Crítica · 'La hora azul'

La reciente historia de Perú

La hora azul.  Sección oficial a concurso. Producción: Perú, 2014.- Duración: 87 minutos.- Dirección: Evelyne Pégot-Ogier.- Guión: Evelyn Pégot-Ogier basado en la novela de Alonso Cueto.- Fotografía: Roberto Maceda Kohatsu.- Música: Antonio Gervasoni.- Montaje: Carlos Álvarez Pacheco.- Intérpretes: Giovanni Ciccia, Jackeline Vázquez, Rossana Fernández-Maldonado, Reynaldo Arenas, Aurora Aranda, Lucho Cáceres, Américo Züñiga, Amaia Aspillaga, Sebastián Ferradas.

Estamos ante la adaptación de la novela de Alonso Cueto, basada en hechos reales y que nos sitúa en un momento de extrema gravedad en la reciente historia de Perú: el enfrentamiento entre la organización terrorista Sendero Luminoso y el gobierno peruano. Una auténtica guerra civil entre 1980 y 1992 que dejó una profunda y dolorosa huella en muchas personas, muchos supervivientes y muchas familias. A ese pasado se dirige la visión de la película, opera prima de Evelyne Pégot-Ogier, que cuando leyó el libro de Cueto, galardonado con el premio Herralde de 2005, año de su publicación, se sintió conmovida por la apasionante historia que el texto describe.

Fiel a la novela original Evelyne Pégot-Ogier reconstruye una historia de una de las épocas más dolorosas de Perú. Cuando muere su madre, Adrián Ormache conoce a través de su hermano la verdadera identidad de su padre. Una carta le hará una revelación decisiva. El recuerdo que tiene de su progenitor, comandante del ejército, es muy vago. Ignora que fue uno de los más destacados y crueles verdugos en los enfrentamientos contra Sendero Luminoso. Una de sus víctimas fue Miriam, de la que se enamoró y protegió a su manera pero la hizo muy desgraciada. Adrián emprenderá una serie de pesquisas que, personalmente, lo llevarán hasta ella. Su relación se hace tan intensa que descuida sus deberes familiares, a su esposa y sus gestiones como abogado. Todo ello dará un giro imprevisible a su vida.

La memoria del protagonista, la vida de su padre y la de su país en años que han dejado una amarga huella en muchos peruanos, es también el trauma de un pasado que la directora evoca a través de esa búsqueda incansable de Adrián y las tristes evocaciones de Miriam. Lo expone con una extraordinaria sensibilidad en un relato tenso, dramático, de una sencillez de medios materiales y narrativos, lo cual no obsta para que el espectador se sienta plenamente identificado con el drama. En ese encuentro con el pasado se define el sorpresivo hallazgo de Adrián no sólo de unas diferencias sociales que el conflicto engendró sino también de su propia experiencia vital. Una puesta en escena sencilla, ambientada en la Lima de los últimos noventa, conjuga sensiblemente con unas imágenes que, por encima de los acontecimientos, conmueven profundamente.

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