Iberoamericano

Mario Casas 'El breve', en la noche de los 'selfies'

  • El actor llena de admiradoras el auditorio de la Casa Colón para recibir el premio La Luz en un acto conciso.

Tres minutos estuvo Mario Casas en el escenario. Recibió el premio La Luz, dirigió unas palabras al público y se marchó. Antes de entrar en la Casa Colón, el actor sí pasó más tiempo entre todas sus admiradoras concentradas en la puerta ante la alfombra roja. Fue el verdadero momento para ellas, para las elegidas, las que pudieron verlo de cerca, tocarlo, pedirle un autógrafo y, sobre todo, fotografiarse con él. No necesitaron pagar la entrada para disfrutar con su ídolo. Las que sí pudieron comprarlas antes de que se agotaran, tampoco lo pasaron mal. Le abordaron camino del auditorio, lo tocaron y fotografiaron también pese al celo de la seguridad desplegada. Eso y la ceremonia de entrega del premio, en apenas seis minutos, les salió por 3 euros. A 50 céntimos el minuto. Muy buen precio para los tiempos que corren.

"Quiero compartir este premio con los actores que llevan muchísimos años trabajando en esto y no tienen un reconocimiento como éste". Fueron las palabras de Mario Casas tras recibir la estatuilla del galardón La Luz. Tuvo ese puntito de humildad sobre el escenario, reconociendo que se trata de "un premio honorífico a una carrera corta, con sólo 28 años, y no tantas películas detrás mía".

No le salieron más palabras, quizá abrumado por la situación. Sólo un "¿alguna niña tiene una preguntita?", risas por comentarios espontáneos desde las butacas y un adiós rápido para acabar. A su entrada, otro chascarrillo: "¡Qué raro que sólo haya mujeres!". Y la respuesta a un piropo que le interrumpió: "Guapo, tío bueno". "Tu sí que estás buena", respondió a la chica que gritó al fondo.

Para entonces, los móviles estaban casi listos de batería. Las fotos se sucedieron sin descanso, y los wasap para compartir fotos con el ídolo no paraban de salir desde el patio de butacas mientras se esperaba el comienzo del acto.

Los teléfonos móviles fueron, sin duda, los otros protagonistas de la noche, los mejores aliados de las jovencitas -y no tanto- reunidas en mayoría en los alrededores de la Casa Colón. La espera estuvo entretenida por la expectación, libreta, bolígrafo y cámara en mano. Los primeros invitados en llegar, los actores Ruth Núñez y Alejandro Tous, que bautizaron la sesión de selfies sin cortarse, con simpatía y cercanía.

También Adrián Lastra y Javier Godino, que se prestaron a todos los requerimientos al otro lado de la valla de seguridad. Los presentadores del acto, los intérpretes Natalia Verbeke y Javier Pereira, llegaron casi a hacer contorsionismo para posar en las fotos de los móviles.

Mario Casas tampoco defraudó en ese sentido. Llego al borde de las once menos veinte a la alfombra, recibido por un griterío realmente ensordecedor. Tuvo paciencia suficiente para acercarse a distintas zonas en las que se agolpaban las jóvenes. Firmó autógrafos y también se hizo fotos. Las mismas que a la salida volaron a las redes sociales. Como alguno de los autógrafos que buscaban ser vendidos a 20 euros por los más avispados.

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