclán y me daba miedo hacer otra cosa más parecida a los Álvarez Quintero, eso es peligroso. Le copié, en el sentido más gracioso de la palabra. Es un maestro, sabe muchísimo.

-Paco Tous, de Antonio Dechent, de Pilar Bardem, de Pepón Nieto, de Juan Luis Galiardo... Menudo elenco.

-A Paco le amo. Hace de mi marido en 'Los hombres de Paco'. Le adoro. Tiene una calidad humana impresionante y creo que por eso es tan buen actor, porque tiene mucho calado como persona. Creo que todavía hay que sacarle mucho jugo y hará cosas muy grandes. De Galiardo, pues que ha sido un placer trabajar con él. Tiene una locura lúcida maravillosa. Con Pilar no he coincidido, Pepe Quero me vuelve loca, Lara me encanta... La película tiene un elenco de actores excepcional.

-Muchos, como ha señalado, son compañeros de 'Los hombres de Paco' y están tristes porque usted se va. ¿Cómo se lo ha tomado?

-Decidieron que mi personaje ya no encajaba dentro de la serie y que me fuera.

-Da penita.

-Mucha pena.

-¿Qué ha aprendido de 'Esperpentos'?

-A conocer a Valle Inclán y su lenguaje rico hasta la exuberancia, a saber más de una manera de entender la vida en una época en la que la vida se entendía de otra forma. Además, he aprendido a hacer un personaje delicioso.

-Que se sale de lo que está acostumbrada a hacer.

-Por supuesto. Hasta este momento siempre me habían dado papeles de la heroína, de la madre luchadora, la abogada... Ahora me encanta, porque me están dando papeles de tonta, de frívola, y me encanta.

-¿Qué otros proyectos tiene ahora?

-Ninguno, tengo alguna cosilla pero nada en firme.

-Toca descansar.

-Sí, un poquito. Me hace falta estar con mi hijo, con mi gente, con mis amigos, con mi mamá, con mi perro.

-¿Le gustaría cruzar el Atlántico para trabajar en América Latina o en Hollywood?

-Sí, pero lo que no quiero es que mi profesión esté por encima de mi persona. Si eso pasara, creo que me estaría perdiendo algo de la vida.

-Que fuera algo puntual que le permitiera regresar pronto a casa.

-Sí, sí. Bueno, aunque lo que me da rechazo no es el volver pronto a casa, porque no soy yo una persona que tenga bien atadas las raíces y me cueste salir de España. Lo digo más porque no quiero dejar de ser persona, de poder estar en un parque, de pasear con mis amigos, de comer en mi casa. Esta profesión es tan absorbente, que para mí tiene el peligro de que puedes dejar de tener contacto con la gente, con lo humano de la vida, con ir al mercado, salir con una amiga que no es de la profesión. Eso enajena.

-El precio de la fama.

-Pero no lo digo por la fama, sino por lo que te requiere de ti misma el trabajo. Hay que tener mucha concentración, estar mucho tiempo preparando un personaje y el rodaje es muy intenso. Das tanto y es todo tan intenso, son tan fuertes las energías que se generan en un rodaje, que te puedes hacer adicto a eso, a esa forma de trabajar. Y así se pierde la perspectiva de lo que es la otra parte de la vida, que es muy importante y que es la que te enseña a transmitir sensaciones ante la cámara.

-Su apellido, Ozores, ¿qué le ha reportado?

-Alegrías. Me ha ayudado, sobre todo, cuando empecé en esta profesión. Todo el mundo sabía quién era mi padre y me hablaba con tanto cariño de él que siempre consideré eso como un regalo. Luego yo he elegido un camino muy diferente al que ha llevado el resto de mi familia, un rumbo diferente.

-Lo dice porque usted se aleja un poco de la vena cómica.

-No, no de la vena cómica, sino de una forma de entender la profesión. No de la vena cómica, porque yo hago muchísima comedia.

-Prefiere el cine, el teatro, la tele.

-Los tres medios aportan mucho. La tele es muy inmediata, aprendes a entrar en contacto con sentimientos y maneras de hacer muy rápido, pero tiene un handicap grande y es que está demasiado supeditada al share, a lo económico. Es demasiado producto y la parte artística queda demasiado relegada, no como en el teatro y el cine, y eso te mina.

-¿Es de las que se preocupa por obtener un premio?

-No, aunque no me gusta perder si me nominan por algo. Los premios son un buen aval, pero tampoco son lo más importante a la hora de que el público vaya a ver tu peli y funcione.

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